BRASILIA, 8 nov (Xinhua) -- El diputado Arthur Maia, relator del proyecto de reforma previsional (pensiones) en la cámara baja de Brasil, dijo hoy que el gobierno de Michel Temer acordó hacer más concesiones al texto aprobado en comisión especial para aumentar las posibilidades de su adhesión.
En rueda de prensa, Maia mencionó que la intención es que las modificaciones sean "las mínimas posibles", al señalar que los dos puntos de mayor consenso son una nueva edad mínima para la jubilación y el fin de los "privilegios" de los empleados públicos.
El relator evitó detallar los cambios que serán introducidos, debido a que serán debatidos mañana jueves con líderes de los partidos políticos.
"Hay disposición del gobierno para hacer concesiones, pero deseamos que las modificaciones sean las mínimas posibles", aclaró el relator del proyecto de reforma previsional en la Cámara de de Diputados al reconocer que la realidad del gobierno es "mucho más frágil desde el punto de vista de la base aliada".
El gobierno de Temer considera fundamental la reforma previsional para equilibrar las cuentas públicas, al argumentar que la trayectoria de crecimientos de los gastos de la Seguridad Social es "insostenible".
Entre los puntos principales de la reforma propuesta hasta ahora están la edad mínima jubilatoria de 65 años para los hombres y 62 para las mujeres, además de la exigencia de al menos 25 años de cotización.
El proyecto ofrece una regla de transición para los trabajadores que ya están en el mercado laboral.
En torno a los puntos centrales, Maia afirmó que existe consenso en relación a la cuestión de la edad mínima.
"No hay sentido en hacer una reforma de la Seguridad Social si no se modifica esa condición absurda de que la persona se jubile no por edad mínima, sino por tiempo de contribución. Eso ha permitido que personas menores de 50 años se jubilen", precisó.
El diputado dijo que evitaba hablar sobre la reforma porque no había señales políticas para un avance en el debate, sin embargo "el tema ha vuelto a caminar, y tengo la creencia de que podremos avanzar", afirmó.
A pesar del optimismo, el relator reconoció que las dificultades son mayores que algunos meses atrás, cuando una primera versión del proyecto fue aprobado en comisión, aunque con algunas modificaciones.
"Ahora estamos reanudando la discusión sobre este proyecto. Las condiciones y circunstancias políticas que existían hace cinco meses no son las mismas que tenemos hoy, la dificultad ha aumentado. Después de dos votaciones extremadamente difíciles, tuvo un costo político", explicó.
El relator alertó que si el nuevo texto de la propuesta no se vota en el plenario de la Cámara de Diputados en dos turnos hasta mediados de diciembre, será muy difícil aprobarlo este año.
"Si no votamos aquí en la Cámara de Diputados hasta el 15 de diciembre y contamos con la buena voluntad del Senado para aprobar este año, está claro que las cosas se vuelven más difíciles", agregó.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, dijo que se desconoce todavía cuál será la fecha exacta para la votación, ya que antes se debe reunir el apoyo necesario entre los legisladores.
Por tratarse de una enmienda constitucional, la reforma debe ser aprobada por un mínimo de 308 diputados, de un total de 513, en dos votaciones.