LA HABANA, 9 oct (Xinhua) -- La permanente y valiosa ayuda de China a Cuba fue destacada por el académico cubano José Luis Robaina, investigador del Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) de La Habana.
"Entre China y Cuba hay una relación en primer lugar política muy buena y muy estable, de mucha compenetración y cooperación, por eso siempre se dice que está al nivel más alto, sin dudas", dijo Robaina, quien es considerado como uno de los más reconocidos expertos cubanos en temas asiáticos.
El catedrático, de 71 años, recibió a Xinhua en su casa en las afueras de La Habana, llena de múltiples adornos y fotografías que recuerdan su paso por Beijing y otras capitales asiáticas, para dialogar en las vísperas del inicio del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China.
Al desgranar los vínculos entre las dos partes, señaló que en el orden comercial "la relación es importantísima para nosotros y sus límites están dados más bien por la capacidad importadora de Cuba".
Evaluó que en el orden de la asistencia técnica, China es el país que más ayuda a Cuba, pues está involucrada en algunos importantes proyectos en la isla, como la ampliación y modernización del puerto de Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país.
La rehabilitación de la rada, a unos 890 kilómetros al sureste de La Habana, corre a cargo de la compañía China Communications Construction Company Limited (CCCC), responsabilizada con ese proyecto que tendrá una duración de tres años y está valorado en 120 millones de dólares.
No obstante, para Robaina el principal déficit en las relaciones entre los dos países está en las inversiones directas chinas, que afirmó "todavía son muy limitadas".
"Sé que han explorado diversas posibilidades, incluidos nuestros grandes yacimientos de níquel, pero es significativo el déficit en materia de inversiones de China", señaló el experto, quien es un admirador de la cultura asiática desde que en 1962 llegó a Beijing para estudiar Historia en la Universidad de Beijing.
Robaina admitió que ese es un proceso complejo, aunque señaló que La Habana ha ofrecido a las compañías chinas la cartera de inversiones que se pone a disposición de los empresarios extranjeros, "pero lo cierto es que eso todavía no se ha concretado en un gran flujo".
Recordó que Cuba tiene algunas inversiones en territorio chino, sobre todo en el área de la biotecnología, que aunque no constituyen una cifra grande, tienen mayor relevancia por el impacto en la atención a la salud de la población con medicamentos contra el cáncer o productos inmunológicos.
El año anterior, por primera vez en más de medio siglo de relaciones, China se convirtió en el primer socio comercial de la isla en cuanto a comercio mutuo de bienes, que superó los 2.585 millones de dólares, de acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) de Cuba.
El intercambio bilateral rebasó en casi 361 millones de dólares las transacciones sostenidas el pasado año entre Cuba y Venezuela, las cuales ascendieron a algo más de 2.224 millones de dólares.
Durante el año anterior, la isla importó de China mercancías valoradas por poco más de 2.328 millones de dólares, mientras que exportó hacia allá poco más de 257 millones de dólares, una tendencia deficitaria.
Los productos chinos tienen una presencia destacada en la vida cotidiana de los cubanos, desde los autobuses Yutong o los automóviles Geely, que adornan el paisaje urbano de la isla, hasta los electrodomésticos de la marca Haier, presentes en prácticamente en todos los hogares del país.
En la actualidad, los mercados cubanos exhiben muchas mercancías chinas que ocupan la mayor parte de la oferta.