UN HOMBRE QUE TRAE CAMBIOS
Hace cinco años, Xi, calificado por los medios de comunicación como el primer jefe del PCCh de la era de medios sociales, encabezó a los miembros recién elegidos del Comité Permanente del Buró Político del XVIII Comité Central del PCCh en su primera reunión con la prensa.
"En solo unos minutos, el hombre que dirigirá la nación más poblada del mundo en los próximos 10 años presentó su agenda. En resumen, revitalizar a la nación china, solucionar las quejas del pueblo y erradicar la corrupción. El señor Xi usó un lenguaje sencillo y fácil de entender para quienes no son miembros del Partido", dijo el diario Financial Times.
"Tiene la personalidad y la fuerza política para comenzar rápidamente y lanzar la innovación", señaló Joseph Fewsmith, experto en política de China de la Universidad de Boston.
Al tiempo que elogiaron su comportamiento apacible y seguro, muchos adoptaron la actitud de "esperar y ver", pues el nuevo líder se enfrentaba a una plétora de dificultades: una economía en desacelaración, una brecha de riqueza cada vez más ancha, corrupción y problemas ambientales.
La espera y la observación terminaron hace rato. Ya hay muchos que hablan de "cambios históricos" al describir lo que ocurrió en los siguientes 1.800 días.
Se adoptaron un total de 360 programas de reforma importantes y más de 1.500 medidas de reforma, que facilitaron el establecimiento de una estructura general de reforma en terrenos importantes.
La economía china se expandió a una tasa media anual del 7,2 por ciento entre 2013 y 2016, superando fácilmente el 2,5 por ciento del crecimiento global promedio.
Más de 60 millones de personas se liberaron de la pobreza.
En los últimos cinco años, las autoridades disciplinarias han investigado a 440 funcionarios a nivel provincial o del cuerpo del Ejército o superior por corrupción, mientras que una campaña en contra de los estilos de trabajo inapropiados ha garantizado que los 89 millones de miembros del Partido hayan permanecido puros y se hayan hecho más fuertes.
Los dos millones de militares chinos han transformado su ambiente político, su forma de organización, su sistema de fortaleza militar y su estilo de trabajo.
Se aplicó el "sistema de protección ambiental más estricto", y un elevado número de funcionarios fue castigado por su ineficiencia en este aspecto.
Además, China ha obtenido considerables progresos en el sector científico y tecnológico, logrando éxitos en proyectos como el laboratorio espacial, los sumergibles, el radiotelescopio y los satélites cuánticos.
Por primera vez en más de seis décadas, los líderes de las dos orillas del estrecho de Taiwan se reunieron en persona.
China está construyendo un nuevo tipo de relación entre potencias mundiales con Estados Unidos y Rusia.
La moneda china, el renminbi o yuan, ingresó a la canasta de Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional. Una propuesta sobre "una comunidad de futuro compartido" y la Iniciativa de la Franja y la Ruta fueron incorporadas en las resoluciones de la ONU.
Nada de esto ha sido fácil. Pero Xi y sus colegas han hecho que ocurra, gracias a la voluntad y al compromiso inquebrantables de Xi.
"Si el Partido y el pueblo necesitan que nos dediquemos, debemos hacerlo sin valicación. Si no pudiéramos hacerlo, ¿cómo podríamos pedir a los demás que lo hicieran?", dijo Xi en una reunión a la que asistieron los miembros del Buró Político del Comité Central del PCCh.
La hoja de ruta de Xi para el futuro de China es inspiradora: convertirse en un "gran país socialista moderno" después de que una sociedad moderadamente próspera en todos los aspectos se haya consolidado a más tardar en 2020. La modernización socialista se realizará básicamente de 2020 a 2035. Entre 2035 y mediados del siglo, China se hará un gran país socialista moderno próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado, armonioso y hermoso.
Para entonces, China será un líder global en términos de fuerza nacional compuesta e influencia internacional. Se habrá logrado básicamente la prosperidad para cada uno, una perspectiva a la que la nación china ha venido aspirando desde la Guerra del Opio de 1840.
En este momento, Xi es el timonel indiscutible para conducir a China hacia este gran sueño.
Los medios de comunicación han descrito a Xi como "energético", "ambicioso", "sobrio" y "explorador".
Xi recibió la clasificación más alta entre 10 líderes mundiales en una encuesta publicada por el Centro Ash para la Gobernanza Democrática y la Innovación de la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard. Además, encabezó la clasificación doméstica que los encuestados hicieron de sus propios líderes.
Un informe de Nikkei del 19 de octubre señaló que Xi ha elaborado el proyecto de desarrollo de China en los próximos 30 años, y que se espera que Xi abra el camino para la gran causa de que China recupere su posición como potencia global.