UN SERVIDOR DEL PUEBLO
"Xi es un gran líder. Él no solo trabaja en su oficina, sino también entre la gente", dice Keovichith Lamngeun, un lingüista laosiano que trabajó como uno de los nueve traductores extranjeros del informe al congreso.
"Desde mi punto de vista, la ciudadanía en general gusta de Xi, porque él ha traído cambios", dice, a su vez, Peggy Cantave Fuyet, quien estuvo a cargo de la versión francesa del informe.
En muchas ocasiones a lo largo de los últimos años, el secretario general apareció de repente entre multitudes de personas del común en medio de gritos de admiración y del ruido y los destellos de las cámaras de los teléfonos celulares.
Él hizo fila y comió junto con otros ciudadanos en un restaurante cualquiera. Él mismo fue a comprar regalos para dar a sus amigos y viejos conocidos en una aldea rural en la que trabajó décadas atrás bajo la modalidad de "joven educado". También ha desafiado duras condiciones climáticas para dialogar cara a cara con obreros y trabajadores en regiones apartadas.
Ha visitado las casas de varias familias comunes y corrientes, sus cocinas y sus establos, ha revisado menús de hogares de ancianos y les ha hablado a los jóvenes sobre la importancia de conservar las virtudes.
Durante una visita a una zona devastada por un terremoto, no tuvo problema en pasar la noche en una casa prefabricada de las mismas que se habían instalado para los damnificados.
Una vez, visitó una zona de "hutongs" (callejones) en Beijing en un día de alta contaminación, y habló con los residentes de la zona sobre los aspectos que más preocupan a cualquier ciudadano, el empleo, los salarios, la forma en que calientan sus viviendas durante el invierno, e incluso la distancia entre sus pequeños inmuebles y el sanitario más cercano.
Todas las áreas del país incluidas en la categoría de "pobreza extrema" han recibido la visita de Xi Jinping.
En el XIX Congreso Nacional del PCCh, participó como delegado de la provincia suroccidental de Guizhou, una de las más pobres del país, con un PIB per cápita de alrededor de 33.000 yuanes (4.980 dólares), lo que en 2016 estaba unos 20.000 yuanes por debajo del promedio nacional.
Durante un panel de discusión, cuando Xi se sentó a dialogar con otros delegados de la provincia, nadie tenía muy claro cómo avanzaría la charla. Pero muy pronto, y con no poca sorpresa, los delegados se encontraron discutiendo con él sobre los platos más populares que se pueden preparar con cerdo, el licor por el que Guizhou es famosa en toda China, e incluso en otros países, y la posibilidad de pasar unas buenas vacaciones en las montañas locales, todas estas estrategias que podrían aumentar los ingresos de la población local.
Los informes de los medios sobre esta reunión se han hecho virales en la red, y cuentan ya con incontables "Me gusta".
En el proyecto de "un gran país socialista moderno", la gente siempre tiene un papel protagónico.
La aspiración original y la misión de los comunistas chinos es buscar la felicidad del pueblo chino y el rejuvenecimiento de la nación china, dijo Xi a unos 2.300 delegados en el congreso.
En noviembre de 2013, durante una gira de inspección por la provincia central de Hunan, Xi visitó Shibadong, una aldea de la minoría étnica miao que por ese entonces estaba categorizada como "pobre".
"¿Cómo debo llamarle?", le preguntó Shi Pazhuan, una campesina analfabeta, al darle bienvenida a Xi en su casa. "Yo soy un servidor del pueblo", se presentó él.
Durante ese viaje, Xi presentó el concepto de la "reducción focalizada de la pobreza". Entre las medidas contempladas está un sistema para hacer un seguimiento a cada hogar e individuo en condiciones de pobreza, a fin de garantizar que las acciones tomadas surtan efecto.
Para Shi, la "reducción focalizada de la pobreza" se ha traducido en subsidios del gobierno para financiar una plantación de kiwis que les ha significado a ella y a sus vecinos un incremento en sus ingresos.
A Xi le satisfizo saber que la gente de Shibadong había superado la pobreza.
El compromiso que él ha asumido es el de sacar de la pobreza a los más de 40 millones de personas que permanecen en esa condición a más tardar en 2020, un paso sin precedentes en la historia de la humanidad.
Garantizar el sustento para más de 1.300 millones de personas que tiene China es, en sí mismo, un gran logro. No obstante, Xi persiste.
Él está decidido a que la gente viva mejor, a que tenga mejor educación, ingresos más altos, empleos más estables una seguridad social más confiable, mejores servicios médicos, condiciones de vida más cómodas, un ambiente más puro y una vida cultural más rica.
Ahora que el socialismo con características chinas ha entrado en una nueva era, Xi dijo que la principal contradicción que enfrenta la sociedad china ha evolucionado para convertirse en una "entre un desarrollo desequilibrado e inadecuado y las necesidades siempre crecientes de la gente por una vida mejor".
Para satisfacer las necesidades de la gente, Xi se está esforzando por garantizar un acceso igualitario a una educación de calidad para cada niño en el país.
Ha presidido reuniones del Grupo Dirigente Central para la Profundización de la Reforma en las que se han discutido trascendentales políticas en relación con la reforma del sistema de salud, y en las que crear "una China saludable" ha sido elevada a la categoría de estrategia nacional.
El sistema de protección de derechos de propiedad está siendo mejorado para dar a la gente mayor tranquilidad y confianza.
La reforma del sistema de registro de residencia garantizará un acceso igualitario a los servicios públicos para más gente.
Xi Jinping está poniendo en práctica el principio del PCCh de servir a la gente incondicionalmente. Lo que lo hace diferente podría estar en sus experiencias de vivir y trabajar como un "joven educado", categoría en la que estaban los jóvenes de las ciudades que fueron enviados a áreas rurales remotas a "aprender de los campesinos" durante la Revolución Cultural. Él estuvo en Liangjiahe, una pequeña aldea de la provincia noroccidental de Shaanxi, entre 1969 y 1975.
"En ese tiempo hice todo tipo de trabajos: recuperé terrenos baldíos, aré y cultivé la tierra, reitré malezas, cuidé del ganado, cargué carbón, cargué estiércol...", recuerda Xi. "Pude entender el significado de 'realidad', de 'buscar la verdad' y de 'masas'. Todo esto dio a mi vida inspiración perdurable", agrega.
Xi Jinping tiene razones de sobra para sentirse confiado sobre su entendimiento de la vida proletaria en este superpoblado país. Durante sus cerca de 44 años de vida política ascendió desde la modesta posición de jefe de base del Partido hasta el liderazgo del PCCh, pasó de ser un ciudadano corriente a ser el presidente del país y de ser un oficial ordinario de las fuerzas armadas a ser la mayor autoridad castrense.
Él ha trabajado en dependencias del Partido, del gobierno y de las fuerzas militares, ocupando cargos a todos los niveles, desde los de aldea y distrito hasta los de provincia y de las autoridades centrales. Y dondequiera que ha trabajado, ha causado un impacto notable.
Él encabeza al PCCh a la hora de servir a los intereses de la gente -que usualmente son a largo plazo-, con visión de futuro y consideraciones que pueden ser llevadas a cabo.
"Yo respeto a Xi. El líder chino tiene las cualidades necesarias para la nueva era", asegura Olga Migunova, traductora y ligüista de Rusia.