Cambios que mejoran la calidad del aire en el norte de China (3)

Pueblo en Línea  2018:04:08.14:16

Desde el 16 al 21 de diciembre del 2017, Beijing estuvo en alerta roja por contaminación del aire. [Foto: Xinhua]

Menos accidentes

La mayoría de los beneficiarios directos de la sustitución del carbón por el gas natural para calefacción de zonas rurales y desempeño industrial son aldeanos y trabajadores que ya no tienen que respirar peligrosas emisiones.

Michal Meidan, vicepresidente de investigación de aspectos energéticos de Energy Consulting Company, expresó: "El gas natural es un logro sobre el carbón, no sólo en términos de contaminación, sino también en términos de seguridad laboral. Durante muchos años, los accidentes en las minas y en las fábricas han sido galopantes y una gran fuente de preocupación. Cambiando al gas natural, ocurren menos accidentes en las fábricas porque ya no necesitan grandes montañas de carbón como combustible."

Myllyvirta, de Greenpeace, acota: "En el invierno, sabemos que calentar el aire es una fuente importante de contaminación exterior que afectan a las ciudades. Pero el mayor impacto de la calefacción con carbón en la salud es la contaminación interior de las personas que viven en casas donde se utiliza el carbón para calentar el aire y cocinar. En Beijing, ahora las partículas PM2.5 promedian alrededor de 60 microgramos por metro cúbico. Si se usara el carbón, dentro de las casas se puede llegar a dos dígitos o incluso a más de 1.000 microgramos por metro cúbico."

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, la contaminación del aire que se compone de dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, polvo y otras partículas genera un mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares, cardiopatía, asma y cáncer de pulmón. Además, las emisiones de dióxido de carbono, aunque no son nocivas localmente, provocan el calentamiento global.

El dióxido de azufre es creado principalmente por la quema de carbón. Los óxidos de nitrógeno y el ozono no atmosférico que se produce cuando interactúa con la luz del sol, provienen en su mayoría de las emisiones de los vehículos de motor de combustión interna. El polvo y otras partículas aerotransportadas son generadas por la construcción, el tráfico de camiones o el viento de las zonas desérticas.

El gas natural es mucho más limpio que el carbón. Localmente, casi no produce dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno como la gasolina o el diesel.

Un análisis reciente llevado a cabo por un equipo de escuela Guanghua de administración de la Universidad de Beijing llegó a la conclusión de que, a finales de 2017, el cambio del carbón por el gas natural y la electricidad en la zona de Beijing fue exitosa porque eliminó casi toda la contaminación de dióxido de azufre que generaba la quema de carbón. Sin embargo, se ha avanzado poco en la erradicación de los óxidos de nitrógeno.

Chen Songxi, profesor de Guanghua, resumió las conclusiones de una próxima publicación: "El cambio del carbón al gas natural se refleja en la caída de aproximadamente el 50 por ciento de los niveles de dióxido de azufre en la región desde 2013. Esto se verifica en ciudades altamente industrializadas como Beijing. De hecho, desde el 2016 el nivel de la capital es de un sólo dígito en primavera e verano, muy cercano al nivel de las ciudades europeas.

Liu Baoxian, director adjunto del Centro de Monitoreo Ambiental de Beijing, indicó: "La concentración media anual de dióxido de azufre registró un mínimo histórico de 8 microgramos por metro cúbico, muy por debajo de la norma nacional de 60 microgramos por metro cúbico”.

Por otro lado, Chen considera que "el otro componente de las PM2,5 es principalmente los óxidos de nitrógeno y las emisiones de los automóviles. En esto hemos visto pocos cambios. La otra cosa que vemos en la región es que el nivel de ozono ha estado subiendo significativamente. Y el número de automóviles en Beijing prácticamente se ha estabilizado, pero no ha disminuido."