El gobierno de Brasil rechazó este miércoles, tras la destitución de Dilma Rousseff por el Senado y la asunción del presidente Michel Temer, las manifestaciones críticas a ese proceso de los gobiernos de Bolivia, Ecuador, Cuba y Venezuela.
Itamaraty, la cancillería brasileña, divulgó dos comunicados cuestionando las posiciones de esos países, que expresaron su solidaridad a la destituida Dilma Rousseff y denunciaron el proceso de "impeachment" como ilegítimo.
En el caso de Venezuela, el rechazo del gobierno Temer fue más enfático, además informó que "a la luz de las circunstancias, el gobierno brasileño decidió llamar a su embajador en Caracas para consultas".
"El gobierno brasileño repudia los términos del comunicado emitido por el gobierno venezolano hoy, 31 de agosto, sobre la conclusión del proceso de impedimento de la ex presidente (...) revela profundo desconocimiento de la Constitución y las leyes de Brasil, y niega los principios y objetivos de la integración latinoamericana", dice la nota.
Con relación a Bolivia, Ecuador y Cuba, Itamaraty lamentó las "manifestaciones de incomprensión" de esos gobiernos.
Las autoridades de los países citados calificaron el "impeachment" de Rousseff como un "golpe parlamentario", lo que fue categóricamente rechazado por Brasilia.
"El proceso fue conducido en estricto respeto a lo que establecen las leyes y la constitución brasileñas y constituye un ejemplo que fortalece la democracia en el país y en la región", asegura el texto.
Según la nota, los gobiernos de esos países "reinciden en expresiones equivocadas que ignoran los fundamentos de un Estado democrático de derecho, como el que rige de manera plena en Brasil".
"El gobierno brasileño convoca a las autoridades de esos países a mantener la serenidad y respetar los principios y valores que rigen las relaciones entre las naciones latinoamericanas", concluye la nota.