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Fabricio Alvarado, figura del momento en Costa Rica por su conservadurismo

Actualizado a las 03/02/2018 - 10:11
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SAN JOSE, 2 feb (Xinhua) -- Fabricio Alvarado Muñoz, candidato presidencial por el partido de corte evangélico Restauración Nacional (PRN), es el personaje político del momento en Costa Rica rumbo a las elecciones del próximo 4 de febrero por su conservadurismo.

A sus 43 años de edad, Alvarado Muñoz comanda la intención de voto con un 16,9 por ciento de las personas decididas a votar, según la última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la estatal Universidad de Costa Rica (UCR), publicada por el Semanario Universidad el 31 de enero.

Su crecimiento fue exponencial en las últimas semanas al subir 14 puntos en gran medida por sus facetas de predicador y cantante de música cristiana.

El fervor religioso costarricense se encendió el pasado 9 de enero, en plena campaña electoral, cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) ordenó a Costa Rica garantizar el máximo respeto de las identidades de género autopercibidas y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La consulta solicitada por el gobierno caló hondo en la población costarricense, compuesta en más de un 80 por ciento por personas cristianas (un 70 por ciento católicas y el resto evangélicas o de otras denominaciones según los datos del CIEP).

Alvarado saltó en contra del fallo del organismo internacional, con lo que logró atraer a gran parte de la población costarricense, asegurando su disposición máxima de "defender" la familia tradicional y los "valores cristianos" ante lo que llamó "una imposición".

El candidato presidencial contrajo matrimonio con Laura Marcela Moscoa en julio de 2007, con quien tiene dos hijas: Fabiana y Dariana, de ocho y tres años, respectivamente.

El fenómeno contra las disposiciones propuestas por la Corte IDH fue calificado como un "shock religioso" por la prensa local, como parte de un escenario en el que Alvarado incluso aseguró que las elecciones serán un referéndum para validar o no lo solicitado por el ente.

Sus planteamientos fueron replicados por otros candidatos; sin embargo, nadie enfatizó tanto la posición como él, que llegó hasta amenazar con retirar a su país del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH) de ser necesario.

También funcionó a su favor la excelente elocución con la que expresa sus ideas, en parte por su pasado como periodista televisivo de sucesos, antes de entrar en la religión y luego en la política a inicios de los 2000.

En esos tres campos (periodismo, religión y política) Alvarado encontró sus líneas de acción a pesar de ser el único candidato que aspira a la Presidencia costarricense sin un título universitario.

No obstante, el candidato confía en su don de palabra, con el que además ha arremetido contra el gobierno actual, liderado por el presidente Luis Guillermo Solís, a quien recriminó por acudir a la Corte IDH para solicitar la opinión legal en temas de derechos humanos.

El efecto de los alegatos de Alvarado se evidenció en la encuesta del CIEP (que cuenta con un margen de error de 2,8 puntos porcentuales), donde el evangélico (cuyas propuestas en otros temas son casi una incógnita) dio un salto estadístico nunca antes visto en el contexto costarricense.

Antes del salto en las encuestas, Alvarado se visualizaba como un candidato más de un partido político pequeño, que actualmente cuenta con apenas un diputado en la Asamblea Legislativa (él mismo) como parte de un sistema multipartidista en el que 13 candidatos buscarán hacerse de la Presidencia en este 2018.

Tras el fallo de la Corte cambiaron todos los papeles y Alvarado se convirtió en la máxima figura de este proceso electoral, incluso por encima del polémico abogado Juan Diego Castro, representante de un partido no tradicional, que comandaba las intenciones de voto con su sello de "mano dura" y "cero corrupción" hasta diciembre pasado.

Sobre sus propuestas no religiosas se ha hablado poco en Costa Rica y, entre las dudas que se expresan en la calle está la capacidad que tendría de formar un equipo de gobierno, en vista de que hasta hace unas semanas sus posibilidades reales eran por demás escasas.

No obstante, el ex periodista y diputado encabeza unas elecciones apagadas, en las que el Programa Estado de la Nación recientemente estimó que un millón de votantes (cerca de un 30 por ciento del padrón total) sigue indeciso sobre su elección final.

Por el momento, el 17 por ciento que apoya a Alvarado es sorpresivo pero insuficiente, en un contexto electoral costarricense donde se requiere del 40 por ciento de los votos totales para ganar en primera ronda.

Pero la cifra no parece nada despreciable con el afán de colarse en segunda vuelta, a la que también aspiran con posibilidades estadísticas reales los candidatos Antonio Alvarez, por Liberación Nacional (PLN); Carlos Alvarado, por el oficialista Acción Ciudadana (PAC); Juan Diego Castro por el Partido Integración Nacional (PIN); y Rodolfo Piza, por Unidad Social Cristiana (PUSC).

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