LHASA, 20 jul (Xinhua) -- Hace 13 años, Penpa Drolkar estaba demasiado ocupada cociendo ladrillos para siquiera pensar en perseguir su sueño de ser la bailarina principal de una compañía de ópera tibetana.
Hoy, Penpa Drolkar, junto con un grupo de artistas, va a presentar un elaborado espectáculo que incluye cantos y danzas étnicos en el famoso Centro de Arte de Ópera Tibetana de Lhasa, capital de la región autónoma del Tíbet, en el suroeste de China.
Penpa Drolkar trabaja para la Compañía de Trabajadores Migrantes Yuanda, que cuenta con 49 agricultores y pastores de regiones cercanas a Lhasa. Ninguno de ellos ha recibido formación profesional, y muchos compañeros de Penpa Drolkar se dedicaban a cocer ladrillos en una fábrica.
"Mucha gente no recueda el nombre de nuestra compañía, 'Yuanda' , entonces simplemente nos llaman la 'compañía de los ladrilleros', porque a eso era que nos dedicábamos antes", dice Penpa Drolkar. "Yuanda" significa "ambicioso" en chino.
La compañía fue fundada en 2005. Al principio era un grupo disgregado de unos cuantos trabajadores migrantes quienes se apasionaban por la actuación en sus ratos libres. Actuar les ayudaba a relajarse, y llevaba alegría y risas a sus compañeros de trabajo.
"La compañia presentó varios espectáculos para unidades militares, y tambien hizo algunos de forma gratuita para los obreros que están construyendo las líneas férreas Lhasa-Xigaze y Nyingchi-Lhasa", comenta el director de la compañía, Losang Jinba. "Estos fueron un éxito", agrega.
Sus actuaciones tipicamente incluyen canto, danza, parodias y Xiangsheng, un estilo cómico de diálogo. En vista de que los mismos actores fueron trabajadores migrantes, la audiencia se siente cercana y conectada con ellos. Cuando empezaron a ser conocidos, la compañía empezó a presentar espectáculos pagados en poblados cercanos a Lhasa.
"Al comienzo recibíamos como pago monedas y billetes de baja denominación", dice Liu Hua, subdirector de la compañía. "Entonces entendimos que ese dinero debía venir de gente pobres, y optamos por devolverlo".
Tibet tiene 2,3 millones de cultivadores y pastores, que componen el 74,4 por ciento de su población. Muchos de ellos aún viven en condiciones de pobreza.
"Muchos aldeanos simplemente querían manifestar su agradecimiento", asegura Liu. "Ahora, cuando hay eventos grandes como el Festival de Shoton, ellos piden que nos presentemos".
La compañía ha llamado la atención de los profesionales.
A Jamyang Gyasto, director del conjunto regional de danza y canto, le conmovieron la pasión y simplicidad de los trabajadores migrantes.
"Me sorprendió su entrega, pero también me sentí mal por (sus condiciones de trabajo)", comenta. "Ellos pueden cantar y bailar muy bien, pero necesitaban mejor material, una pieza que fuera típicamente de 'ladrilleros'".
Jamyang Gyasto creó un programa titulado "Trabajando entre cielo y suelo". El show debutó satisfactoriamente la semana pasada en el Centro de Arte de Ópera Tibetana.
Pero no fue fácil crear un programa grande para actores aficionados, explica Jamyang Gyasto.
"Con los profesionales puedo explicar con facilidad unos movimentos y lograr que me entiendan en unos cuantos minutos, pero para los trabajadores migrantes, un solo movimento puede tomar todo un día", explica, y añade: "uno debe tratar de ayudarlos a entender las historias detrás de cada danza".
Pero como el espectáculo es sobre obreros, se necesita usar actores naturales, como Penpa Drolkar, prosigue.
El espectáculo ha generado comentarios positivos de la crítica. Tenzin Tsering, exdirector del Instituto de Investigación de Arte Étnico Regional, asegura que los obreros del ladrillo "actúan como profesionales".
"Ellos nacieron siendo trabajadores y entienden lo que es la vida de un obrero, entonces su actuación es natural, y eso es precioso", manifiesta.
Penpa Drolkar y sus compañeras se presentarán en más ciudades de China. En el pasado, programas de ópera tibetana como "La Princesa Wencheng" han tenido gran éxito, pero los ladrilleros encontrarán su propio camino hacia el éxito, asegura Wei Dong, subdirecdor de la Oficina de Cultura de Lhasa.
"'La Princesa Wencheng' fue creada con un significativo trasfondo histórico, pero 'Trabajando entre cielo y suelo' cuenta las historias de gente común", dice Wei. "Esperamos que el programa pueda llegar a representar a Tíbet".
"Espero algún día llegar a ser directora también", confiesa Penpa Drolkar, y enfatiza: "quiero enseñar a otras chicas como yo a bailar, y a contar historias con movimiento".