SEUL, 26 sep (Xinhua) -- El ex secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, instó este martes a las partes involucradas a prevenir cualquier conflicto accidental en la península coreana, dado que la situación se ha tornado más peligrosa que nunca antes.
Desde que estalló la guerra coreana, han habido muchos giros, vueltas y crisis en la península, pero ahora estamos en el momento más peligroso que nunca, dijo Ban durante un foro de la Federación de Industrias Coreanas celebrado en Seúl.
La península coreana aún esta técnicamente en estado de guerra, dado que el enfrentamiento entre 1950 y 1953 terminó con un armisticio y no con un acuerdo de paz.
Ban, quien regresó a su país a principios de este año después de permanecer 10 años a cargo de la secretaría general de las Naciones Unidas, indicó que el problema nuclear en la península coreana nunca había alcanzado el nivel más alto de peligro como el actual.
El pasado 3 de septiembre, Pyongyang hizo su sexta prueba nuclear, la cual ha sido calificada como la más potente que haya realizado la República Popular Democrática de Corea (RPDC) hasta el momento.
Las autoridades gubernamentales de Pyongyang aseguran que se trató de una bomba de hidrógeno que puede ser instalada en la cabeza de un misil balístico intercontinental.
La guerra retórica se reanudó entre Pyongyang y Washington cuando el presidente de EEUU, Donald Trump, amenazó con "destruir totalmente" a la RPDC, la cual en respuesta advirtió a Estados Unidos de una contramedida del más alto nivel en la historia.
La historia ha demostrado, dijo Ban, que muchas guerras estallan accidentalmente.
"Un conflicto accidental debería ser prevenido sin fallar, ya que no ofrece ninguna ayuda a nadie como Corea (del Sur), los Estados Unidos y Japón", señaló el ex secretario general de la ONU.
Las fuerzas militares estadounidenses enviaron este fin de semana bombarderos estratégicos B-1B, desde la isla de Guam, en el océano Pacífico, y aviones de combate F-15C, como escoltas desde Okinawa en Japón, hacia la península coreana en una aparente demostración de fuerza para la RPDC.
Los bombarderos y cazas sobrevolaron en el espacio aéreo internacional sobre las aguas de la costa oriental de la RPDC, causando una fuerte reacción en Pyongyang.