El manejo y aprovechamiento sostenible de su biodiversidad es uno de los principales retos que enfrenta Costa Rica al celebrarse hoy el Día Internacional de la Diversidad Biológica.
En un pequeño territorio de 51.100 kilómetros cuadrados, Costa Rica es el hogar de aproximadamente el 3,6 por ciento de la biodiversidad esperada del planeta (estimada entre 13 y 14 millones de especies), mientras en la actualidad registra un total de 94.753 especies conocidas, es decir, un 5 por ciento de la biodiversidad conocida y registrada por la ciencia.
Esta riqueza natural se encuentra resguardada bajo un sistema nacional de Parques Nacionales, Areas Protegidas y Reservas Biológicas que son reconocidas en todo el mundo, pues estas áreas reservadas para la naturaleza cubren poco más de una cuarta parte del territorio costarricense.
Sin embargo, la mera conservación no es suficiente, por lo que el país ha trabajado en una estrategia para proteger y aprovechar de la mejor manera esta riqueza biológica con que se cuenta, lo que quedó plasmado con la reciente presentación de la Primera Política Nacional de Biodiversidad de Costa Rica 2015-2030.
"La Primera Política Nacional de Biodiversidad de Costa Rica 2015-2030 se plantea a una visión de 15 años para procurar la conservación, el usos sostenible y la resiliencia de la biodiversidad, promover el desarrollo económico inclusivo y reconocer la existencia de diferente formas de conocimiento e innovación que proviene de las iniciativas populares y los pueblos indígenas", comentó la viceministra de Ambiente, Patricia Madrigal.
De acuerdo con esta Política, Costa Rica es una economía que se ha reorientado hacia los servicios, principalmente el turismo, y en esta actividad la biodiversidad juega un papel muy relevante como uno de los principales atractivos para los más de 2 millones de visitantes que llegan al país cada año. Los aportes del turismo se han estimado por encima de un 5 por ciento del Producto Interno Bruto costarricense.
De acuerdo con los informes oficiales, pese a que Costa Rica cuenta con un proceso debidamente verificado de recuperación de sus coberturas boscosas, la pérdida de los hábitats se mantiene como una de las principales amenazas para la biodiversidad.
En este sentido, la extensión de las ciudades, las actividades agrícolas y la contaminación de las aguas aparecen con las princiales causas del deteorio en la biodiversidad, pues pone en peligro su subsistencia de los ecosistemas, ya que, por ejemplo en el Gran Área Metropolitana (GAM) -zona que alberga las principales ciudades del país- el tratamiento de las aguas residuales no alcanza ni el 1 por ciento, por lo que la contaminación se exiende por los ríos hasta las costas.
Para Mauricio Alvarez, presidente de la Federación Conservacionista de Costa Rica (FECÓN) uno de los principales problemas para la biodiversidad del país es la debilidad que muestran las instituciones encargadas de la protección del medio ambiente.
"Son instituciones que están débiles en cuanto recursos, pese hay una estrategia, esta parte de la institucionalidad hacia la gestión y no desde las prioridades de las comunidades cerca de las zonas que guardan esta biodiversidad", dijo Alvarez a Xinhua.
Para el conservacionista, esta debilidad de las instituciones es aprovechada por algunos sectores que ya plantean el aprovechamiento de los recursos naturales protegidos, como es el caso del agua y de las fuentes de energía geotérmica; además del fracaso de la "bioprospección" con la que el Estado costarricense pretendió sacar provecho de los recursos biológicos mediante la fallida experiencia del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inbio).
"Otra amenaza gigantesca es el tema de cambio climático que genera una extinción de especies. Vemos en todas las areas medias altas como hay migraciones de especies. Por ejemplo, hay datos de que se ven ahora serpientes terciopelo en lugares cada vez más altos, cuando esta especie está más relacionada a tierras calientes.
"También vemos como las ranas en la zona de Monteverde (bosque tropical nuboso) se han desubicado. Lo que se ve en conjunto son grandes amenazas como el agotamiento de las costas, la reducción del agua, desaparición de los manglares y la reducción de las precipitaciones, que generan una crisis que afecta no solo a los seres humanos", comentó Alvarez.
Al respecto, las autoridades de Ambiente plantean que la tarea principal de esta política es incidir en la reducción de las amenazas directas y no directas contra la conversación y uso sostenible de la biodiversidad, procurar una distribución justa y equitativa de los beneficios que se derivan de su uso, brindar las herramientas para la adaptación al cambio climático, la salud humana, la disminución de la vulnerabilidad socio-ambiental y la seguridad alimentaria en Costa Rica.
Pese a las dificultades, las fuentes oficiales aseguran que se han producido algunos avances en cuanto a la protección de las especies, como lo es la recuperación de algunas especies de anfibios que se creían extintos, una estabilización en la cantidad de poblaciones de algunos grandes mamíferos como los saínos y pumas, mientras que especies marinas de interés comercial como crustáceos y moluscos se encuentran en estado crítico.