BEIJING, 18 dic (Xinhua) -- El capital chino ha sufrido recientemente varias turbulencias y obstáculos en Alemania, Australia y Estados Unidos, aunque, al mismo tiempo, sigue circulando por el mundo a una velocidad impresionante, beneficiando tanto a las empresas chinas como a las locales.
FOBIA AL CAPITAL CHINO
Según parece, las actividades de inversión chinas en el extranjero han solido provocar miedo en los medios occidentales y entre los políticos, que citan a menudo "la seguridad nacional" como razón contra los acuerdos empresariales propuestos por China.
"Los argumentos que hablan de la seguridad nacional no son más que proteccionismo con una campaña sofisticanda relaciones públicas", comentó el columnista empresarial británico Matthew Lynn sobre la utilización casi habitual que hacen las economías desarrolladas de la "preocupación por la seguridad" para bloquear la inversión china.
A su juicio, a medida que la economía china se expande, es inevitable que sus grandes empresas comiencen a salir al mundo, al igual que hicieron las surcoreanas hace 20 años o las japonesas hace 30.
Muchos observadores han subrayado que algunos países muestran una inquietud infundada ante el capital chino y ven la inversión empresarial normal del país asiático como un caballo de Troya.
Hannes Dekeyser, experto del Instituto Europeo de Estudios Asiáticos, ha dicho que la ola reciente de preocupación mostrada por los países europeos en cuanto a la inversión china coincide con una tendencia proteccionista y un aumento del populismo en el continente.
INVERSION BENEFICIOSA PARA TODOS
Frente a las varias versiones de "la amenaza china", ¿cómo deberían responder los inversores del país asiático?
"La mejor forma es invirtiendo en negocios extranjeros de forma honesta y sincera", afirmó Huo Jianguo, exdirector del organismo de política comercial del Ministerio de Comercio chino.
Sólo mostrando su sinceridad al invertir y hacer negocios en el extranjero profesionalmente, los inversores chinos podrán eliminar las sospechas y miedos infundados de sus homólogos extranjeros, y garantizar un resultado beneficioso para ambas partes, explicó.
Desde Londres, sólo lleva 20 minutos llegar en tren a Reading, donde está ubicado el cuartel general de la compañía china de equipos de telecomunicaciones Huawei.
15 años después de su llegada, Huawei Britain se ha convertido literalmente en un importante empleador para los locales: tiene 1.100 trabajadores a tiempo completo, el 70 por ciento de los cuales son contratados a nivel local.
Según informes del Instituto Oxford de Investigación Económica, de 2012 a 2014 Huawei aportó 1.200 millones de dólares a la economía británica. En 2014, había engrosado en 7.300 los puestos de trabajo en el Reino Unido, así como comprado productos y servicios en 15 regiones del país.
Esto explica por qué los medios británicos, siempre críticos, han tenido pocas palabras malas para Huawei. Algunos consejeros británicos han presentado a la compañía china como un ejemplo que demuestra que la inversión extranjera puede brindar beneficios reales al Reino Unido.
Existen otros muchos casos similares. Cada vez más gente se está dando cuenta de que la inversión de las empresas chinas no es el monstruo que se rumoreaba, sino que mira el largo plazo y busca resultados mutuamente beneficiosos a través de la cooperación y las fusiones.
AUGE DE LA INVERSION
En 2002, un año después de que China se incorporara a la Organización Mundial del Comercio (OMC), la inversión directa china en el extranjero era de 2.700 millones de dólares.
En 2015, esta cifra llegó a 145.670 millones de dólares, casi 54 veces más que en 2002, con un incremento anual del 33,6 por ciento.
También en 2015, China, por primera vez, se convirtió en un país exportador de capital. El volumen de la inversión directa anual del país asiático en el extranjero representó un 9,9 por ciento del total de la inversión global, ocupando el segundo lugar en el mundo.
En los primeros tres trimestres de este año, las empresas chinas han realizado 521 fusiones y adquisiciones ultramarinas en 18 industrias de 67 países y regiones, y alcanzado un volumen comercial de 67.440 millones de dólares.
Según Qu Hongbin, economista jefe del HSBC para China, además de la cantidad, la calidad de la inversión china en el extranjero también ha progresado.
Desde las inversiones iniciales en recursos naturales, tales como petróleo y mineral de hierro, a las hechas en infraestructuras y fabricación, o en servicios, alta tecnología y cultura, la inversión china en ultramar se ha ido actualizando año a año.
Mucho expertos también han señalado que la iniciativa china de "la Franja y la Ruta" será el principal impulso de la próxima etapa de la inversión del país asiático en el extranjero.
Junto con la operación de instituciones financieras, como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras, el capital chino estará presente con cada vez más frecuencia en los países y regiones implicados en la Franja y la Ruta.
El viaje del capital chino en el extranjero acaba de comenzar y, durante el periplo, la economía china también continuará globalizándose y contribuyendo a la prosperidad de China y el resto del mundo