Por Martín Zabala y Juan Manuel Nievas
BUENOS AIRES, 13 nov (Xinhua) -- La diabetes en Argentina tiene una tasa de prevalencia de 9,8 por ciento en mayores de 18 años, entre los que se encuentra Rodolfo Barrera, un hombre de 56 años que tuvo que aprender a convivir con la enfermedad.
En Argentina hay unos 300.000 diabéticos tipo 1, enfermedad considerada epidemia mundial, ya que afecta a 382 millones de personas y se estima que para el año 2035 esa cifra aumentará 20 por ciento.
Rodolfo, empleado en el depósito de una ferretería industrial en Buenos Aires, contó a Xinhua cómo es su vida tras haber sido diagnosticado diabético hace cuatro años.
"Hace unos años empecé a sentir pocas fuerzas en mis piernas, tenía calambres y decidí ir al médico con mi señora", narró el argentino a días de que se conmemore el Día Mundial de la Diabetes, el 14 de noviembre.
"Antes de ir, sin saberlo y por tener mucha sed, consumí mucho jugo de naranja y bananas, por el potasio, para combatir el calambre. Pero cada naranja equivale a 10 cucharadas de azúcar", explicó.
"Cuando llegué al médico, me dio en la marcación del azúcar 380 y la presión estaba elevada. El diagnóstico inmediato fue que era diabético. El antecedente lo tenía por mi papá", recordó.
Desde entonces, Rodolfo comenzó a hacer una dieta con una nutricionista y a tomar medicina para graduar la intensidad de insulina que puede haber en el organismo.
"Tuve que alterar toda mi alimentación, cambiar las porciones. Y una vez por semana, en horarios posteriores a los de una comida, me tomo los niveles de glucosa. Es un leve pinchazo en uno de los dedos. La información es electrónica y da el nivel en la pantalla", explicó.
"Desde que llegó la diabetes a mí, no la extendí a la familia", aclaró.
"Si mañana hay un cumpleaños, y hay una torta, un postre, no tengo ningún problema, al contrario. Así como en su momento hice con el cigarrillo, que lo dejé hace unos años, lo puedo manejar", aseguró.
"Si hay un buen postre, lo puedo suprimir, puedo tomar un yogurt de una determinada marca o un café", remarcó Rodolfo.
Lo mismo, dijo, ocurre con las comidas en general: "Soy más selectivo y trato de regular las porciones".
El hombre es, además, un aficionado a la pastelería, que cocina con conocimiento: "Pueden ser productos de repostería, un mousse de chocolate, que ahora son para la familia".
En el caso de Rodolfo, según explicó, el aspecto clave "está en el exceso de peso. Debería bajar entre 20 y 25 kilogramos".
"Hay diabéticos delgados, y allí la carga genética es más importante. En mi caso, si regulo la alimentación, baja el azúcar, la presión arterial y dejo de tomar la medicación", dijo.
La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar niveles altos de azúcar en la sangre (glucemia) y puede dañar las arterias y algunos órganos.
Si no se trata adecuadamente, estos niveles alcanzan valores excesivamente altos, dando lugar a complicaciones como dañar ojos, riñones, nervios, piel, corazón y vasos sanguíneos.
"La glucosa es un azúcar que proviene de los alimentos que comemos, circula por la sangre y es utilizada por el organismo para obtener la energía necesaria para desarrollar cualquier tipo de trabajo", según explica el ministerio de Salud.
"La causa de la diabetes es una alteración en la producción o el funcionamiento de la insulina por el páncreas", agrega.
La diabetes tipo 1 comienza generalmente antes de los 30 años. Su tratamiento requiere seguir un plan de alimentación adecuado y la aplicación de inyecciones de insulina.
La diabetes tipo 2 es su forma más común. Suele presentarse después de los 40 años, consecuencia del sobrepeso, obesidad, la mala alimentación y la falta de actividad física.
El tema del Día Mundial de la Diabetes 2017 es "Mujer y diabetes: nuestro derecho a un futuro saludable".