Por Raúl Menchaca
LA HABANA, 17 dic (Xinhua) -- La constitución hoy domingo de los poderes locales en los 168 municipios cubanos inicia el proceso que deberá culminar en febrero próximo con la formación de un nuevo gobierno en la isla y la salida del poder del presidente Raúl Castro.
Las Asambleas municipales estarán conformadas por los 11.415 delegados (concejales) escogidos en las elecciones que tuvieron lugar en la isla a fines de noviembre, y en las que participaron siete millones 610.183 electores, el 89,02 por ciento de los previstos, de acuerdo con datos de la Comisión Electoral Nacional.
Una vez constituidas las Asambleas municipales del Poder Popular, cada plenario elige, mediante voto secreto, al presidente y al vicepresidente, de una candidatura compuesta por dos candidatos seleccionados entre los concejales, los que para ser electos deberán obtener más del 50 por ciento de los votos válidos emitidos.
Esos concejales fueron escogidos, sin propaganda política ni campaña electoral, entre las 27.221 personas nominadas para ocupar los puestos durante dos años y medio.
En cumplimiento de la ley electoral cubana, los aspirantes a concejales fueron seleccionados en asambleas de vecinos, donde pueden proponer de dos a ocho candidatos por circunscripción "por sus virtudes, méritos y capacidades".
Los candidatos no son postulados por el Partido Comunista, que sólo supervisa y asegura la marcha exitosa del proceso, en el que no hay campañas proselitistas previas ni gasto de millonarias sumas de dinero.
De los concejales saldrá la mayoría de los candidatos a las elecciones provinciales y a las generales, cuya fecha aún no ha sido anunciada, y en esas últimas se escogerá, por un mandato de cinco años, a los diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), órgano que ratifica al presidente.
El presidente Raúl Castro gobierna formalmente desde el 24 de febrero de 2008, cuando fue ratificado por la Asamblea Nacional, aunque como vicepresidente ejercía el cargo en funciones desde 2006, cuando su hermano, el hoy fallecido Fidel Castro, delegó en él por una grave enfermedad.
Desde que asumió la Presidencia, Raúl Castro, de 87 años, anunció ante el parlamento que solo ocuparía el cargo durante dos mandatos de cinco años cada uno, aunque se prevé que permanezca hasta 2021 como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC).
Ahora se espera que el próximo 24 de febrero, cuando concluya el actual proceso electoral, deje el Poder Ejecutivo, lo que significaría la salida de la llamada "Generación Histórica", compuesta por las personas que llevan al poder a la Revolución Cubana, que triunfó el 1 de enero de 1959 y derrotó a la dictadura de Fulgencio Batista.
Muchos observadores consideran que el sucesor será Miguel Díaz Canel, quien es el primer vicepresidente y además miembro del Buró Político del PCC.
Díaz Canel, de 57 años, es un ingeniero electrónico que pasó por todos los niveles de dirección del PCC, la Unión de Jóvenes Comunistas y el gobierno.
El actual primer vicepresidente ejerció, desde 1994 hasta 2003, como máximo dirigente partidista en la central provincia de Villa Clara, donde aún se le recuerda por su estilo de dirección agudo y desenfadado, vestido con camisetas con la imagen del guerrillero Ernesto "Che" Guevara o viajando en bicicleta.
En ese territorio defendió proyectos tan incluyentes como "El Mejunje", el primer local en acoger espectáculos de travestis en la isla y epicentro del movimiento LGTB en Cuba.
En 2003, fue designado como primer secretario del PCC en la oriental provincia de Holguín, y resultó electo miembro del Buró Político del PCC a propuesta de Raúl Castro.
Más tarde, en mayo de 2009, fue designado ministro de Educación Superior, y en marzo de 2012 pasó a ser vicepresidente a cargo de las áreas de educación, ciencia, cultura y deporte.
El 24 de febrero de 2013 fue elegido primer vicepresidente, y desde entonces ha tenido una fuerte proyección internacional con visitas a China, en 2013 y 2015, y a Rusia, en 2016, entre otros países.
La eventual selección de Díaz Canel como mandatario, al cierre del proceso de elecciones generales, no debe provocar grandes cambios en la isla, pues el propio primer vicepresidente ha defendido la continuidad política en la isla.
"Yo no concibo las rupturas en nuestro país. Creo que ante todo tiene que haber continuidad", dijo a la prensa al votar en noviembre pasado.