BRASILIA, 26 ago (Xinhua) -- El segundo día de la fase final del proceso de impeachment contra la suspendida presidenta Dilma Rousseff fue marcado por agravios entre los senadores por la mañana y la declaración de testigos de la defensa por la tarde, quienes descartaron que la mandataria haya cometido "crimen de responsabilidad".
Por la mañana, cuando la confrontación entre los bloques a favor y en contra del impeachment creó una tensa situación que provocó dos suspensiones de la sesión por parte del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien preside los trabajos.
El presidente del Senado, Renan Calheiros, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), llegó a decir que daba la impresión de que el juicio estaba siendo realizado "en un hospicio".
En un duro discurso en la tentativa de traer calma al plenario, Calheiros dijo que el enfrentamiento no habría vencedores ni vencidos y que estaba convencido que "la burrada es infinita".
Los enfrentamientos condujeron a suspender la sesión antes del mediodía, y tras el intervalo los partidarios de la destitución de Rousseff decidieron reducir al máximo sus preguntas a los testigos de la defensa por la tarde.
El primer a declarar fue el economista José Gonzaga Belluzzo, informante por la defensa, quien consideró que la mandataria no cometió "crimen de responsabilidad" y alertó que el ajuste fiscal podrá agravar aún más la recesión brasileña.
El economista dijo que las medidas cuestionadas de la presidenta tuvieron bajo impacto en las cuentas públicas del año pasado, y por el contrario, en su opinión el gobierno debería haber gastado más para enfrentar la crisis.
Según Belluzzo, en vez de "pedaleo fiscal" hubo un "despedaleo fiscal" a partir de la decisión de Rousseff y su equipo económico de proceder a un fuerte ajuste en 2015.
El segundo fue el profesor de derecho Geraldo Prado, testigo de la defensa, quien dijo que la pretensión de penalizar a la mandataria con la pérdida del mandato por las medidas administrativas representa un castigo "desproporcionado".
La presidenta es acusada de "crimen de responsabilidad" por haber practicado el llamado "pedaleo fiscal" (atrasos en los pagos a bancos públicos) y publicado decretos de crédito suplementario sin autorización del Congreso.
Según Prado, la opinión del Tribunal de Cuenta de la Unión (TCU) de que esas medidas violan la responsabilidad fiscal, cuando en gobiernos anteriores habían sido consideradas legales, no se aceptable desde el punto de vista jurídico.
El profesor dijo que hay "todo un pasado, una historia de comportamiento absolutamente similar que siempre ha sido calificada como correcta, y ese cambio de entendimiento no puede ser hecho hacia atrás".
La senadora Vanessa Grazziotin cuestionó a Prado sobre la validez del parecer del TCU, tomando en cuenta que el auditor de ese órgano Antonio Costa D'Avila admitió en la sesión de la víspera que había participado en la elaboración de la acusación que él mismo juzgó más tarde.
El jurista respondió que un parecer en esas condiciones no tendría validez porque "no hay ninguna manera de ser imparcial y al mismo tiempo parte desde punto de vista del procedimients penal".
El ex secretario ejecutivo del Ministerio de Educación, Luiz Claudio Costa, tercer testigo de la defensa, argumentó que el decreto suplementario de 1.600 millones de reals (unos 500 mdd) destinado a la cartera no tuvo ningún "impacto fiscal".
"El decreto permite una gestión más eficiente de las universidades. Es de fundamental importancia para la gestión del presupuesto. No hubo un aumento del gasto", dijo.
Costa también afirmó que haber enviado un proyecto de ley al Congreso en vez de editar el decreto suplementario hubiera comprometido la agilidad del proceso de enviar los recursos en fecha para la aplicación del Enem, el examen de ingreso a las universidades.
Al igual que el jueves, el segundo día de los trabajos terminó con el plenario prácticamente vacío, después de que la mayoría de los senadores se retirara horas antes del fin de la sesión.
Ante el reclamo de los aliados de Rousseff por la ausencia de sus adversarios, el juez Lewandowski determinó que, siguiendo el reglamento interno del Senado, era suficiente la presencia de 4 senadores para que hubiera quórum para mantener la sesión.
Otros tres testigos de la defensa serán interrogados en una sesión especial este sábado.
Este viernes, por otra parte, Rousseff recibió en el Palacio de Alvorada, la residencia oficial en Brasilia, al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva para discutir su defensa en la fase final el proceso de impeachment.
El lunes 29, Rousseff presentará en el Senado su defensa acompañada por un séquito de 35 personas, en su mayoría ex ministros, además del ex mandatario.
El Partido de los Trabajadores (PT) está evaluando la posibilidad de llevar a Lula da Silva al plenario de la Cámara Alta o si debe acompañar a la declaración de su ahijada política desde una habitación privada.