WASHINGTON, 10 dic (Xinhua) -- Un informe del Senado de Estados Unidos que revela un brutal programa de torturas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 ha generado duras críticas dentro y fuera del país.
La CIA engañó repetidamente al pueblo, el Congreso y la Casa Blanca sobre sus agresivos interrogatorios y torturas contra los detenidos tras los referidos ataques terroristas, según el informe del Comité de Inteligencia del Senado divulgado el martes.
La CIA minimizó la brutalidad de los interrogatorios y exageró la utilidad de la información recopilada, incluido su papel para poner en marcha la redada de EEUU que acabó con la muerte de Osama bin Laden, jefe de Al Qaeda, precisó el texto.
El informe de seis mil páginas también descubrió que el programa "Técnicas de Interrogatorio Mejoradas" escapó al efectivo escrutinio de personas ajenas al mismo mucho antes de su comienzo en 2002. Los registros de la CIA demuestran que el entonces presidente norteamericano, George W. Bush, no fue totalmente informado por la agencia sobre las técnicas de torturas en los interrogatorios hasta 2006, agregó el documento.
El informe contiene detalles sobre ahogamiento simulado ("waterboarding"), amenazas sexuales y otros controvertidos métodos para obtener información, a la vez que califica dichas técnicas de ineficaces y mal administradas.
A algunos de los detenidos se les mantuvo despiertos durante 180 horas, o más de siete días, por lo general de pie o en atención. Los interrogadores priorizaron los interrogatorios por encima de las necesidades médicas, como el tratamiento de heridas de bala, indicó el informe. Otros detenidos también fueron sometidos a "baños" de agua helada.
Las condiciones en los centros de detención de la CIA eran malas, y los reclusos en dichos centros llamados "Cobalt" permanecían en lugares completamente oscuros, y la falta de calor conducía fácilmente a la muerte del detenido, apuntó el texto.
La Casa Blanca y el presidente Barack Obama apoyaron la decisión de publicar el informe, pese a las advertencias de legisladores y funcionarios dentro de la administración de que podría desembocar en ataques contra los estadounidenses.
Obama dijo en un comunicado escrito que las técnicas de interrogación de la CIA en la era de Bush "han hecho un daño significativo a la posición de EEUU en el mundo, haciendo más difícil que persigamos nuestros intereses con aliados y socios".
"Estos duros métodos no son solo inconsistentes con nuestros valores como nación, (sino que) no sirvieron a nuestros esfuerzos más amplios contra el terrorismo ni a nuestros intereses de seguridad nacional", dijo Obama.
El senador republicano, John McCain, dijo que las duras interrogaciones hicieron poco por aumentar la seguridad de los estadounidenses, añadiendo que consiguieron más mala información que buena.
Anthony Romero, director ejecutivo de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, describió el informe como "sorprendente", diciendo que "es imposible leerlo sin sentir una inmensa indignación porque nuestro gobierno se involucrara en estos terribles crímenes".
"Los funcionarios del gobierno que autorizaron actividades ilegales deben ser responsabilizados", dijo Romero.
El informe también ha provocado consternación internacional.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que el uso de la tortura y otras violaciones de los derechos humanos en la lucha contra el terrorismo es contraproducente.
"Seamos claros: la tortura está mal. La tortura siempre está mal", dijo Cameron en rueda de prensa en Ankara, donde se reunió con funcionarios turcos.
"Aquellos de nosotros que queremos un mundo más seguro queremos ver la derrota del extremismo. No lo conseguiremos si perdemos nuestra autoridad moral", anotó Cameron.
El relator especial de la ONU sobre derechos humanos y contra el terrorismo, Ben Emmerson, también dijo que el informe revela una "clara política orquestada a un alto nivel dentro de la administración Bush", y pidió que se procese a los funcionarios responsables.