Su Tao trabaja en una pequeña aldea ubicada en la provincia central china de Hubei y vive una vida atípica en comparación con la de sus compañeros de clase.
Tras su graduación, Su aprobó un examen que le permitió trabajar en una estación de gestión del agua en un pueblo pobre afectado por la escasez de este recurso. Al ayudar a los residentes locales a reparar tuberías y buscar fuentes de agua, Su sintió una sensación de satisfacción como nunca antes.
"Pocos de mis compañeros tuvieron la oportunidad de trabajar en la base", destacó Su, quien añadió que "es maravilloso sentirse necesitado" en el lugar en el que se encuentra.
Su es uno de los 25.000 graduados universitarios que van cada año a las áreas más pobres del país para apoyar el desarrollo local. El programa, puesto en marcha en 2006, permite a la fuerza laboral con formación ayudar al desarrollo rural en terrenos como la agricultura y la educación, y también ayudar a los recién titulados a encontrar trabajo.
Este programa es solo un ejemplo de cómo las autoridades chinas están trabajando para mantener el empleo estable en un tiempo de cambio estructural. Mientras que los datos oficiales de desempleo apuntan a una perspectiva optimista, el mercado laboral de China enfrenta muchos desafíos.
Uno de los problemas apremiantes es la creciente cantidad de mano de obra inexperta que entra en la fuerza de trabajo. El número de recién graduados universitarios llegará a un máximo histórico de 7,95 millones en 2017, lo que representa más de la mitad de la nueva fuerza laboral.
Más de tres millones de trabajadores rurales se han trasladado a las ciudades, lo que ha provocado la necesidad de más empleos en las zonas urbanas para cubrir la demanda.
Las reformas estructurales de China también traen dolor. China tendrá que encontrar una nueva ocupación para 500.000 trabajadores despedidos de industrias sobredimensionadas como las del acero y el carbón, una ardua tarea que requiere determinación e inteligencia.
"Hay ciertamente muchos problemas estructurales en el mercado laboral", manifestó Lu Aihong, portavoz del Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social, quien agregó que las autoridades seguirán haciendo del empleo estable la "máxima prioridad".
Las autoridades han implementado una serie de políticas a favor del empleo. Se destinaron fondos fiscales por un total de 100.000 millones de yuanes (unos 14.500 millones de dólares) para ayudar a buscar nuevos puestos para los trabajadores despedidos debido al recorte del exceso de capacidad y también se pusieron en marcha programas especiales para dar a los graduados más oportunidades de empleo.
El gobierno ayudó a 720.000 trabajadores que perdieron su trabajo a encontrar nuevos empleos el año pasado.
Mientras que las ferias de empleo y programas especiales ayudan a satisfacer la demanda en el mercado laboral, los expertos dicen que un patrón más sostenible para asegurar un empleo estable es el aumento de la oferta.
El espíritu empresarial es una palabra de moda de la agenda del Gobierno, no solo por su papel como motor del crecimiento, sino también como creador de empleo. Una directriz sobre este asunto publicada recientemente por el Consejo de Estado (gabinete chino) alienta a los jóvenes trabajadores migrantes a crear sus propias empresas y ofrece condiciones fiscales favorables para las empresas innovadoras que crean empleos.
Sin duda, Su Tao se habrá convertido en un fontanero experto en el momento en que abandone el pueblo. Después de trabajar durante un año en la estación de gestión de agua, Su planea lograr un puesto de funcionario. El gobierno ofrecerá a la gente como Su condiciones favorables, dándoles una ventaja competitiva como recompensa por su experiencia.
"Como funcionario, puedo tener un trabajo más estable", manifestó.