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El invierno del 2017 fue una tormenta perfecta para el gas natural. Por ejemplo, de septiembre a noviembre los envíos de gas desde Turkmenistán disminuyeron en un 32 por ciento, faltante que no pudo ser asumido por las producciones de Uzbekistán y Kazajstán, de acuerdo a los datos de la Aduana China. Además, una gran terminal de gas natural licuado de Sinopec en Tianjin no estuvo lista para envíos comerciales.
Por otra parte, la producción nacional de gas natural aumentó en 10,5 por ciento, mientras que las importaciones hicieron la diferencia, con un crecimiento del 28,9 por ciento. Desde el 2016, un 60 por ciento del gas utilizado en China procedía de la producción nacional y un 40 por ciento de las importaciones, aunque el gobierno central espera que las importaciones lleguen a un 50 por ciento para el 2020.
Las importaciones consistentes en gas natural líquido, importados por barco y gasoductos, actualmente proviene en su mayoría desde los países de Asia Central. Un nuevo gasoducto desde Rusia se espera que abastezca el noreste de China y Shanghai para el 2020. Sin embargo, el gas natural líquido es abundante y puede proporcionar un suministro flexible, especialmente una vez que los terminales de recepción y almacenamiento subterráneo de capacidad estén listos.
En 2017, el gas natural líquido tuvo una mayor presencia en las importaciones. China importó 68 millones de toneladas métricas de gas en 2017, de las cuales 38 millones de toneladas fueron de gas natural líquido. El año anterior, el total importado fue de 54 millones de toneladas, de las cuales 26 millones de toneladas fueron de gas natural líquido, precisó Meidan.
Las importaciones de gas natural líquido superó a las de Corea del Sur para convertirse en la segunda mayor del mundo después de Japón. Según Marc Howson, director del mercado de gas natural líquido en S&P Platts Global, para este año se espera un aumento de 50 millones de toneladas métricas. Australia es el principal proveedor, seguido por Qatar, Malasia, Indonesia y Papua Nueva Guinea.
La Agencia de Información de Energía de EE.UU. estima que China tiene enormes reservas de gas de esquisto no convencional, aproximadamente a la suma de las reservas de Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, la extracción de este gas está en sus primeras etapas.
"Sinopec está desarrollando el gas de esquisto no convencional con muy buenos resultados en Chongqing, produciendo de 5 a 7 millones de metros cúbicos. Un gran logro.", afirmó Meidan. "Sin embargo, la geología aún no está clara y, por lo tanto, las necesidades tecnológicas y el entorno de precios son todas preguntas abiertas. Incluso el gas de esquisto no convencional de Estados Unidos esencialmente despegó en 2000 y alcanzó un aumento dramático en cinco años. Respaldado por diversos planes de incentivos del gobierno, miles de pozos han sido perforados por empresas privadas. Y cuando despegó el esquisto, los precios del gas natural fueron lo suficientemente altos como para sostener sus esfuerzos de desarrollo."
El uso del gas natural en China se espera que crezca hasta un 10 por ciento dentro de la cartera energética total. Actualmente representa el 7 por ciento. Combinado con una mayor énfasis en la aplicación anticontaminación, será un componente clave para una mezcla más limpia que actualice el uso de energía y el desempeño industrial.
Subrayando que el control de la contaminación del aire no entre en conflicto con el esfuerzo de desarrollar la economía y mejorar el nivel de vida de las personas, Wang Guoqing, portavoz del primer período de sesiones del XIII Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, subrayó: "el desarrollo con altas emisiones y contaminación no sólo deteriora el desarrollo económico a largo plazo, sino también afecta la salud de las personas. Ese no es el desarrollo que queremos para China".