Tokio, 21/10/2015(Pueblo en Línea)-Cuatro años y medio después del peor desastre nuclear de Chernóbil, la sombra de Fukushima es alargada. Por primera vez, el Gobierno japonés reconoció ayer que un operario de la siniestrada planta atómica pudo haber desarrollado un cáncer como consecuencia de las fugas radiactivas en tres de sus seis reactores, que se fundieron total o parcialmente al ser golpeados por el tsunami que arrasó la costa nororiental del país en marzo de 2011, según ABC.
Al trabajador, que se dedicó a colocar cubiertas sobre los reactores dañados entre octubre de 2012 y diciembre de 2013, se le diagnosticó leucemia cuando solo tenía treinta y tantos años.
Según la prensa nipona, durante ese tiempo recibió una dosis de radiación de 15,7 «milisieverts», por debajo del límite de 50 mSv previsto para los empleados de la industria nuclear, pero el triple de lo que marca la ley para fijar la relación con dicha enfermedad. El operario, que ya está en sus cuarenta años, recibirá una pensión por lo que el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar ha considerado un accidente laboral.