BEIJING, 8 feb (Xinhua) -- Mientras la gente común está planteándose sus propósitos para el Año Nuevo chino sobre su vida, su trabajo y su familia, los líderes políticos de China están expresando sus esperanzas y exponiendo las prioridades del trabajo en el ejercicio que está a punto de comenzar.
El presidente, Xi Jinping, lo hizo esta misma semana en una reunión con motivo del Año Nuevo chino con miembros de partidos no comunistas de China, la Federación Nacional de Industria y Comercio de China y personas sin afiliación política.
Xi, que es el secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y el presidente de la Comisión Militar Central (CMC), declaró que espera que en el nuevo año la cooperación multipartidista adquiera un nuevo aspecto, que el consenso ideológico con el PCCh se refuerce y que se haga más en cuanto a la participación de la gobernación de los asuntos de Estado.
Pero es tal vez más importante que Xi llamó la atención sobre las "tres arduas batallas": la prevención de riesgos financieros, la reducción de la pobreza y el control de la contaminación.
Xi dijo en el encuentro que los esfuerzos deben concentrarse en estas áreas y que ha de llevarse a cabo una investigación de campo más profunda y aportarse sugerencias más minuciosas para ayudar a las autoridades del Partido a elaborar políticas.
Luchar en las "tres arduas batallas" es una prioridad del trabajo para el Partido y los funcionarios estatales en 2018. Xi espera un "progreso constante" este año.
Se le dio visibilidad a esta idea en el XIX Congreso Nacional del PCCh celebrado el pasado octubre y se destacó en diciembre, en la Conferencia Central de Trabajo Económico, la reunión anual sobre economía más importante del país.
Desde entonces, los líderes chinos han subrayado en varias ocasiones que estas batallas son una tarea urgente, una idea que también se expresó en el Foro Económico Mundial en Davos.
Los riesgos financieros, la pobreza y la contaminación se interponen entre la realidad china y la visión de una sociedad modestamente acomodada. Esa sociedad que China pretende alcanzar no puede emerger con unos mercados financieros volátiles, gente atrapada en la pobreza y cielos, montañas y ríos contaminados.
Dado que solo quedan tres años para la fecha establecida, los problemas deben resolverse rápido.
Ninguna de estas batallas es fácil. Al contrario, son algunos de los desafíos más complicados a los que se enfrenta el mundo en vías de desarrollo.
Pero los líderes de China han mostrado su resolución y las estrategias a seguir:
- para contener los riesgos, debe mantenerse neutral la política monetaria prudente, deben controlarse los flujos de la oferta del dinero y la financiación del crédito y social debe registrar un crecimiento razonable.
- para eliminar la pobreza, debe mantenerse el foco sobre la ayuda a las personas que viven en condiciones de miseria y las regiones extremadamente pobres y se enviarán cuadros a las regiones para ayudar a que las familias pobres aumenten su riqueza.
- para controlar la contaminación, deben situarse como objetivos las emisiones de los principales contaminantes y debe mejorarse el crecimiento ecológico.
En las sesiones anuales del máximo órgano legislativo y el máximo órgano asesor de China, que se celebrarán en marzo, se espera que los líderes del Estado den a conocer más medidas en esta línea al pueblo.
Una vez que los líderes chinos trazan un plan, lo siguen hasta el final.
Es el momento indicado para remangarnos y hacer las cosas.
Los chinos asocian a menudo el año del perro, que es el que comenzará el 16 de febrero, con la integridad y el trabajo duro, y este es justamente el espíritu con el que se debe luchar en las tres arduas batallas descritas.