BRASILIA, 30 sep (Xinhua) -- El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, archivó este miércoles tres pedidos de juicio político (impeachment) contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, por falta de pruebas, según publica la edición de este miércoles del Diario Oficial.
Cunha, del opositor Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), explicó que los autores de las solicitudes no cumplieron con los requisitos formales (hacer ajustes, presentar documentos o añadir información a los documentos) incluso después de fijar el plazo.
En agosto, el presidente de la Cámara ya había descartado otras cuatro solicitudes por no cumplir los requisitos legales.
A pesar de militar en las filas del PMDB, el principal aliado del PT en la coalición de gobierno, Cunha se declaró opositor dos meses atrás.
Además de los pedidos de juicio político rechazado hasta ahora, restan aún diez solicitudes presentadas sobre el que el presidente de la Cámara tendrá que tomar una decisión.
Entre los pedidos a ser analizados está uno presentado por reconocidos juristas, como Helio Bicudo, quien fuera uno de los fundadores del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), que recibió el apoyo de los partidos de oposición.
Por los estatutos de la Cámara, el presidente del cuerpo tiene el poder de decidir por sí solo la apertura o no del proceso de juicio político.
En respuesta a una pregunta de orden de la oposición, dijo Cunha la semana pasada que no está en sus manos decidir si un presidente puede ser considerado responsable de los actos cometidos en un mandato anterior.
También el PT de Rousseff presentó requerimientos al líder legislativo para que esclarezca cuáles deben ser los pasos exigidos reglamentariamente para llevar adelante un juicio político.
Si Cunha rechaza todas las solicitudes, la oposición podrá apelar contra la decisión ante el plenario de la Cámara.
Los analistas destacan que, más allá del resultado final, la eventual apertura de un juicio político exigiría el alejamiento de Rousseff de su cargo por seis meses, lo que agravaría la inestabilidad política en Brasil.