Para abolir la pena de muerte hay que escuchar a la opinión pública

Actualizado a las 16/12/2014 - 15:29

Palabras clave：pena de muerte,opinión pública,interacción

Por Chu Yin

Pekín,16/12/2014(El Pueblo en Línea)-La vigencia de la pena de muerte como método es una resultante de la interacción entre diferentes religiones y culturas.

Europa occidental comparte una misma raíz cristiana. Los cristianos creen que la vida es dada por Dios y no debe ser frustrada por un poder terrenal. Esta creencia es la que ha influído en los países europeos para defender la abolición de la pena capital Por esta razón, se puede constatar que la mayoría de los países que han abolido la pena de muerte son países cristianos. Otros países han derogado la pena de muerte con el objetivo de adherirse a la Unión Europea o convenientemente mejorar sus relaciones con ésta. Turquía es el mejor ejemplo.

La abolición de la pena de muerte no está necesariamente relacionada con el grado de desarrollo de una comunidad. En los Estados Unidos, 16 estados ya han abolido la pena de muerte. Sin embargo, fueron Wisconsin, Michigan y Alaska, subdesarrollados y rurales, los primeros en cambiar la ley. La "desarrollada" Nueva York no emitió su ley hasta el 2007, es decir 154 años después de Wisconsin.

La pena de muerte no significa matar indiscriminadamente. La abolición de la pena de muerte es válida, pues si bien la vigencia de la pena capital promueve la disuasión, también hace imposible corregir, a posteriori, las injusticias o errores de un proceso jurídico.

En China, el problema es resolver la distancia que impera entre los jueces y los individuos de a pie. En teoría, los individuos que juzgan tienen la obligación de concientizar y practicar la igualdad de todos ante la ley. Sin embargo, algunos confunden ley con razón personal. El éxito de un Estado de Derecho no puede basarse exclusivamente en magnificar el poder administrativo, necesita identificación y dinámica social.

La ley es una instrumento que garantiza el equilibrio, el orden y la seguridad de todos.

Para abolir la pena de muerte hay que escuchar a la opinión pública.

El autor es profesor adjunto del Instituto de Relaciones Internacionales de China.