El fin del proceso de "impeachment" (juicio político) contra la suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, previsto a mediados de la próxima semana en el Senado, abre la expectativa de una nueva etapa para el país, según algunos expertos.
Analistas consultados por Xinhua coincidieron en afirmar que todo indica que el Senado debe retirar el mandato de Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), y confirmar al presidente interino de Brasil, Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
La condición de interino de Temer -quien asumió el cargo el 12 de mayo luego de que Rousseff fue apartada provisionalmente para ser sometida a juicio político por irregularidades fiscales- condicionó la posibilidad de que el gobierno avanzara en medidas más profundas en la difícil tarea de sacar al país de la recesión.
Para David Fleischer, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Brasilia (UnB), el "impeachment" "va a pasar fácilmente" en el Senado, y Temer tendrá más fuerza política para impulsar las reformas.
"Esa fuerza política debe servir para implantar planes de austeridad. Es complicado, porque los diputados no están dispuestos a limitar los gastos, es la naturaleza del político. Pero él lo está presentando como algo bastante serio, porque si se quiere atraer al sector privado de nuevo para invertir y creer en el gobierno deben ser tomadas medidas bastante fuertes", dijo Fleischer a Xinhua.
El principal problema que debe ser encarado por el gobierno es la reforma de la seguridad social, consideró el profesor.
"Los déficit de la previsión social están creciendo como un tsunami. Eso puede inviabilizar los derechos sociales de mucha gente; de aquí a 10 o 15 años no va a haber más fondos para que las personas se jubilen. Eso tiene que ser acomodado para las futuras generaciones", consideró.
Según el politólogo Murillo de Aragao, de la consultora Arko Advice, los tiempos que seguirán al fin del proceso de "impeachment" presentarán una nueva serie de problemas que deben marcar los primeros meses después de la confirmación de Temer en el Palacio de Planalto (sede de la presidencia en Brasil).
"En el ámbito de la base política, debe haber cambios en el gabinete de Temer apuntando a una mejor relación entre los partidos aliados y el gobierno. Algunos nombres pueden ser sustituidos, y partidos pueden tener ministerios importantes cambiados por otros de menor relevancia", indicó.
Después de las elecciones municipales de octubre próximo, las atenciones deberán volcarse para la agenda de reformas en el Congreso, incluida la enmienda constitucional sobre el techo a los gastos públicos y el inicio de la reforma previsional.
En el campo económico, cualquier decisión que sea tomada por los senadores la próxima semana dará un rumbo al país, dijo a Xinhua el economista José Luiz Pagnussat, profesor de la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP).
"Como la tendencia es que el 'impeachment' se confirme, la expectativa es que el optimismo de los agentes económicos y los indicadores de confianza mejoren. Eso apunta para una ampliación de las inversiones después de la consumación del 'impeachment'", afirmó.
El escenario es de aceleración de la recuperación económica, lo que ya está ocurriendo en forma incipiente, y también de cambios en el sector público.
"Hay un compromiso de Temer de implementar reformas en el sentido de ampliar las alianzas con el sector privado. Eso tiende a posibilitar inversiones en infraestructura y la llegada de capitales internacionales", agregó.
En cuanto al ajuste que debe impulsar el gobierno, éste "puede ser no tan favorable con relación a las políticas sociales, de salud, de previsión social", pero la retomada del crecimiento debe invertir la tendencia al aumento de desempleo.
"Perdimos 10 años de reducción del desempelo en menos de dos años. Todo aquel esfuerzo que llevó a una tasa de desempleo de 4,5 por ciento en diciembre de 2014 cayó para más de 10 por ciento ahora, un impacto estruendoso", dijo.
El cambio del cuadro político y económico invierte ese cuadro de profundización de la crisis, resaltó.
"Por el contrario, debe haber una retomada del crecimiento que puede ser complementada con medidas económicas a fin de este año, en el sentido de reducción de la tasa de interés y otras, que va a acelerar la economía y gradualmente recuperar empleos", evaluó.
En el mismo sentido, el profesor Fleischer consideró que la política económica debe tener como objetivos la reducción del desempleo, la inflación y la tasa de interés.
"Es posible que haya un poco de descontento social, pero Temer ya dijo que debían ser hechas algunas reformas dolorosas, porque el Estado no puede gastar más de lo que ingresa", señaló.
De acuerdo con el profesor, las centrales sindicales y organizaciones sociales vinculadas al PT de Rousseff que acusaban al gobierno interino de "golpista" comenzaron en las últimas semanas a mostrar una postura más conciliadora.
"Hay señales de que van a sentarse a la mesa y conversar. La CUT (Central Única de Trabajadores) rechazaba sentarse a la mesa con el gobierno de Temer y ahora está conversando, la salida es la negociación", agregó.