BOAO, Hainan, 9 abr (Xinhua) -- Con una recuperación global inestable, el incremento del proteccionismo y los problemas estructurales, ¿las perspectivas económicas serán brillantes para China y Asia en general?
Las dudas sobre esta pregunta no están tan bien fundamentadas si se toma una visión racional e histórica de los fundamentos económicos, sostuvieron los participantes de la conferencia anual del Foro de Boao para Asia celebrada en la provincia isleña de Hainan, en el extremo sur de China.
Asia permanecerá como la región con mayor crecimiento del mundo durante los próximos 20 años, e incluso a mediados de este siglo, predijo hoy lunes Dai Xianglong, exgobernador del banco central de China, en una mesa redonda.
"Soy muy optimista", manifestó Dai, y explicó que "una razón importante es el fuerte impulso de desarrollo en China".
A pesar del crecimiento moderado del PIB, está previsto que China mantenga una tasa de crecimiento medio anual de alrededor del seis por ciento en la próxima década, apuntó.
Además, el crecimiento estará más impulsado por el consumo y será de alta calidad, según Dai.
Un fuerte comienzo para la economía de China este año podría ofrecer una garantía adicional a los inversores y observadores.
El indicador oficial de actividad manufacturera se mantuvo en zona expansiva por vigésimo mes consecutivo en marzo. El crecimiento del consumo eléctrico en los primeros dos meses alcanzó su máximo de los últimos cinco años.
Uno de los desafíos más grandes para China es hacer frente a sus deudas.
"Aunque toma tiempo reducir el apalancamiento, el problema de deuda de China no provocará una crisis financiera", aseguró Fan Gang, director del Instituto Nacional de Investigación Económica y miembro del comité de política monetaria del Banco Popular de China, el central del país.
La deuda gubernamental de China es relativamente baja, mientras el país cuenta con amplios ahorros domésticos, agregó.
"No exagere el problema... necesitamos contener este riesgo financiero, pero no causaría una crisis financiera", subrayó Fan.
"Además del estímulo por parte de China, se espera que la India registre un crecimiento más rápido, mientras una cooperación más estrecha dentro de la región y la Iniciativa de la Franja y la Ruta traerán nuevas oportunidades a Asia", recalcó Dai.
Está previsto que Asia lidere al mundo en el desarrollo económico, según el Informe Anual de Competitividad Asiática 2018 publicado por la conferencia del foro. El documento cita la mejora de las fuerzas motoras del crecimiento externo, la transformación del ímpetu interno y la profundización de la cooperación entre los mercados económicamente integrados.
En un informe dado a conocer en diciembre de 2017, el Centro para la Economía e Investigación Comercial en Londres indicó que tres de las cuatro economías más grandes del mundo estarán en Asia, China, la India y Japón, para 2032, con la previsión de que China supere a Estados Unidos en esas fechas para encabezar la lista global.
En términos más cercano, los riesgos se están avecinando, ya que la administración de EE.UU. practica el proteccionismo con propuestas arancelarias más altas y continúa su salida de la flexibilización cuantitativa.
"La fricción comercial sino-estadounidense plantea una incertidumbre significativa para la economía asiática. Debemos estar en guardia contra eso", manifestó Fan, y destacó que toda la cadena de comercio y suministro en Asia podría verse afectada.
Zhang Yuyan, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China, destacó el impacto de las alzas en las tasas de interés de Estados Unidos y la reducción del balance general a corto y medio plazo de la economía de Asia.
Mientras tanto, se espera un efecto indirecto más positivo de China. Sanjaya Baru, secretario general de la Federación de Cámaras de Comercio e Industria de la India, sostuvo que la transición de China a un crecimiento impulsado por el consumo y un mayor acceso de mercado al país crearán oportunidades para otras economías en la región.
La contribución del consumo al crecimiento económico de China alcanzó 58,8 por ciento el año pasado, por encima del 51,8 por ciento en 2012. Con el rápido crecimiento de la población de ingresos medios que suma 400 millones de personas y los esfuerzos incesantes de apertura, el país se convertirá en un mercado aún más importante para el mundo.
"El creciente papel de China como una importadora e inversora es algo al que la mayoría de los países en desarrollo dará la bienvenida", explicó Baru, y añadió que "el cambio de un crecimiento más rápido a otro más saludable es bueno tanto para China como para otros países en desarrollo".