En el 2017, cumplimos por completo las tareas de los principales objetivos del desarrollo económico y social, y obtuvimos mejores resultados de lo previsto. El PIB se incrementó un 6,9% y los ingresos de la población aumentaron un 7,3%, porcentajes ambos que reflejan un ritmo de crecimiento más rápido que el del ejercicio anterior; se crearon 13,51 millones de puestos de trabajo en ciudades y poblados, siendo la tasa de desempleo la más baja en muchos años; el crecimiento de la industria repuntó, las ganancias empresariales aumentaron un 21% y los ingresos fiscales se incrementaron un 7,4%, invirtiéndose así la tendencia a la desaceleración del crecimiento; las importaciones y exportaciones crecieron un 14,2%, y las inversiones foráneas utilizadas efectivamente sumaron 136.300 millones de dólares, cifra que estableció un récord histórico. El desarrollo económico mostró una buena situación caracterizada por la potenciación recíproca de, por una parte, el crecimiento económico y, por otra, la calidad, la estructura y el rendimiento económicos. Esto fue resultado tanto de los efectos acumulados de la aplicación de una serie de importantes políticas como de los incansables y persistentes esfuerzos realizados por todas las partes en los últimos cinco años.
Los éxitos emprendedores y omnidireccionales de estos cinco años, y los cambios profundos y esenciales operados en dicho periodo concitaron una vez más la atención mundial e hicieron que el pueblo de todas las etnias del país se sintiera doblemente alentado y orgulloso.
En los últimos cinco años, al implementar a conciencia las decisiones y disposiciones del Comité Central, con el camarada Xi Jinping como núcleo, llevamos a cabo los siguientes trabajos principales.
1. Perseveramos en la tónica general del trabajo consistente en la pugna por el progreso basado en la estabilidad y dedicamos ingentes esfuerzos a la innovación y mejora del macrocontrol, con lo que mantuvimos el funcionamiento económico dentro de unos límites razonables y logramos mejorarlo sobre la base de la preservación de un crecimiento estable. En estos años, la economía mundial careció de la fuerza necesaria para recuperarse, el mercado financiero internacional sufrió fuertes altibajos y el proteccionismo fue en alza. En nuestro desarrollo económico, destacaron los problemas estructurales y las contradicciones subyacentes, y la presión del descenso del crecimiento económico aumentó de continuo, lo que nos situó frente a no pocos dilemas e incluso encrucijadas. Ante esta situación, mantuvimos la firmeza estratégica; persistimos resueltamente en no recurrir a fuertes incentivos tipo "inundación de bancales"; nos adaptamos a la nueva normalidad del desarrollo económico, la dominamos y la condujimos; coordinamos la estabilización del crecimiento, la promoción de la reforma, el reajuste de la estructura, la mejora de la vida del pueblo, así como la prevención de los riesgos, innovamos y mejoramos constantemente el macrocontrol; definimos los lineamientos y modos del control ejercido dentro de unos límites establecidos; y reforzamos los controles direccional, coyuntural y preciso. Destacamos explícitamente que, siempre que el funcionamiento económico se mantuviera dentro de unos límites razonables, el empleo aumentara, los ingresos se incrementaran y el medio ambiente mejorara, concentraríamos nuestras energías en promover la reforma, reajustar la estructura económica e inyectar una mayor fuerza motriz al desarrollo. Adoptamos medidas que nos favorecen no solo ahora, sino también a largo plazo, dedicamos grandes esfuerzos a impulsar la reforma estructural por el lado de la oferta, expandimos apropiadamente la demanda total y promovimos la materialización, en un nivel más alto, de un equilibrio dinámico entre la oferta y la demanda. Gracias a nuestro arduos esfuerzos, resistimos la presión del descenso del crecimiento económico, evitamos un "aterrizaje forzoso", mantuvimos un crecimiento medio superior e impulsamos la optimización de la estructura, lo que consolidó y desarrolló de continuo los aspectos fundamentales de la economía tendentes a la mejora constante.
Persistimos en implementar una política fiscal activa y una política monetaria prudente. Ante la disparidad relativamente considerable entre los ingresos y los egresos fiscales, y teniendo en cuenta la necesidad de "proporcionar agua para criar peces" y de potenciar el vigor para el desarrollo ulterior, nuestro país llevó la delantera en reducir en gran medida impuestos y tarifas. Extendimos metódicamente a todo el país la sustitución de la recaudación del impuesto sobre transacciones, vigente durante 66 años, por la del impuesto al valor agregado, sustitución que se tradujo en una reducción tributaria de más de 2 billones de yuanes, cifra esta que, sumada al resultado de la aplicación de medidas como el trato impositivo preferencial a las pequeñas empresas y las microempresas, y la revisión de diversos tipos de cobro tarifario, aligeró en más de 3 billones de yuanes la carga de los agentes del mercado. Reforzamos el control de la deuda de los gobiernos territoriales y, mediante el canje de sus bonos, redujimos en unos 1,2 billones de yuanes la carga generada por sus intereses. Reajustamos la composición de los egresos fiscales y pusimos en circulación los fondos estancados, al objeto de garantizar las condiciones de vida básicas del pueblo y la ejecución de los proyectos prioritarios. Mantuvimos el déficit fiscal dentro del 3%. Nuestra política monetaria continuó siendo prudente y neutra, el incremento del dinero en sentido amplio (M2) mostró una tendencia a la baja y el volumen de los créditos y de la financiación total crecieron de manera apropiada. Aplicamos políticas diferenciales, como la de rebaja del coeficiente de caja en determinadas instituciones bancarias y la de concesión de représtamos a proyectos especiales, con el propósito de reforzar el apoyo a los ámbitos prioritarios y los eslabones débiles, de modo que la concesión de créditos a las pequeñas empresas y las microempresas aumentó a un ritmo más rápido que el ritmo medio del aumento de todos los demás tipos de créditos. Reformamos y mejoramos el mecanismo de fijación de los tipos de cambio en función del mercado, el tipo de cambio del yuanse mantuvo básicamente estable, y las reservas de divisas dejaron de descender y empezaron a ascender. Afrontamos adecuada y prudentemente la "escasez de dinero" y otras fluctuaciones anormales del mercado financiero, reglamentamos el orden de dicho mercado, y previnimos y neutralizamos los riesgos en los ámbitos prioritarios, cumpliendo así la exigencia mínima de evitar la aparición de riesgos sistémicos y salvaguardando de este modo la seguridad financiera de la economía nacional.
2. Perseveramos en considerar la reforma estructural por el lado de la oferta como línea troncal y dedicamos grandes esfuerzos a la preparación y el robustecimiento de las nuevas energías motrices, con lo que logramos acelerar la optimización y la actualización de la estructura económica. Nos apoyamos firmemente en la reforma para resolver los difíciles problemas relativos al desarrollo económico y al desequilibrio estructural, fomentamos con energía las industrias emergentes y transformamos y actualizamos lastradicionales, con el fin de elevar la calidad y la eficiencia del sistema de la oferta.
Impulsamos con solidez "las tres eliminaciones, la reducción y la subsanación" [neutralización del exceso de capacidad productiva, eliminación de los excedentes inmobiliarios y desapalancamiento; reducción de los costes de las empresas; y subsanación de los puntos débiles]. En estos cinco años, sobre la base de reducir la capacidad productiva obsoleta, incluidas la de cemento y la de vidrio plano, intensificamos la reducción de dicha capacidad con el acento puesto en los sectores siderúrgico y carbonero, para lo cual, la hacienda central asignó 100.000 millones de yuanes como fondos especiales de gratificación y de subsidios para apoyar la recolocación de los trabajadores trasladados. La capacidad productiva de los sectores siderúrgico y carbonero se redujo en más de 170 y 800 millones de toneladas, respectivamente; y el número total de trabajadores trasladados que fueron recolocados superó los 1,1 millones. Ejecutamos políticas acordes con las circunstancias de cada ciudad y dimos orientaciones conforme a su clasificación, con lo que logramos notorios resultados en la reducción de los excedentes de viviendas comerciales de las ciudades de tercera y cuarta fila, y controlamos el alza de los precios de la vivienda en las ciudades donde se da este fenómeno. Llevamos a cabo activa y prudentemente el desapalancamiento, controlamos la magnitud de la deuda y aumentamos el financiamiento de capital, con lo que logramos un continuo descenso de la tasa de endeudamiento de las empresas industriales, y el aumento de la tasa de apalancamiento tomada desde el punto de vista macroscópico se redujo visiblemente, manteniéndose en general estable. La aplicación simultánea de múltiples medidas redujo los costes empresariales; los rubros de los fondos gubernamentales disminuyeron un 30%; los cobros a las empresas establecidos por el gobierno central bajaron más de un 60%; la proporción de la aportación de las empresas al pago de la prima de "los cinco seguros y un tipo de fondos" [seguros de vejez, asistencia médica, desempleo, accidentes laborales y maternidad, y fondos de reserva pública para la construcción de viviendas] experimentó una fase de disminución; y se impulsó la bajada de los costes en consumo energético, logística, telecomunicaciones, etc. Poniendo de relieve las prioridades, se intensificaron los esfuerzos por subsanar los puntos débiles.