Por Edna Alcántara
MEXICO, 31 dic (Xinhua) -- La pobreza, la violencia y la falta de empleo fueron un detonante para que miles de centroamericanos salieran este año de sus lugares de origen, incluso familias enteras, para buscar el llamado "sueño americano" en Estados Unidos, pese a los peligros que enfrentan en su paso por México.
El maltrato, abuso o extorsión, son los principales problemas que tienen al llegar a México, una práctica que no solamente es de la delincuencia y el crimen organizado, sino también de varios policías y agentes migratorios, aseguró a Xinhua el representante del Movimiento Migrante Mesoamericano, Rubén Figueroa.
El primer reto es llegar a la Frontera sur, donde a toda costa tienen que evitar ser capturados por las autoridades, quienes cercan la entrada con gran recelo para evitar su ingreso. Un segundo desafío es evitar a la delincuencia y crimen organizado en la frontera norte, donde los capturan para reclutarlos, o en el peor de los casos, para explotación laboral o sexual.
De cualquier forma, en ambos casos, son violaciones permanentes a los derechos humanos de los indocumentados, explicó Figueroa.
Para el activista y defensor de migrantes, este año que concluye fue el peor para los indocumentados de Centro y Sudamérica a su paso por México, país que al tratar de frenar la migración de una u otra forma "retrocedió una década en materia de derechos humanos".
Diariamente se calcula que de manera ilegal entran a México entre 800 y 1.000 migrantes , principalmente de El Salvador, Honduras y Guatemala, y quienes están conscientes de que cada minuto que pasan dentro de este país, se exponen a varias amenazas que incluso los puede llevar a perder la vida, algo que, de acuerdo con algunos testimonios recogidos por Xinhua, "no puede ser peor" que quedarse en sus países donde algunos de ellos sólo encuentran muerte por tanta violencia y hambre.
"Su salida desde el principio es difícil, y lo que los alimenta es su deseo de llegar a Estados Unidos para encontrar una mejor calidad de vida", reconoció Figueroa, quien además es colaborador del albergue para inmigrantes "La 72", que se encuentra el estado de Tabasco (sur de México).
REFUERZAN VIGILANCIA EN FRONTERA SUR
Los miles de indocumentados que cruzan la frontera sur de México, aún siguen siendo criminalizados, y no están exentos de los abusos de parte de algunas autoridades y grupos criminales.
Ante esta situación, hace más de un año y medio, el gobierno de México puso en marcha el llamado Programa Frontera Sur, cuyo objetivo es precisamente el de proteger y salvaguardar los derechos humanos de los migrantes, pero también, para intentar ordenar los cruces internacionales.
A partir de su puesta en marcha, que se ha ido montando de manera gradual, se crearon cinco Centros de Atención Integral al Tránsito Fronterizo, y se montó un control de vigilancia de unos 5.000 agentes federales con entrenamiento militar en la frontera Chiapas-Guatemala, para desarticular los grupos delictivos que han atacado de manera sistemática a la población migrante y a los habitantes de la región.
De igual forma, a través de este plan, se cuenta ahora con un operativo especial que impide a los indocumentados seguir utilizando de manera ilegal el tren de carga que atraviesa México, conocido como "La bestia" o "Tren de la muerte".
Aunque las autoridades migratorias del país reconocen los beneficios de dicho plan, además de destacar que a partir de ello, se ha logrado aumentar el número de inmigrantes rescatados en territorio mexicano, otros señalan que para otros la medida, en vez de ayudar a los inmigrantes, es "un modelo represivo del control".
"Las medidas implementadas exponen a los inmigrantes a un peligro más fuerte al tener que buscar otras rutas", denunció Figueroa.
De igual forma, organismos internacionales, como la Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés);la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre otras, señalan que el mecanismo no ha conseguido su objetivo.
En una visita a México en junio pasado, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, expresó su preocupación por el endurecimiento de la política migratoria de este país para impedir el tránsito de indocumentados centroamericanos por territorio mexicano.
De acuerdo con la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem), existe una total desolación en materia de derechos humanos porque las autoridades en su intento de tratar de reordenar la migración, sólo han provocado la represión, persecución y deportación masiva de miles de migrantes.
Eso, añadieron, demuestra que lo menos que les interesa a las instituciones y los propios gobiernos es respetar los derechos humanos de estas personas y salvaguardar su integridad física.
INDOCUMENTADOS BUSCAN NUEVAS ALTERNATIVAS
A pesar del recrudecimiento de las políticas migratorias en México, siguen sin frenar el flujo de inmigrantes. Lo que han provocado, es que este sector siga buscando otras rutas, más peligrosas, en donde son presas fáciles de los traficantes de personas y de las cacerías de las autoridades.
Las mujeres y menores de edad centroamericanos, un sector que en los últimos años ha ido aumentando al grupo de inmigrantes que huyen de sus países, son los más vulnerables de ser víctimas de crimen organizado, así como del abuso de policías federales y personal del Instituto Nacional de Migración (INM), de acuerdo con el defensor de los Derechos humanos, Alejandro Solalinde.
Otros riesgos a los que están expuestos, señala, es la desaparición de mujeres y menores, quienes son cooptados por la delincuencia organizada.
En México existen poco menos de medio centenar de albergues, principalmente en el sur y centro del país, donde miles de inmigrantes encuentran un techo y alimento para seguir su camino a Estados Unidos. Sin embargo, según sus responsables, con el Plan ha disminuido el flujo, no sólo por miedo a ser capturados por las autoridades, sino que también influye los cambios de ruta que toman.
Apenas el pasado 18 de diciembre se celebró el Día Internacional del Migrante, fecha a la que se sumó México en reconocimiento a las importantes aportaciones que realizan las personas migrantes mexicanas y de otras nacionalidades a sus comunidades de residencia alrededor del mundo.
México es un país de salida, destino, tránsito y retorno de migrantes, algo que las autoridades están conscientes.
En los últimos meses, el flujo de indocumentados, sobre todo centroamericanos, que llegan a México para cruzar la frontera hacia Estados Unidos, se ha desplazado ahora hacia el mar.
Según cifras oficiales, el año pasado se internaron 250.000 personas por cruces informales, de las cuales el 41 por ciento eran de Guatemala, el 30 por ciento de Honduras y el 19 por ciento de El Salvador. Grupos independientes calculan que la cifra rebasaría los 400.000.