La MTC en el camino de la modernidad
En el siglo XIX y a principios del siglo XX, la MTC fue ampliamente superada y a menudo sustituida por la medicina occidental. En la segunda mitad del siglo XIX, los poderes imperialistas invadieron China e introdujeron la ciencia y la tecnología, así como la filosofía de Occidente. Los chinos a menudo escogían tratamientos médicos occidentales antes que la MTC cuando estaban enfermos. La MTC fue progresivamente arrinconada e incluso hubo quien propuso su prohibición.
Un punto de inflexión crucial se produjo con la fundación de la República Popular China. El presidente Mao Zedong reconoció las ventajas de la MTC, la cual podía proporcionar tratamientos médicos efectivos para la enorme población del país, especialmente en las zonas rurales, con los limitados recursos económicos de aquel momento. Mao dijo: "La medicina y la farmacología chinas son un gran tesoro y debemos esforzarnos para explorarlas y llevarlas a un nivel superior" Así la medicina china y sus prácticas terapéuticas renacieron tras la fundación de la Nueva China y evolucionaron hasta la MTC que conocemos hoy.
El Gobierno chino ha priorizado los tratamientos médicos de la MTC y ha estimulado la investigación para su desarrollo, además de liberarla de las connotaciones religiosas. Desde mediados de la década de 1980, cuando tanto la medicina occidental como la china lograron enormes progresos, los esfuerzos se han dirigido a construir y desarrollar un sistema que combine la MTC y la medicina occidental. De hecho, se han logrado muchos avances en este sentido. Hoy, en China, la medicina tradicional y la occidental están estrechamente conectadas. Los estudiantes de MTC también reciben formación en medicina occidental. Todos los licenciados en la MTC pueden prescribir también medicinas occidentales.
El mundo descubre la MTC
Aunque la MTC tiene miles de años de historia, en Occidente se conoce desde hace tan solo unas pocas décadas. Algunos estudiosos europeos supieron de ella en los siglos XVII y XVIII, sin embargo, sus experiencias en prácticas específicas pronto se perdieron. En la década de 1950, el mundo occidental volvió a interesarse por este complejo campo, pero no fue hasta 1971 cuando la MTC despertó verdadera atención en Occidente, cuando James Reston, un periodista estadounidense, escribió y publicó en el New York Times un artículo acerca de cómo se había tratado el dolor con acupuntura tras una operación de apendicitis.
Actualmente, la comunidad internacional reconoce las ventajas de la MTC. Según las estadísticas de la OMS, la MTC se practica en más de 170 países y regiones del mundo, y la acupuntura es un tratamiento que se usa en más de 100. Hay más de 80.000 clínicas y unos 300.000 médicos de MTC en el mundo. Más de 80 países han firmado acuerdos de cooperación con China en el campo de la MTC.
El año pasado, Tu Youyou, investigadora china especializada en la MTC, ganó el Premio Nobel de Medicina, un logro que ha inyectado dinamismo al desarrollo de la MTC en el mundo. El comité noruego del Nobel concedió el premio a Tu por su contribución al descubrimiento de la artemisinina, que se usa para tratar la malaria.
Tu nació en 1930 en la ciudad de Ningbo, provincial oriental de Zhejiang. Estudió en el Departamento de Farmacia del Centro de Ciencias Médicas de la Universidad de Beijing entre 1951 y 1955. Después de graduarse, trabajó en la Academia China de Ciencias Médicas Chinas, donde en 1969 dirigió un proyecto de investigación encargado por el Gobierno para el tratamiento medicinal de la malaria. Después de estudiar más de 200 hierbas medicinales e incontables recetas, en 1972 el equipo de investigación que lideraba obtuvo finalmente la sustancia pura del qinghao (artemisia annua, ajenjo dulce), a la que llamaron qinghaosu, o artemisinina, con la cual se puede tratar la malaria.
Tu Youyou dijo en una entrevista que, para ella, lo más importante no fue ganar el Premio Nobel, sino lo que consiguió su equipo, un logro que ha revitalizado las investigaciones en el campo de la MTC y animado a los investigadores a perseguir más resultados y avances. Se trata de algo que merece la pena. La contribución de Tu al mundo no tiene precio, especialmente para los países en vías de desarrollo.