Por Juan Limachi
LIMA, 3 ago (Xinhua) -- La consultora en temas de comercio exterior, María Isabel Osterloh, afirmó que los principales males que debe sortear la economía peruana en los próximos años son los efectos del escándalo de corrupción provocado por el consorcio brasileño Odebrecht.
"La corrupción es un mal en el país que hace retroceder mucho el Producto Bruto Interno (PBI)", afirmó la experta a Xinhua, al hablar sobre el efecto negativo que tiene en la economía del país andino el escándalo de corrupción investigado a través de la operación brasileña "Lava Jato".
Estas apreciaciones coincidieron con uno de los puntos destacados por el presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, quien durante su discurso ante la nación, al cumplir el primer año en el poder, señaló que la corrupción es uno de los obstáculos del crecimiento económico, cuya proyección para este año se redujo a 2,8 por ciento.
Osterloh, quien tiene una maestría en Negocios de la Universidad Normal de Beijing, lamentó que debido a esta situación se hayan cancelado importantes proyectos de infraestructura como el Gaseoducto del Sur Peruano (GSP), cuya inversión era superior a 7.228 millones de dólares.
"Ha habido proyectos de infraestructura que incluso se han cancelado debido a los problemas de la corrupción", dijo la analista al mencionar esta megaobra a cargo de Odebrecht y que consistía en la construcción de un gasoducto de más de 1.080 kilómetros, desde la región surandina de Cusco hasta el puerto costero de Ilo.
Otra obra paralizada que puso en riesgo el trabajo de unas 5.000 personas es el proyecto de irrigación de Chavimochic, en la costa norte peruana, cuya tercera etapa contaba con una inversión de unos 850 millones de dólares.
De acuerdo con la economista peruana, uno de los retos del presidente Kuczynski en los siguientes años es enfrentar este flagelo y mejorar los sistemas de control estatal en todos los niveles de la administración pública, desde las autoridades regionales, provinciales y distritales.
El gobierno peruano debe determinar qué empresa debe ganar la licitación y no "escogerla a dedo", de lo contrario "vamos a tener problemas, porque de repente el material que usen en la obras no sea bueno, no dure, simplemente por el interés de tener la concesión o el proyecto y, al final, no beneficia al país", anotó.
También destacó que el presidente Kuczynski haya reconocido públicamente que el flagelo de la corrupción es uno de los obstáculos más grandes que enfrenta este país y que tiene un impacto en la economía.
Osterloh agregó que el escándalo Odebrecht no se originó en Perú, sino que tiene sus repercusiones desde Brasil, cuyas autoridades judiciales lograron desentrañar el entramado millonario de sobornos que impulsó este consorcio como parte de una estrategia para lograr acceso a proyectos de infraestructura en los países vecinos.
De acuerdo con las autoridades judiciales brasileñas, quienes cuentan con declaraciones del ex presidente de este consorcio, Marcelo Odebrecht, presuntamente en Perú se pagaron unos 29 millones de dólares a altos funcionarios en los pasados 15 años para ganar licitaciones.
Osterloh enfatizó que Perú debe sacar grandes lecciones de la operación "Lava Jato", con la finalidad de implementar nuevas estrategias que permitan combatir con eficiencia la corrupción en los proyectos de desarrollo.
"Creo que necesitamos combatirla para desarrollarnos en infraestructura, porque si no tenemos infraestructura nuestros costos logísticos van a encarecer", sostuvo al coincidir con las medidas anunciadas por Kuczynski.
La analista consideró positivo el anuncio de la iniciativa legal de "muerte civil" para los funcionarios públicos condenados por actos de corrupción, lo cual impedirá que estos personajes vuelvan a ocupar cargos públicos.
También resaltó la aplicación de medidas similares para las empresas condenadas por actos de corrupción para evitar que participen en licitaciones públicas.
El efecto de las investigaciones judiciales del caso Odebrecht, aunado al desastre del fenómeno de El Niño costero en Perú, provocó una baja en las proyecciones de crecimiento económico, las cuales pasaron de 3,5 a 2,8 por ciento al finalizar 2017.
De acuerdo con las investigaciones del Ministerio Público, de 2005 a 2014 el consorcio Odebrecht supuestamente pagó unos 29 millones de dólares en sobornos a funcionarios de los gobiernos de los entonces presidentes Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).