Dos líneas de tránsito rápido de autobús que conectan Beijing y la vecina provincia de Hebei entraron en servicio hoy lunes, como parte de los esfuerzos por aliviar la congestión del tráfico de la capital china.
Las líneas operarán en las horas punta entre el distrito de Dachang de Hebei y las paradas de metro de Lucheng y Dajiaoting Este de Beijing, según la comisión de transporte público de Beijing.
Con el aumento de líneas de ferrocarril y autobuses con extensión a Hebei, los viajeros que se trasladan diariamente a la capital desde regiones cercanas tendrán un acceso más fácil a la ciudad, lo que ayuda a reducir la presión del tráfico, destacó un funcionario de la comisión.
Datos publicados en enero mostraron que el índice de tráfico diario en Beijing cayó del 5,7 en 2015 al 5,6 el año pasado, lo que indica que el tráfico estuvo menos congestionado. El índice varía de cero a 10 y la cifra aumenta conforme empeora el tráfico.
Según un informe anual publicado por la empresa proveedora de servicios de navegación china AutoNavi, Beijing ha dejado de ser la ciudad más congestionada del país.
El informe, difundido en enero, apunta que Jinan, en la provincia oriental de Shandong, y Harbin, en la nororiental de Heilongjiang, fueron las dos ciudades con peores condiciones de tráfico entre las 60 ciudades estudiadas en 2016.
Se cree que las opciones de transporte público como las bicicletas, el metro y los autobuses han contribuido mucho a la mejora del tráfico de Beijing, señala el informe.
Las líneas de metro de Beijing alcanzaron una longitud de 574 kilómetros en 2016. La cifra subirá a 900 kilómetros para 2020, según el plan del ayuntamiento, que también proyecta ocho líneas suburbanas que llegarán hasta Hebei.
"El tráfico ferroviario ha sentado la base para un desarrollo regional equilibrado, que traerá beneficios para las regiones vecinas de Beijing", afirmó el subjefe de la Academia de Ciencias Sociales de Beijing, Zhao Hong.
En cuento a los autobuses, las rutas totalizaron una longitud de 841 kilómetros en 2016.
Además, el año pasado se registró un aumento de 31.000 bicicletas públicas, lo que elevó el número total a 81.000 en la ciudad.
Beijing también intenta reducir la congestión del tráfico abriendo más espacios y realojando a la población en los alrededores.
Hasta la fecha, se han cerrado más de 1.300 fábricas, con lo que se han liberado más de siete millones de metros cuadrados de terrenos que pueden recibir un nuevo uso.
El director del centro de investigación del transporte de Beijing, Guo Jifu, pidió esfuerzos conjuntos de las autoridades de recursos de suelo y transporte para mejorar la planificación urbana de la ciudad.
"Un plan urbano tiene que tener en cuenta la capacidad de transporte de la ciudad. El departamento de transporte debe poder opinar en la aprobación de nuevos proyectos de construcción", consideró Guo.