La región de Asia-Pacífico "siguió siendo la parte del mundo más propensa a los desastres en el 2015" y requiere un enfoque de desarrollo sensible a los riesgos, dijo hoy en la sede de la ONU, el vocero del organismo mundial, Stephane Dujarric.
Más de la mitad de los 344 desastres ocurridos en el mundo en el 2015, ocurridos en Asia-Pacífico, tuvieron como resultado más de 16.000 muertes y afectaron a cerca de 59 millones de personas, dijo Dujarric, quien citó un nuevo informe de la Comisión Económica y Social de la ONU para Asia y el Pacífico (Escap, por sus siglas en inglés) dado a conocer hoy.
El informe se llama "Desastres en Asia y el Pacífico: 2015 año en revisión".
"El costo de los daños económicos a los países de la región fue de más de 45.000 millones de dólares, aunque la cifra sería mucho más alta si se incluyeran las pérdidas indirectas", dijo el vocero.
El sur de Asia fue la zona más duramente afectada con 52 desastres y más de 14.000 fallecimientos. El mayor número de muertos fue atribuido al sismo de magnitud 7,6 que sacudió Nepal en abril de 2015, dijo el vocero.
Por otra parte, el informe advirtió que las florecientes ciudades de la región podrían no estar adecuadamente equipadas para enfrentar desastres urbanos que ocurren con mayor frecuencia y mayor intensidad.
Más de 700 millones de personas en la región viven en ciudades con riesgo de desastre "extremo" o "elevado" y para el 2030, esta cifra podría llegar a 1.000 millones, se indicó en el informe.
En muchas grandes ciudades de Asia-Pacífico, gran parte de la infraestructura es anticuada y fue construida sin prestar una atención adecuada a la resistencia al desastre, agregó.
El año pasado, los centros urbanos de Bangladesh, India, Indonesia y Japón se vieron afectados por inundaciones severas y la capital de Nepal, Katmandú, se llevó la peor parte de los daños económicos causados por el sismo de abril.
Las inundaciones generalizadas en Chennai, India, en diciembre de 2015 ilustran los desafíos comunes que muchas grandes ciudades enfrentan. Con la disminución de las barreras ecológicas a través del tiempo por una urbanización rápida y no planeada, las inundaciones afectan infraestructura crítica, redes de electricidad e importantes avenidas de la ciudad.
Los daños y pérdidas económicos por las inundaciones se calculan en más de 10.000 millones de dólares, señala el informe.
El prolongado fenómeno de El Niño del año pasado dirigió la atención hacia desastres dejados de lado y con frecuencia olvidados y de inicio lento a través de agravar de manera severa las oleadas de calor, los incendios forestales y las sequías, entre otros.
El Niño y su hermana, La Niña, son eventos climáticos que contribuyen al cambio climático.
El año pasado fue el más caliente jamás registrado. Pakistán e India tuvieron más de 3.400 fallecimientos por causa de una abrasadora ola de calor.
La sequía provocó una seria escasez de agua y alimentos en gran parte del sur y el sureste de Asia y varias muertes en el Pacífico. En lugar de lidiar con la sequía sólo cuando se convierte en emergencia, debe ser abordada desde una perspectiva de largo plazo para proteger las formas de ganarse la vida, señaló el informe.
Con el fin de construir una región Asia-Pacífico resistente, el informe pide una mayor atención al desarrollo sensible al riesgo y una cooperación regional más firme para manejar los desastres transfronterizos.
También pide aprovechar las tecnologías emergentes como los vehículos aéreos no tripulados para el manejo de desastres, pero destaca la necesidad de establecer estándares regulatorios para un uso eficaz de estas tecnologías.
El informe, que elogia la política "Cero víctimas" implementada en Filipinas como una buena práctica regional, concluye que la reducción de los riesgos de desastre no puede lograrse sin voluntad política y sin un liderazgo efectivo en todos los niveles de gobierno.