La complejidad del volumen, patrones e industrias de los flujos de inversión extranjera directa (IED) entre China y Estados Unidos se ha acelerado en ambos sentidos en los últimos 25 años, según un informe publicado hoy.
El informe, elaborado por Grupo Rodio y el Comité Nacional de Relaciones China-Estados Unidos, indica que las compañías estadounidenses han tenido un papel activo en la economía china desde 1979, mientras que los inversionistas chinos han empezado a ampliar su presencia en Estados Unidos en la última década, lo que convierte a la relación de IED en una vía de doble sentido por la que todos los años fluyen miles de millones de dólares.
"Como este informe revela, ambos países han dado una mayor bienvenida a sus respectivas inversiones de lo que los datos oficiales nos hacen creer", dijo en una conferencia Stephen Orlins, presidente del Comité Nacional de Relaciones China-Estados Unidos.
De acuerdo con el informe calculado con la introducción de un nuevo método de transacciones, las inversiones estadounidenses en China ascendieron a 228.000 millones de dólares en el período 1990-2015, mientras que la IED china en Estados Unidos ascendió a 64.000 millones de dólares en el mismo período, cifras mucho mayores de lo que los datos oficiales muestran.
Los beneficios de la IED han sido enormes. La inversión china en Estados Unidos ya representa más de 100.000 empleos y las compañías estadounidenses emplean a más de 1,6 millones de trabajadores en China, según el informe.
El informe también brindó cinco recomendaciones generales en vista de la actual agenda de políticas en la relación China-Estados Unidos.
Primero, se aconsejó a los responsables políticos considerar en qué medida la relación es más profunda de lo que los datos oficiales muestran. Al ver esto, existen razones para modernizar el marco de políticas actualmente utilizado para abordar las oportunidades e inquietudes.
Segundo, al fijar la agenda bilateral, los responsables políticos deben tomar en cuenta la situación interna del otro. Las actuales expectativas de políticas se han considerado sin un entendimiento adecuado de los datos y sin prestar la suficiente atención a los procesos políticos nacionales.
Tercero, los datos muestran que la mezcla industrial de los flujos bilaterales de IED ha evolucionado rápidamente, lo que naturalmente conduce a inquietudes en el sentido de que las políticas no se queden atrás de los asuntos de seguridad nacional. Las adquisiciones de alta tecnología atraerán un mayor examen de seguridad, pero son sólo una parte de la mezcla industrial actual.
Cuarto, la perspectiva comparada del flujo bilateral de IED muestra que las cuestiones de reciprocidad y simetría en la inversión bilateral China-Estados Unidos son complicadas. Normalmente, China ha recibido más inversión de Estados Unidos, pero esto tiene que ver con su etapa de desarrollo y con la preparación de las compañías chinas para su internacionalización.
Por último, el autor del informe alienta a Beijing y a Washington a pensar más allá del ámbito bilateral.
"A diferencia del comercio, la inversión construye relaciones entre personas. Las inversiones son como un matrimonio: requieren una comunicación y compromiso sostenidos de ambas partes a fin de fructificar", dijo Orlins.
El informe es mucho má importante luego de las elecciones presidenciales realizadas el martes pasado en Estados Unidos, porque demuestra de qué manera están entretejidas las economías de China y Estados Unidos y cuán importante son las inversiones, añadió Orlins.