En la mayor cárcel de mujeres de Italia bailan para el Papa Francisco
Italia, 30/10/2015(El Pueblo en Línea)- En el patio de la mayor cárcel para mujeres de Italia, Rebibbia, al norte de Roma, las detenidas organizaron este jueves un inusual flashmob en honor del papa Francisco, por el apoyo moral que les ofrece.
Al ritmo de "El Papa es Pop", compuesta por el italiano Igor Nogaterro, treinta mujeres bailaron zumba, utilizando los pasos, el estilo y música similar a los ritmos latinoamericanos.
"Esta noche no estamos solos, Francisco está en todas partes, aleluya, aleluya", dice el refrán de la rítmica canción.
"No soy religioso, pero este papa tiene un enorme carisma, porque es humilde y cercano a la gente", sostiene Nogarotto.
El compositor, junto con la coreógrafa Alessandra Abbattista, organizan desde abril flashmobs por las calles de Roma con personas de diferentes nacionalidades.
"Quisimos trabajar con instituciones para darles más energía. Ofrecimos la idea a la directora de la cárcel de Rebibbia, Ida Del Grosso, quien la aceptó 'con entusiasmo'", contó.
De las cerca de 300 mujeres detenidas en Rebibbia, el 50% son extranjeras, entre ellas varias de América del Norte y América del Sur, África y Europa del Este, las cuales bailaron todas juntas para rendir homenaje al pontífice argentino.
"Tienen una verdadera pasión por este papa, sienten su mensaje de perdón y misericordia", explicó Del Grosso, quien asistió al espectáculo en uno de los patios de la cárcel.
La prisión de Rebibbia es un modelo por sus programas que dan prioridad a la rehabilitación de las detenidas a través de la educación y las artes.
- Sentirse libre -
Sensible a la situación de los presos desde que era arzobispo de Buenos Aires (Argentina), Francisco visitó en abril pasado, con ocasión del Jueves Santo, la cárcel romana.
Como es la tradición, el papa lavó los pies de doce presos, hombres y mujeres, en una sencilla ceremonia religiosa.
"La misericordia es una palabra que vale mucho en la cárcel. Mucha gente aquí quiere ser perdonada, reintegrada en la sociedad", explicó la directora.
Esa acción inusual dentro de la cárcel "nos da la esperanza de que vamos a superar este momento terrible y volver a ver a nuestras familias", confesó Gisele, una detenida brasileña.
"Cuando bailamos nos sentimos casi libres, es para nosotros estimulante", cuenta.
Cuando termina la danza, algunas lloran y se abrazan entre ellas emocionadas.
"Quisiera darle las gracias a usted, papa Francisco, por todo lo que ha hecho por nosotras, orando por nosotras y nuestras familias, por los huérfanos y por los inmigrantes", clama Eunice, una nigeriana, en representación de las mujeres recluidas en ese centro.