WASHINGTON, 17 ene (Xinhua) -- Un estudio estadounidense señala que el cuerpo humano sufre cambios drásticos incluso durante breves periodos de aumento y pérdida de peso.
El estudio, publicado hoy en línea en Cell Systems, señala que incluso con un aumento modesto de peso, cerca de 2.5 kilos, el cuerpo humano cambia de manera drástica a nivel molecular.
Las poblaciones bacterianas se modifican, las respuestas inmunológicas y la inflamación se exacerban y las vías moleculares asociadas con la enfermedad cardiaca se activan, indicó.
El estudio, encabezado por Michael Snyder, profesor de genética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, incluyó a 23 participantes en el estudio, de los cuales 13 eran resistentes a la insulina, un precursor de la diabetes tipo 2, y 10 eran sensibles a la insulina, un grupo saludable que podía procesar la insulina de manera normal.
Al inicio del estudio, Snyder y su equipo encontraron que los marcadores moleculares de la inflamación sólo se encontraban en el torrente sanguíneo de los pacientes resistentes a a insulina.
Posteriormente, los participantes recibieron una dieta alta en calorías. A los 30 días, los pacientes habían subido alrededor de 2.5 kilos. Se encontró que los marcadores de la inflamación subieron en los grupos saludable y resistente a la insulina y que en el grupo saludable, la población microbiana conocida por proteger contra la resistencia a la insulina aumentó de manera importante.
Pero el cambio más notable fue una modificación en la expresión genética asociada con un mayor riesgo de presentar un tipo de insuficiencia cardiaca llamada cadiomiopatía dilatada en la que el corazón no puede bombear sangre de manera eficiente hacia el resto del cuerpo, dijo Snyder.
"Esto fue muy sorprendente. No esperaba que 30 días de comer de más modificara toda la trayectoria cardiaca", dijo.
La buena noticia es que cuando los participantes del estudio perdieron peso, la mayor parte del resto de los sistemas corporales volvieron a su estado original.
Sin embargo, un pequeño subgrupo de cambios relacionados con el aumento de peso asociados con la producción de proteínas y moléculas sí persistieron, incluso después de que los participantes perdieron los kilos de más, señaló el estudio.