Nunca antes Mariusz Marczak había mostrado tanto interés en el mercado chino, a medio mundo de Polonia.
"Deseamos producir más leche de calidad para los consumidores chinos", dijo el ganadero de 31 años de edad cuando Xinhua visitó su granja.
Marczak, también padre de una hija de un año, mantiene alrededor de 170 vacas en la aldea de Lipnice, a más de una hora en auto de la capital polaca Varsovia.
A unos 60 kilómetros al oeste de la granja ganadera de Marczak, la ciudad polaca de Lodz tiene una conexión ferroviaria directa con Chengdu, capital de la provincia china suroccidental de Sichuan.
El enlace ferroviario es uno de los proyectos simbólicos de la iniciativa china de la Franja y la Ruta, una red transnacional de comercio, inversión y desarrollo económico.
Marczak se hizo cargo de la granja familiar que su padre inició con tres vacas en la década de los setenta. Marczak nunca pensó en su carrera actual hasta que se graduó de la universidad, en donde estudió agronomía.
Marczak ha equipado su granja con máquinas de ordeña automática y con tres tractores y ahora su granja produce alrededor de 3.000 litros de leche diarios. Gracias a la mecanización, logra manejar la granja sólo con ayuda de su padre. Además de las vacas, cultivan 70 hectáreas, 35 de las cuales son destinadas a maíz para alimentar al ganado.
"Al principio, nunca pensé que fuera posible", dijo Stanislaw, el padre de 65 años de edad de Marczak. Pero lo fue gracias al arduo trabajo y a la buena cooperación con la Planta Cooperativa de Lowicz, creada hace 110 años.
"Nuestra cooperación inició en la década de los setenta y ha continuado de forma ininterrumpida hasta ahora. Garantiza precios estables y reduce los riesgos", dijo.
Szymon Makos, especialista en exportaciones de la planta cooperativa de Lowicz, comparte las opiniones de Marczak sobre el mercado chino.
"El año pasado, exportamos a China cerca de 600 contenedores con productos lácteos por valor de 10 millones de euros, pero esperamos que la cantidad siga aumentando porque podemos producir mucho más", dijo Makos.
Para deleitar el paladar de los consumidores chinos, hicieron una gran investigación y desarrollaron un yogur bebible estilo griego en octubre pasado.
Después del embargo ruso contra los productos agrícolas europeos en 2014, más productores polacos han volteado al mercado chino.
De acuerdo con datos oficiales de Polonia, el valor de las exportaciones agroalimentarias de Polonia a China creció drásticamente en 2014.
En 2015, los productos lácteos representaron más del 30 por ciento de las exportaciones agroalimentarias de Polonia a China.
"La iniciativa de la Franja y la Ruta es una oportunidad para mejorar la cooperación bilateral en el sector agroalimentario. Estamos convencidos de que los productos alimenticios de Polonia pueden ser atractivos para los chinos en términos de precio y calidad", dijo Katarzyna Szymanska, jefa de la Unidad de Apoyo a la Exportación de la Agencia de Mercado Agrícola de Polonia.
Además, Szymanska considera que Polonia puede convertirse en el centro regional del intercambio comercial entre China y Europa Central y Oriental.
"Lodz, el punto de partida de la conexión ferroviaria, se encuentra a apenas 50 kilómetros de nuestra planta, mientras que el puerto se ubica a unos 300 kilómetros. Los costos de transporte influyen directamente en el costo final del producto, de modo que será benéfico para todas las partes que disminuya el precio", dijo Makos.