China lucha por un ambiente más limpio mientras cambia modelo de desarrollo

Actualizado a las 06/06/2017 - 17:29

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BEIJING, 6 jun (Xinhua) -- La cordillera de Qilian, ubicada en el noroeste de China, ha comenzado a curarse del abuso al que fue sometida durante décadas, gracias a la campaña de recuperación ecológica de mayor escala en más de cincuenta años.

En el marco de la iniciativa, lanzada hace poco más de un año por el Ministerio de Protección Ambiental, se han cerrado las minas ilegales y las centrales hidroeléctricas carentes de licencia, se ha intensificado la supervisión sobre el tratamiento de aguas residuales y se detuvo la construcción de instalaciones turísticas. En suma, se ha corregido más del 90 por ciento de las violaciones ambientales que se estaban presentando en la región, según las autoridades locales de la ciudad de Zhangye, en la provincia de Gansu.

Desde siempre, las montañas Qilian, que se extienden por las provincias de Gansu y Qinghai, han sido consideradas como de vital importancia para bloquear el avance del desierto en el norte y mantener el equilibrio ecológico en la meseta Qinghai-Tíbet. Sus nieves y glaciares surten de agua múltiples ríos, junto a los cuales habitan más de cinco millones de personas.

Pero el desarrollo excesivo y desordenado, que empezó hacia la década de los 60, ha causado una severa contaminación de los recursos hídricos y la degradación de las praderas. Hasta ahora que las autoridades comenzaran a enfrentar los problemas ambientales.

A pesar del progreso logrado hasta el momento, la situación sigue siendo complicada y se hacen necesarios mayores esfuerzos, ya que aún existen minas y proyectos hidroeléctricos ilícitos en la región, según puso en evidencia una inspección de la cartera.

En respuesta, los funcionarios locales han prometido para finales de este año el cese de toda actividad humana que contamine o altere el equilibrio de la región.

Lo que sucede en las Qilian es un demostración del actual cambio de modelo de desarrollo del país, de uno casi que obsesionado con el Producto Interno Bruto (PIB) a una filosofía de crecimiento más equilibrada, una filosofía que presta igual o incluso mayor atención al entorno natural.

Ahora se están destinando más recursos para tener una economía más "limpia", no aquella que por mucho tiempo fue impulsada por una industria pesada altamente contaminante. Las fábricas y los funcionarios hoy tienen que cumplir con reglas más estrictas, mientras las violaciones a las normas están siendo castigadas de forma más estricta.

El ministerio ha ampliado el espectro de sus inspecciones sobre las emisiones de gases de efecto invernadero y el ahorro de energía, y también está prestando más atención a zonas cuya situación es crítica, como la región Beijing-Tianjin-Hebei, en el norte, afectada de forma persistente por el esmog, y el noroeste del país, que está acelerando su desarrollo para alcanzar el nivel de las regiones costeras orientales.

El entonces ministro de Protección Ambiental Chen Jining dijo a principios de este año que más de 6.400 funcionarios han rendido cuentas durante inspecciones ejecutadas por la entidad en 16 provincias.

"Antes de finalizar el año, las inspecciones cubrirán todas las 31 provincias del país, para garantizar que los gobiernos locales cumplan con sus deberes", agregó.

"La industrialización moderna fue impulsada porque no éramos conscientes de la capacidad del medio ambiente en el planeta, y eso resultó en una crisis ecológica", manifestó Qiao Qingju, profesor de la Escuela del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh).

Para lograr su espectacular éxito económico, China tuvo que hacer frente a problemas ambientales graves, algunos de los cuales aún persisten.

Durante una reunión de alto nivel del PCCh celebrada el mes pasado, los responsables políticos acordaron que China debe rechazar firmemente los modelos de desarrollo que dañan o destruyen el medio ambiente y también decir adiós a las prácticas que estimulan el crecimiento económico a corto plazo en perjuicio del medio ambiente.

"El país debe acelerar la transformación de la dependencia excesiva del consumo de recursos, el alto consumo de energía y las altas emisiones a un crecimiento impulsado por la innovación", señala una declaración emitida al término de la reunión.

Este lunes, China definió el lema del 46º Día Mundial del Medio Ambiente, que es, "Aguas limpias y montañas exuberantes, tan valiosas como el oro y la plata".

Los esfuerzos para lograr un crecimiento sostenible han avanzado constantemente a lo largo de los últimos años.

Cada vez más gobiernos locales han abandonado el sistema de evaluación basado en el crecimiento del PIB y están otorgando un valor más alto a los asuntos ambientales.

Mientras tanto, los sectores de alta tecnología, y los más respetuosos del medio ambiente están recibiendo un apoyo más decidido, incluidos los de automóviles eléctricos, el ahorro energético y la reducción de emisiones.

China ha mejorado su combinación energética con menos centrales de carbón y más generadoras de energía solar e hidroeléctrica, lo que le ha permitido convertirse en el mayor mercado de energía renovable del mundo.

Mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, decidió retirar a su país del Acuerdo de París, un pacto global de referencia para luchar contra el cambio climático, China permanece firme.

A través de su portavoz Hua Chunying, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que el país seguirá comprometido en mantener y fomentar la gobernanza global sobre el cambio climático, y que participará activamente en ese proceso multilateral.

China se ha comprometido a reducir, para 2030, sus emisiones de carbono por unidad del PIB entre un 60 y un 65 por ciento con respecto a los niveles de 2005, y también a elevar la proporción del uso de energías no fósiles en el consumo total a alrededor de un 20 por ciento.