El primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, expresó su pesar por la pérdida de vidas y por las heridas sufridas por decenas de soldados del Gobierno sirio después de que se revelara que los aviones militares australianos participaron el fin de semana en un ataque aéreo dirigido por la coalición.
Turnbull admitió que los aviones australianos participaron en los bombardeos que el sábado pasado provocaron la muerte de 90 soldados sirios, además de 110 heridos, atacados al ser confundidos con las fuerzas del Estado Islámico (EI) en el aeropuerto militar de Deir al Zour, en el este de Siria.
"Tan pronto como se informó a la coalición de que eran efectivos del personal (militar) del Gobierno sirio los que se habían visto afectados por el ataque, se suspendió la operación", dijo Turnbull a los periodistas la pasada noche, y añadió que se llevará a cabo una revisión del ataque para determinar si las fuerzas de la coalición podrían haberse coordinado mejor.
"Lamentamos la pérdida de vidas humanas así como las heridas causadas al personal sirio afectado", expresó.
Un alto asesor del presidente sirio, Bashar al Assad, manifestó que el Gobierno de Damasco cree que los ataques aéreos fueron una maniobra "deliberada".
Sin embargo, el Departamento de Defensa australiano aseguró en una declaración emitida a raíz del ataque que la pérdida de vidas era trágica y accidental.
Las tropas australianas nunca tendrían como objetivo de manera intencionada a otras fuerzas que no fueran las del Estado Islámico, subrayó.
"Mientras que Siria sigue siendo un entorno operativo dinámico y complicado, Australia nunca tendría como blanco de manera intencionada a una unidad militar siria conocida, ni apoyaría activamente (al Estados Islámico)", reza el texto.