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Xi Jinping y su era (3)

Xinhua  2017:11:17.08:33

UN NÚCLEO DEL PCCH FORJADO EN LA "GRAN LUCHA"

Cuando Xi asumió su cargo hace cinco años, su máxima prioridad era garantizar que todo el Partido obedeciese al Comité Central y apoyase su autoridad y liderazgo centralizado y unificado. El Partido tenía que afrontar su falta de impulso, la incompetencia, su desconexión del pueblo, la inacción y la corrupción. Entre estos fallos, la corrupción se convirtió en el mayor desafío. En opinión de Xi, si hubiese empeorado, habría causado el colapso del Partido y la caída del Estado. Habría sido imposible realizar ningún objetivo en la nueva época.

La campaña fue como ninguna otra en la historia de 96 años del PCCh y hasta el momento sigue teniendo tanto alcance y siendo tan implacable como ninguna otra de su tipo en el mundo. Uno de los primeros "tigres" --altos funcionarios corruptos-- en caer fue Li Chuncheng, exsubsecretario del comité provincial de Sichuan del PCCh. Llevaba menos de un mes siendo miembro suplente del XVIII Comité Central del PCCh cuando se abrió una investigación sobre él en diciembre de 2012. Poco después, las indagaciones sobre funcionarios de la administración central pasaron a ser algo que ocurría casi cada mes. En un solo mes, hasta siete "tigres" se sometieron al escrutinio de los investigadores.

Aunque el público había sido testigo de las plenas fuerzas de la campaña, el anuncio publicado en julio de 2014 de que Zhou Yongkang, exmiembro del Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh, estaba siendo investigado sorprendió a mucha gente. Antes el pueblo chino dudaba de que el PCCh investigara a funcionarios a tan alto nivel. La comunidad internacional no se esperaba que Xi, que llevaba todavía poco tiempo en el cargo, tuviera la capacidad o la determinación de capturar a un "tigre tan grande".

En los últimos cinco años, un gran número de funcionarios con "sombreros de hierro" --aquellos que son poderosos y a los que es difícil apartar de su puesto-- han dimitido debido a la corrupción. Además del de Zhou Yongkang, se conocieron los casos de Bo Xilai, Guo Boxiong, Xu Caihou, Sun Zhengcai y Ling Jihua. Un total de 43 miembros y miembros suplentes del XVIII Comité Central del PCCh, así como nueve miembros de la Comisión Central de Control Disciplinario (CCCD), han sido investigados.

Xi despejó todas las dudas al afirmar: "Si no ofendemos a centenares de funcionarios corruptos, entonces ofenderemos a los 1.300 millones de chinos".

A aquellos que estaban preocupados por que la lucha contra la corrupción pudiese obstaculizar el desarrollo económico, Xi les contestó: "Por lo que veo, no se va a caer el cielo".

La gobernanza de Xi está lejos de desarrollarse sin contratiempos. Por el contrario, es un camino de "lucha". Dicha palabra apareció 23 veces en el informe que presentó ante el XIX Congreso Nacional.

En 2015, la campaña contra la corrupción fue descrita como "un punto muerto". En 2016, el PCCh estaba "ganando terreno para vencer la corrupción". Hoy en día, el PCCh ha "obtenido y consolidado un ímpetu aplastante". Los fugitivos que huyeron al extranjero están siendo buscados y capturados. Dentro del país, miles de funcionarios confesaron a las autoridades disciplinarias por iniciativa propia.

Cuando algunas voces propusieron tomarse un descanso ante los progresos obtenidos, Xi manifestó que el Partido no puede dejar esta campaña por haber obtenido una cosecha temprana. Al contrario, el Partido debe luchar por "una victoria aplastante" sobre la corrupción. Una obra popular de dibujos animados en internet muestra a Xi sobre un tigre golpeando la bestia con las manos.

Según el Buró Nacional de Estadísticas, cerca del 75 por ciento de los ciudadanos chinos se sentían satisfechos con los esfuerzos contra la corrupción en 2012. La cifra había subido al 92,9 por ciento en 2016.

Xi no depende solo de combatir a los "tigres" y aplastar a las "moscas" --funcionarios corruptos de nivel bajo-- para establecer su autoridad.

A comienzos de 2013, cuando Xi leyó un artículo titulado "Internautas piden frenar despilfarro en comida" de la Agencia de Noticias Xinhua, dio la instrucción de que había que "parar el despilfarro". Subrayó la erradicación de esta realidad en los fondos públicos. Tras cinco años de esfuerzos, el PCCh frenó esta tendencia nociva, una misión que parecía imposible de realizar en el pasado.

"El público reveló que los fondos para actividades recreativas como cenas y bebidas podían ser de en torno a 200.000 millones de yuanes cada año, pero nadie sabía cómo combatirlo. Con unas normas de ocho puntos sobre austeridad, el problema se ha resuelto", dijo el subsecretario de la CCCD, Yang Xiaodu.

La norma hizo explícitos los requisitos para que los altos funcionarios mejorasen su trabajo en ocho aspectos y se centraba en rechazar el despilfarro y reducir visitas, reuniones burocráticas y conversaciones vacías.

"Las normas de ocho puntos han cambiado China", agregó Yang.

"El pueblo nos ha otorgado el poder, así que debemos dedicar nuestra vida al Partido y al país y servir al Partido y al país dignamente. Debemos hacer lo que debemos hacer. Si nuestro trabajo tiene que molestar a alguien, debemos molestarle", señaló Xi.

Xi decía esto de verdad. Puso en marcha la campaña de línea de masas para acercar a los funcionarios del Partido al pueblo. Exigió a los funcionarios cumplir los "estrictos" y "serios" requisitos relativos a ser estrictos consigo mismos en la práctica del autoperfeccionamiento, en el uso del poder y en el ejercicio de la autodisciplina y a ser serios en sus pensamientos, trabajo y comportamiento. El Partido también ha pedido a todos sus miembros que tengan una comprensión profunda de los Estatutos del Partido, las normas del Partido y los principales objetivos de las políticas y que cumplan los estándares de comportamiento del Partido.

El PCCh también pondrá en marcha una campaña con el tema de "permanecer fieles a la misión fundacional", a fin de permitir que todos los miembros del Partido se armen con las nuevas teorías del Partido y sean más decididos a la hora de trabajar incansablemente, con el objetivo de cumplir la misión histórica del Partido.

Con estas campañas, el Partido transmite y expande el desarrollo del comunismo de un pequeño grupo de funcionarios clave a todos los miembros del Partido.

El Partido ha revisado sus normas sobre los castigos disciplinarios y el código de honestidad y autodisciplina. Los entusiastas de la burocracia están perdiendo poder e influencia. En los últimos cinco años, más de 5.000 "funcionarios desnudos" --aquellos cuyos cónyuge e hijos se han trasladado al extranjero-- han sido destituidos de sus cargos. Más de 22.000 funcionarios a nivel de distrito o superior tuvieron que asumir cambios en sus cargos según su desempeño.

El estatus de Xi como "núcleo" del Comité Central del PCCh y todo el Partido fue ratificado en la sexta sesión plenaria de la XVIII Comisión Central del PCCh. Está ampliamente admitido que cuando un Partido tan grande como el PCCh gobierna un país tan grande, las dificultades son inevitables. Sin un núcleo fuerte de liderazgo es difícil mantener la unidad del pensamiento del Partido y la solidaridad en toda la nación. Un liderazgo débil hace imposible cualquier logro, por no mencionar la victoria en una "gran lucha con muchas nuevas características contemporáneas".

El espíritu indomable de Xi nace de su fe en el marxismo. Uno de sus colegas escribió en un artículo que los discursos de Xi están "llenos de una firme fe en el comunismo y el socialismo".

En su visita a la exposición de "El camino hacia la renovación" el 29 de noviembre de 2012 en el Museo Nacional, Xi contó una historia sobre Chen Wangdao, que se concentró tanto en traducir el Manifiesto Comunista que se encontró a sí mismo comiendo la tinta en lugar de azúcar moreno. Xi citó las palabras de Chen: "El sabor de la verdad es tan dulce".

Xi también saca fuerza de sus padres, Xi Zhongxun y Qi Xin, que participaron en la revolución cuando eran muy jóvenes. En 1962 comenzó una persecución política que Xi Zhongxun sufrió durante 16 años. No obstante, nunca se rindió ante la adversidad e incluso ayudó a limpiar los nombres de otros que también fueron perseguidos.

Cuando su padre se vio perjudicado y cayó en desgracia, Xi Jinping pasó por momentos difíciles.

En una de las cartas a su padre, Xi Jinping destacaba que incluso cuando Xi Zhongxun estaba atrapado por la adversidad, "todavía conservaba una fe inquebrantable en el comunismo y la confianza en la grandeza, la corrección y la gloria del Partido".

"Tus palabras y acciones han señalado la dirección correcta para que avancemos", escribió.

Xi también recordó que cuando tenía cinco o seis años fue con su madre a comprar libros de imágenes como la biografía de Yue Fei, un comandante militar patriota de la dinastía Song del Sur y la historia que la madre de Yue le tatuó en la espalda para recordarle que se dedicase al país.

"Jing zhong bao guo (Servir al país con total lealtad). No he olvidado esos cuatro caracteres desde entonces. Es lo que buscaré toda mi vida", agregó Xi.

Cuando era joven, Xi solicitó unirse a la Liga de la Juventud Comunista ocho veces y al PCCh, 10 veces. Finalmente, entró en el Partido a los 20 años de edad.


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(Web editor: Felipe Chen, Rocío Huang)

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