Por Zhao Hui, Zhu Wanjun y Chen Yin
BEIJING, 5 sep (Xinhua) -- Entre el 3 y el 5 de septiembre, los líderes de Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica se han reunido en la ciudad suroriental china de Xiamen para celebrar la IX Cumbre de los BRICS, grupo que entra en su segunda década de vida y contribuye a la mitad del crecimiento económico mundial.
A unos 800 kilómetros al noreste de Xiamen, un fruto de la cooperación entre China y Brasil está a punto de madurar en Shanghai, donde el ensayo de ensamblaje de la estación antártica Comandante Ferraz, de Brasil, ha logrado el visto bueno de la Marina brasileña.
"ALGO QUE TENIA QUE SUCEDER"
La estación antártica Comandante Ferraz se ubica en la isla Rey Jorge, en las islas Shetland del Sur. Se inauguró en el año 1984, pero quedó casi totalmente destruida por un incendio en 2012.
Para reconstruirla, la Marina brasileña convocó una licitación internacional en 2015, en la cual la empresa China National Electronics Import & Export Corp. (CEIEC) resultó vencedora con una propuesta de 99,6 millones de dólares estadounidenses.
Según Cao Hong, gerente del proyecto Ferraz de CEIEC, la producción de todos los módulos prefabricados ha entrado en la fase final y se espera que arriben al comienzo de noviembre a la isla Rey Jorge, donde se terminará el ensamblaje el próximo marzo.
Para Zhang Yi, director del Centro de Investigación de Arquitectura Polar de la Universidad Tsinghua, la cooperación entre China y Brasil en la reconstrucción de la estación Comandante Ferraz es "algo que tenía que suceder".
Zhang recuerda que China estableció en 2008 su tercera estación de investigación científica en la Antártida, la de Kunlun, concretamente en el Domo A, el pico más alto del continente helado, siendo la primera de investigación de China en el interior de la Antártida.
En la construcción de Kunlun, China utilizó por primera vez la más novedosa modalidad constructiva en aquel entonces, ensamblando los módulos prefabricados dentro de la estructura de acero montada directamente en el llamado "sexto continente del planeta".
De esta manera, los constructores pudieron economizar al máximo el tiempo que se necesitaba para la construcción, teniendo en cuenta las dificultades logísticas causadas por los fenómenos meteorológicos extremos de la Antártida y las severas restricciones medioambientales.
La pericia constructiva china con sus cuatro bases de investigación en la Antártica despertó el gran interés de cooperación por parte de los países sudamericanos. Esta vez, la construcción de la estación Ferraz adoptará la misma modalidad prefabricada que la de Kunlun.
"CONSTRUCCION A NIVEL DEL MONTAJE DE RELOJ"
La estación Ferraz se encuentra cerca del cinturón de los vientos del oeste, donde soplan vientos a un promedio de fuerza 6 durante al menos un semestre todos los años. En noviembre, cuando los obreros chinos empiecen el ensamblaje en la isla Rey Jorge, la nieve tendrá aún un espesor de entre dos y tres metros.
"Construir una estación de investigación antártica de unos miles de metros cuadrados resulta mucho más difícil que levantar un edificio de 100.000 metros cuadrados en China", suspira Wei Wenliang.
Wei, investigador de alto nivel de la Administración Estatal de Oceanografía china, estuvo 17 veces en la Antártida, de las que siete fue el líder de los equipos de expedición antártica chinos.
"La construcción para Brasil es un proyecto llave en mano. Nos entregan sólo un plano y tenemos que convertirlo en una ambiciosa obra hecha aquí en la Antártida. Los materiales, los equipos, la logística, la organización sobre el terreno, todo el proceso está en manos de la parte china", destaca Wei.
A juicio de Rui Furtado, director ejecutivo de AFAconsult, empresa lusa especializada en el diseño de estructura y equipos y codiseñador de la estación Ferraz, el diseño de la estación brasileña es tan delicado como la fabricación de los relojes suizos.
"Todos los componentes y sistemas deben ser construidos con un alto nivel de precisión para que funcionen armoniosamente sin ningún problema", explica.
Furtado detalla que cada año sólo existe una horquilla de cuatro meses para la construcción en la Antárdida, por lo que todo el tiempo disponible se dedicará al montaje y todo debe ser preparado y considerado de antemano.
Para garantizar que este ensamblaje al cien por cien tenga éxito, las empresas chinas tienen que fabricar y construir todo con mucha precisión como si estuvieran montando relojes, enfatiza y agrega que "la CEIEC hizo un gran trabajo".
Según Cao, los requisitos para la reconstrucción no son la nivelación de las estructuras de acero, sino la precisión mecánica de procesamiento, causa por la cual las empresas chinas aplicaron avanzadas tecnologías de construcción totalmente prefabricada y el modelado de información de construcción (BIM) con un diseño tridimensional.
"CAPACIDAD PRODUCTIVA INCREIBLE"
En el lugar de montaje de contenedores en la ciudad oriental china de Yangzhou, Huang Bihe, ingeniero de la empresa CIMC Yangzhou Tonglee Reefer Container, explica a Xinhua que la tarea del montaje es muy complicada.
"El contenedor más complejo es un laboratorio de proyección de unos 45 metros cuadrados con tres funciones. Allí dentro hay un acuario para sacar y clasificar las muestras. Es casi imposible dar la cifra exacta de cables y tuberías", menciona.
Al hablar sobre la capacidad productiva de las empresas chinas, la asesora brasileña del proyecto, Marta Krafta, repite varias veces la palabra "increíble".
"Los chinos son muy trabajadores y la capacidad productiva de las empresas chinas es increíble en todos los aspectos, como la rapidez, el control de calidad y la voluntad de satisfacer los requisitos brasileños", indica.
Según Krafta, debido a que una de las mayores preocupaciones de la Marina brasileña es el sistema cortafuegos, a las empresas chinas les costó mucho trabajo encontrar una solución para reducir al mínimo la posibilidad de incendio.
En opinión de Wei, tras más de 30 años de investigación científica en la Antártida, China se ha convertido en uno de los líderes mundiales en investigación, administración, logística y construcción, y la nueva tarea será explorar cómo inyectar el patrón de comercialización en los proyectos antárticos.
"A medida que las tareas de investigación científica se incrementan con rapidez, será muy necesario buscar una tercera parte que se encargue de la construcción y el mantenimiento de las estaciones antárticas, como está haciendo la CEIEC para la estación brasileña", dice.
Wei destaca la importancia de la cooperación internacional y la comunicación entre diferentes idiomas y culturas, experiencia que podrá reproducirse en las próximas contrucciones tanto de las estaciones chinas como las extranjeras como nuevo símbolo de la cooperación Sur-Sur.
El supervisor jefe del proyecto, capitán de corbeta José Costa dos Santos, de Brasil, también elogia la cooperación y la confianza entre los dos miembros de BRICS, que, en su opinión, ha asentado una buena base para la futura cooperación bilateral.
"La cooperación hasta el momento es muy positiva. Aprovechando las propias experiencias de investigación y logística, Brasil y China pueden evaluar la posibilidad de realizar más intercambios y trabajar juntos en la investigación científica y tecnólogica en la Antártida", resalta.