SHANGHAI, 24 jul (Xinhua) -- Apenas un mes después de su lanzamiento, las cápsulas para siestas, la última novedad de la economía compartida en China, fueron sacadas de servicio temporalmente, ante el riesgo de que la seguridad de sus usuarios se vea comprometida.
De acuerdo con fuentes de la policía de Beijing, 16 cabinas instaladas en diferentes edificios de oficinas de la capital han suspendido operaciones, pues "podrían convertirse en un refugio para delincuentes, ya que para utilizarlas no es necesario registrar ningún documento de identidad". Además, este tipo de reducidos espacios cerrados pueden suponer el riesgo de incendios, agregaron las fuentes.
El servicio, que busca contrarrestar la tradicional falta de sueño de los empleados en ciudades con un agitado ritmo de vida, también fue suspendido en la metrópoli oriental de Shanghai y Chengdu, la capital de la provincia suroccidental de Sichuan.
Fuentes policiales de Shanghai dijeron que, aunque funcionaban igual que un hotel, las cápsulas no cuentan con los debidos permisos ni licencias para garantizar la seguridad.
Para acceder a los cubículos, los usuarios solo necesitan una aplicación móvil con la que, tras escanear un código QR y pagar 10 yuanes (1,5 dólares), pueden tomar un descanso en privado entre las 11:00 de la mañana y las 2:00 de la tarde. En horarios de menor demanda, la tarifa es de solo 6 yuanes.
Cada cabina está equipada con un ventilador, una lámpara para leer y un puerto USB. Además, la tarifa incluye una sábana, una cobija y una funda para almohada, todas desechables. Después de que un usuario ha terminado su siesta, una luz ultravioleta desinfecta el habitáculo.
Dai Jiangong, jefe ejecutivo de Beijing Xiangshui Technology, la firma que conduce el negocio, aseguró que el cierre es temporal.
"Las autoridades dijeron que debemos hacer algunos ajustes, y luego nos autorizarán a reanudar el servicio", comentó. "Por ejemplo, vamos a instalar detectores de humo en las cápsulas. Y también estamos discutiendo algunos cambios a nuestro modelo de negocio", añadió.
El empresario confía en que antes de dos meses volverá a haber oficinistas durmiendo en sus cabinas.
Un informe realizado por el Centro Estatal de Información predice que la economía compartida crecerá en China a una tasa anual promedio del 40 por ciento a lo largo de los próximos años, y que para 2020 aportará más del 10 por ciento del producto interno bruto del país.
Inspirados por el éxito del negocio de las bicicletas, numerosos emprendedores se han lanzado en busca de una tajada del mercado en diversos campos.
Su entusiasmo se ha visto avivado, además, por la promesa gubernamental de facilitar un desarrollo saludable de este modelo de negocios. El sector disfrutará de un acceso más fácil, políticas más transparentes y una mejor protección de los derechos de las firmas oferentes de servicios, los proveedores de recursos y los consumidores.
Gracias a la fiebre desatada por estas empresas, hoy los chinos están dispuestos a compartir todo, desde bicicletas y baterías para celulares hasta bolas de baloncesto y paraguas.
Qu Wenyong, profesor de administración gubernamental de la Universidad de Heilongjiang, dijo que la economía compartida tiene un futuro promisorio, gracias a los esfuerzos del gobierno por promover la innovación y la iniciativa emprendedora.
No obstante, la industria no es ajena a los riesgos. Por ejemplo, en junio dos plataformas para compartir bicicletas, Wukongbike y 3Vbike, se vieron obligadas a cerrar debido al incremento de los costos y a los excesivos robos y daños a sus vehículos.
"La economía compartida está en un periodo de transición", dijo Qu, y agregó: "Le corresponde al mercado realizar la evaluación final a los modelos de negocios que están surgiendo en este sector".