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Veterano residente de Shenzhen repasa desarrollo de la ciudad

Actualizado a las 20/02/2017 - 17:46
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SHENZHEN, 20 feb (Xinhua) -- Deng Zhibiao, de 75 años, se ha arrepentido siempre de haber dejado hace 40 años que el segundo de sus tres hijos dejase el hogar natal de Shenzhen para irse a vivir a Hong Kong.

"Debí haber impedido que se marchase", lamenta.

Tanto el hijo mayor de Deng como el menor han hecho carrera en Shenzhen, un polo económico de la provincia meridional china de Guangdong, y hoy ambos tienen en la ciudad más de un apartamento y unos altos ingresos anuales de varios cientos de miles de yuanes..

"Mi segundo hijo ha vuelto a Shenzhen a trabajar, pero vive de alquiler", explica.

Deng fue en tiempos jefe del pueblo de pescadoras de Yumin, en Shenzhen. En muchos aspectos, la vida familiar de Deng ha ido de la mano de la suerte de la ciudad, que se ha desarrollado mucho en las últimas décadas.

Shenzhen, una de las primeras zonas económicas especiales de China, era en el pasado un pequeño pueblo pesquero, pero hoy se ha convertido en una metrópoli de casi 12 millones de habitantes y un producto interno bruto (PIB) próximo al de ciudades como Shanghai, Beijing y Guangzhou.

Existe otro Deng cuyos vínculos con Shenzhen son más ampliamente conocidos: Deng Xiaoping.

El difunto líder chino, considerado el arquitecto de la campaña de reforma y apertura de China, pronunció un discurso fundamental durante un célebre viaje por el sur del país en 1992 que inspiró a la ciudad a proseguir su desarrollo rápido.

La urbe tuvo libertad para ejecutar reformas en busca de riqueza. Deng Zhibiao venera claramente a su tocayo. "Sin sus medidas, este desarrollo sería inimaginable", dijo.

CAMBIO DE POLÍTICAS

Deng Zhibiao recuerda a menudo la pobreza de la década de los 70 y que le ofreciesen pan y gaseosa de la vecina Hong Kong.

"No me atrevía a tomarlos. Eran productos del capitalismo", rememora.

En aquel entonces, muchos residentes intentaban entrar furtivamente en Hong Kong para dejar atrás la pobreza de Shenzhen.

"Pescábamos en el río de Shenzhen, y muchos de mis compañeros no volvían a puerto. De las más de 70 familias que éramos se fueron casi 30", cuenta.

Deng Xiaoping visitó Guangdong en 1977. Tres años después, Shenzhen se convirtió en zona económica especial para experimentar una serie de políticas empresariales novedosas.

Deng Zhibiao comenzó a comprar autos de segunda mano en Hong Kong para venderlos en Shenzhen. "Antes de las reformas no se podía, se decía que era capitalismo", explica.

Llegado 1980, muchos en Yumin ya tenían televisores, neveras, equipos de sonido y cocinas eléctricas, que en aquel entonces eran considerados lujos. Mientras los chinos de otros lugares ganaban menos de 1.200 yuanes (unos 175 dólares) al año, en Yumin la media de ingresos anuales por hogar pasaba de 10.000.

En 1985, los residentes habían puesto en marcha fábricas de ropa, relojes y joyas y las empresas de Hong Kong comenzaron poco después a invertir en Shenzhen.

DEBATE ACALORADO

Huaqiangbei, un distrito central de la ciudad de Shenzhen, era en el pasado un barrio de fabricantes.

"Al principio fabricaban dispositivos electrónicos. El Grupo de Electrónica de Shenzhen (SEG, en sus iniciales en inglés) se creó en 1986 porque necesitaban un mercado de componentes", indica Hu Jianping, vice consejero delegado del grupo.

Otras empresas siguieron la estela del SEG y Shenzhen comenzó a convertirse en un polo de fabricantes.

"El Ministerio de Industria Electrónica de la época suministraba expertos, y el gobierno municipal de Shenzhen nos ofrecía suelo y nos eximía de impuestos", agrega Hu.

No todo fue un camino de rosas, sin embargo.

"En el paso de la economía planificada a la de mercado, el modelo del SEG fue polémico", recuerda.

Chen Xitian, de 76 años y ex jefe de edición adjunto del Diario de la Zona Especial de Shenzhen, apunta que la reforma y apertura se estaba estancando a principios de los 90, unos años de retroceso mundial del movimiento socialista en la antigua Unión Soviética y el este de Europa.

"En China se plantearon discusiones acaloradas sobre el socialismo y el capitalismo", relata Chen.

El viaje al sur de Deng Xiaoping en 1992 puso fin al debate.

"La economía planificada no es exclusiva del socialismo, ya que el capitalismo también planifica, y la economía de mercado no es exclusiva capitalismo, pues en el socialismo también hay mercados", dijo.

Después de eso, el poblado de Deng Zhibiao se convirtió en una sociedad de capitales.

Hu Jianping, que por entonces tenía 30 años, abandonó su trabajo como profesor en la provincia noroccidental china de Shaanxi y se fue a Shenzhen.

El grupo SEG comenzó a fabricar teléfonos móviles.

"En el momento de mayor auge, en torno al 70 por ciento de los teléfonos móviles del mundo se fabricaban en China, y un 80 por ciento de los móviles de China provenían de Huaqiangbei", dice Hu.

CENTRO DE ALTA TECNOLOGÍA

Años después, Shenzhen se enfrentó a nuevos desafíos.

Para proteger la propiedad intelectual, la ciudad comenzó a perseguir el mercado teléfonos de imitación en 2011. El comercio electrónico y la construcción de una calle peatonal también afectaron a la popularidad del SEG. La ciudad tuvo que volver a cambiar.

"En el peor momento, el alquiler de un puesto en el centro comercial del SEG se rebajó a la mitad, y el 40 por ciento de los puestos estaban vacíos", indica Hu.

Las cosas cambiaron a partir de 2012, cuando Xi Jinping, secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), realizó una visita de inspección a Guangdong.

El mandatario chino indicó que la reforma de China había llegado a un momento crítico en el que sería más complicado hacer frente a los problemas difíciles, y que el PCCh tenía que actuar con audacia política y profundizar las reformas en áreas importantes.

El SEG empezó a cooperar con gigantes de internet y la tecnología como Tencent, Huawei y Alibaba, y trasladó su atención a los 'Chuangke', entusiastas de la tecnología que usan impresoras

3D, robótica y otros instrumentos avanzados para crear productos. La revolución de la innovación se puso en marcha.

En Huaqiangbei, la compañía de aceleradores de hardware HAX, con sede en San Francisco, ha atraído equipos de Estados Unidos y Europa como plataforma para ayudar a los desarrolladores.

La compañía Bitome de Estados Unidos presentó sus productos de vigilancia de la salud en una muestra itinerante junto a la oficina de HAX.

Herbert Ryan, cofundador y jefe ejecutivo de Bitome en Shenzhen, admitió que los costes de investigación y desarrollo en la ciudad eran menores que en Estados Unidos. Una placa base cuesta unos 700 yuanes en Estados Unidos, pero solo 200 en Shenzhen.

Ryan se enteró de la existencia de la oficina de HAX en Shenzhen a través una revista estadounidense y relató que los empleados de HAX les ofrecieron mucha ayuda en la selección de materiales y la búsqueda de fabricantes.

Jack Ge, graduado del Imperial College de Londres, formó parte de un equipo de cinco personas para desarrollar una lámpara capaz de mejorar el sueño.

Ge, de 23 años, no sabía mucho de Shenzhen, pero sus amigos le recomendaron Huaqiangbei y le aseguraron que los mayores talentos del hardware se encontraban en la ciudad.

Ge afirma que en el Reino Unido fabricar un prototipo lleva un mes y que en Shenzhen se puede hacer en la mitad de tiempo por la tercera parte del coste.

"Incluso la gente que atiende los puestos en Huaqiangbei tiene buenos conocimientos sobre hardware", señala.

El equipo de Ge planea registrar una empresa en Shenzhen.

La transición hacia una economía más innovadora no termina en HAX, sino que abarca toda la ciudad. La tecnología avanzada es ahora una piedra angular de Shenzhen, cuyo cambio ha sido como un milagro.

Chen Xitian recuerda ver a Deng Xiaoping en la ribera del río de Shenzhen el frío invierno de 1992, mirando a Hong Kong en la otra orilla.

Deng Xiaoping murió el 19 de febrero de 1997, cuatro meses antes del regreso de Hong Kong a la patria.

El 3 de enero de este año se firmó un memorándum entre Shenzhen y Hong Kong. La tierra que Deng contempló hace 25 años se convertirá pronto en un parque tecnológico.

La ruta del cambio de Shenzhen fue larga y accidentada, y su fin desconocido para la mayoría de la gente. Existen, sin embargo, algunas cosas sólidas sólidas y ciertas, como el enorme retrato de Deng Xiaoping en la ciudad que en grandes caracteres chinos de color rojo reza: "Seguid firmemente la línea básica del Partido durante 100 años".  

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