Jurado popular juzgará a condenados por incendio de discoteca en Brasil que dejó 242 muertos

Actualizado a las 28/07/2016 - 08:56

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RIO DE JANEIRO, 27 jul (Xinhua) - Un jurado popular en Brasil compuesto por siete personas juzgará a los cuatro acusados por el incendio de la discoteca Kiss de 2013 que dejó 242 muertos, informó hoy el juez instructor del caso, Ulysses Fonseca Louzada.

Existen "indicios suficientes" para juzgar a los cuatro reos que son acusados de 242 cargos de homicidio y de 636 de intento de homicidio, dijo Fonseca Louzada, de la primera sala penal del juzgado de la ciudad de Santa María, citado en un comunicado por el Tribunal de Justicia del estado de Río Grande do Sul (sur).

Los hechos ocurrieron la madrugada del 27 de enero de 2013 en la discoteca Kiss, de Santa María, durante una fiesta universitaria, cuando un músico de una banda que actuaba en el local encendió una bengala cuyas chispas prendieron fuego en el techo, fabricado con un material inflamable.

El fuego se expandió rápidamente por el lugar, lo cual generó gases tóxicos que causaron la mayoría de las muertes y que provocaron heridas o daños respiratorios a otras 636 personas.

Los cuatro acusados son los dos dueños de la discoteca, Elissandro Spohr y Mauro Hoffmann, y dos integrantes de la banda, Marcelo Santos y Luciano Leao, quienes están en libertad provisional.

Los dueños fueron acusados por instalar la espuma de material inflamable en el techo, por contratar un espectáculo en el que sabían que se usarían bengalas, por permitir más público del que la sala puede recibir y por no habilitar medidas de seguridad contra incendios y de evacuación en el local.

Los músicos se enfrentan a los mismos cargos y por la compra de una bengala de uso externo, por ser más barata, a pesar de que tuvieron conocimiento de que iban a actuar en un local cerrado.

Hasta ahora el único condenado por la tragedia es el jefe de los bomberos de Santa María, hallado culpable de cometer fraude en los documentos relacionados a la investigación policial y condenado a seis meses de prisión, aunque tuvo la pena convertida por prestar servicios comunitarios.