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China contribuye al desarrollo de energías limpias en Cuba

Actualizado a las 31/05/2017 - 10:50
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CIRO REDONDO, Cuba, 30 may (Xinhua) -- Durante más de un siglo Cuba fue el primer productor de azúcar a nivel mundial y uno de los mayores exportadores en América Latina y el Caribe de los derivados de la caña, lo cual convirtió a la agroindustria en el pilar fundamental de la economía de la isla.

Sin embargo, una profunda crisis tras el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) a principios de la década del 90 del siglo pasado provocó que el sector azucarero cubano perdiese no sólo su principal mercado, sino que muchos ingenios cayeran paulatinamente en obsolescencia.

En unos pocos años, la producción descendió de ocho millones de toneladas de azúcar a poco más de un millón, situación que no sólo precisó la búsqueda de otras formas para captar divisas sino impuso nuevos modos de concebir y desarrollar la industria azucarera. Vista esta última no como la única fuente de ingresos para la nación caribeña sino como la base para emprender nuevos proyectos.

Dentro de ellos se encuentra el objetivo estratégico planteado por la alta dirigencia de la isla de cambiar la matriz energética de Cuba, a partir de una mayor utilización de fuentes renovables que reduzcan la dependencia de combustibles fósiles para alcanzar en el 2030 el 24 por ciento de la generación eléctrica de todo el país.

En este sentido, las centrales azucareras comenzarán a jugar un papel esencial, pues se construirán a lo largo y ancho del archipiélago 25 plantas bioeléctricas con tecnología china que procesarán en periodo de zafra azucarera la biomasa de esta industria y en otros meses del año el marabú africano, planta que abunda en los campos cubanos.

"Este programa consiste en generar electricidad para las centrales azucareras y la población en general con el bagazo de la caña o lo que llamamos biomasa. Es una fuente limpia de energía y se suma al programa nacional de energías renovables", aseguró a Xinhua, Francisco Lleo, director general de la empresa estatal ZERUS, que tiene a cargo el proyecto.

Hace pocas semanas se colocó la primera piedra que inició las obras de construcción de una moderna planta bioeléctrica adyacente a la central Ciro Redondo, una de las de mayor producción en la isla, ubicada en la provincia central de Ciego de Avila, a unos 450 kilómetros al este de La Habana.

La misma contará con tecnología china de última generación que proveerá la compañía Shangai Electric Group Co. Ltd y será edificada por la empresa mixta británica-cubana, Bio Power S.A., responsable además de otras cuatro plantas de este tipo en todo el país.

"Otorgamos gran importancia al mercado de Cuba pues las energías renovables son una de nuestras direcciones de trabajo más importantes y este país, con una ubicación geográfica especial, ofrece grandes oportunidades para el desarrollo de las mismas", indicó a Xinhua Qin Yi, director ejecutivo de Shangai Electric Group Co. Ltd.

La firma china estará a cargo de instalar el equipamiento tecnológico e industrial que procesará la biomasa cañera y el marabú para generar electricidad no sólo para la central azucarera sino también para el sistema eléctrico cubano.

"La generación de electricidad a través de la biomasa no sólo protege el medio ambiente, sino que también ayuda al desarrollo económico de Cuba, sin mencionar el hecho de que proporcionará, al pueblo donde la fábrica se encuentra, muchos empleos y la posibilidad de desarrollo", afirmó Qin.

Es una alternativa energética que va ganando adeptos en el mundo, particularmente en países productores de azúcar u otros cultivos como la soja o el maíz, puntualizó.

"En tiempo de zafra entregaremos 32 megawatts al sistema eléctrico nacional y concluida la misma estaríamos generando más de 50 megawatts. Es una cantidad de energía considerable y comparable casi al consumo de esta provincia diariamente", dijo a Xinhua Carmen Toboada, vicepresidenta de Bio Power S.A.

Según la directiva cubana, la planta traerá un positivo impacto ambiental pues se dejarán de utilizar combustibles fósiles para generar electricidad y se liberarán miles de hectáreas de marabú para que puedan ser sembradas con caña de azúcar u otros cultivos.

Igualmente para la comunidad esta novedosa instalación traerá numerosas ventajas ya que diversificará el quehacer de la zona, ceñido hasta el momento por el cultivo de la caña de azúcar y el trabajo en la central Ciro Redondo.

"Va a ser una fuente de empleo con buenas condiciones salariales para la comunidad alrededor de la planta. Es decir, serían unos 50 empleados directamente en la bioeléctrica y unos 10 grupos de cosecha de marabú, es decir, unos 50 a 100 trabajadores más" , detalló Taboada.

La paulatina puesta en marcha de este tipo de tecnología permitirá también a la nación caribeña impulsar la inversión extranjera en el sector, no sólo para la generación de electricidad sino para incrementar la producción azucarera en el país.

"Uno de los objetivos de la agroindustria es garantizar la energía renovable para la producción de azúcar y por eso buscamos socios extranjeros en aras de potenciar ese plan en los próximos años", explicó a Xinhua Camilo Hernández, director de finanzas externas del grupo empresarial AZCUBA, entidad que sustituyó al Ministerio del Azúcar en 2011.

Asimismo Hernández declaró que el gobierno de la isla está en la búsqueda de nuevos socios que participen junto a AZCUBA en el desarrollo integral del sector, así como la modernización de la industria azucarera.

El directivo indicó a su vez que existen 56 proyectos de inversión con energías renovables relacionados directamente con la agroindustria, uno por cada ingenio activo en el archipiélago y 25 de éstos incluyen plantas bioeléctricas.

"El objetivo es llegar en 2030 a cubrir con energías renovables el 24 por ciento de la matriz energética del país y de ese porcentaje el 14 por ciento será producido por biomasa azucarera" , sentenció.

Según datos de AZCUBA, actualmente la generación de electricidad a partir de la biomasa cañera aporta las mayores cantidades entre todas las fuentes limpias que se emplean en la isla.

En el programa establecido, que prevé la construcción de bioeléctricas en las principales centrales azucareras, el gobierno cubano ahorrará unas 960.000 toneladas de combustible al año y se evitará la emisión a la atmósfera de 3,65 millones de toneladas de dióxido de carbono anuales.

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