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Tras 12 años en el poder, Raúl Castro deja una Cuba que desafía al futuro

Actualizado a las 17/04/2018 - 09:12
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Por Noemí Galbán y Raimundo Urrechaga

LA HABANA, 16 abr (Xinhua) -- Cuando en 2006 Raúl Castro asumió la presidencia de Cuba, en aquel momento de forma temporal para suplir a su hermano Fidel que se encontraba convaleciente de una compleja intervención quirúrgica, el mundo se sorprendió con su potente voz, su temple y firmeza.

Durante dos años se mantuvo en el cargo a petición del fallecido líder revolucionario, y cumplió a cabalidad el difícil tránsito de sustituir a Fidel Castro sin que constituyera una situación traumática para el pueblo cubano.

En 2008 fue electo oficialmente presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, y su labor estuvo centrada en reestructurar el funcionamiento del gobierno para dinamizar la economía local y eliminar viejas prohibiciones en el país.

Entre ellas, se permitió a los cubanos hospedarse en hoteles y contratar el servicio de telefonía móvil.

Una de las prioridades de Raúl Castro desde el inicio de su mandato fue incrementar la productividad agrícola en Cuba, por lo que declaró "estratégica" esta tarea en un país donde se importa cerca del 80 por ciento de los alimentos que consume la población.

En la última década, el gobierno cubano ha entregado más de un millón de hectáreas de tierras ociosas y mejoró las condiciones de trabajo a los campesinos, así como el precio de compra a los productores.

Otra de las medidas que gozó de gran popularidad fue la ampliación y flexibilización en 2010 del trabajo privado, permitiendo a los ciudadanos laborar en unos 180 oficios, entre los más populares la transportación de pasajeros, servicios gastronómicos (cafeterías y restaurantes), renta de habitaciones y vendedores ambulantes de productos agrícolas.

Actualmente, más de 585.000 cubanos, un 12 por ciento de la fuerza laboral del país, pertenecen al sector no estatal, mientras queda pendiente promulgar una norma que dé carácter legal a las pequeñas y medianas empresas privadas.

En 2011, con la celebración del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC), La Habana enrumbó su destino hacia nuevos horizontes con Raúl Castro al frente tras su elección como primer secretario de esa organización política.

Se aprobó en ese cónclave el inicio de la actualización del modelo socialista de la isla, un paquete de reformas para hacer más eficiente la economía cubana, liberar al Estado de sectores no priorizados y fomentar el trabajo privado.

En los más de 300 lineamientos aprobados en ese entonces, se inició el estudio de una política migratoria más flexible y acorde con la realidad del país, poner fin a la dualidad monetaria, potenciar la inversión extranjera y eliminar excesivos subsidios.

A finales de ese mismo año, el mandatario cubano autorizó la compraventa de viviendas entre personas naturales, y en 2014 se permitió con los vehículos.

De acuerdo con las autoridades locales, los primeros tres años se caracterizaron por el dinamismo y celeridad en la implementación de las políticas, ritmo que luego se redujo por la complejidad de las medidas y también a causa de errores en la planificación de los procesos y en su respectivo control, reconocieron recientemente funcionarios del gobierno.

Además, incidieron limitaciones económicas y financieras que imposibilitaron el respaldo adecuado a un grupo de medidas que requerían inversiones.

En enero de 2013, el gobierno de Raúl Castro actualizó su política migratoria y puso fin al permiso de salida para los cubanos, una medida tomada décadas anteriores para resguardar la seguridad en Cuba tras varios ataques terroristas promovidos desde Estados Unidos.

De enero de 2013 a diciembre de 2017, más de 670.000 cubanos hicieron más de un millón de viajes a otros países, y sólo el 11 por ciento establecieron residencia en otro país.

Mientras tanto, en 2014 el gobierno cubano aprobó una nueva ley de inversión extranjera que ofrece incentivos a las empresas internacionales para invertir en Cuba, entre ellos atractivos fiscales y concesiones especiales para la repatriación de capitales.

Ese año se inauguró la terminal portuaria y zona especial de desarrollo Mariel, a unos 45 kilómetros al oeste de La Habana, enclave llamado a convertirse en el principal polo industrial de la isla.

En el aspecto político, el momento cumbre de la presidencia de Raúl Castro fue el 17 de diciembre de 2014, cuando anunció a los cubanos el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos y el inicio del proceso de normalización de los vínculos tras más de medio siglo de distanciamiento.

Unos meses más tarde se encontró por primera vez con el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en la VII Cumbre de las Américas en Panamá, y en marzo de 2016 el mandatario estadounidense visitó La Habana.

Este acercamiento sirvió para que en 2015 y 2016 Cuba renegociara su deuda vencida con varias naciones, y especialmente con el Club de París, que condonó 8.500 millones de dólares a la isla, al tiempo que se adquirió el compromiso de pagar 2.600 millones de dólares en 18 años.

Sin embargo, tras la llegada al poder de Donald Trump en enero de 2017, sufrió un palpable retroceso lo logrado hasta el momento, y volvió a ocupar titulares el lenguaje ofensivo contra La Habana, similar a los tiempos de la Guerra Fría.

En abril de 2016 tuvo lugar el VII Congreso del PCC, donde Raúl Castro fue reelegido como primer secretario de la organización política por los próximos cinco años, se hicieron ajustes al proceso de actualización del modelo económico y social cubano, y se trazó un plan de desarrollo integral hasta 2030.

Según estaba previsto, las elecciones generales en Cuba estaban previstas para concluir el pasado 24 de febrero, pero en diciembre de 2017 la Asamblea Nacional extendió su mandato hasta el próximo 19 de abril, debido a las devastaciones causadas por el huracán Irma, que produjo cuantiosas afectaciones tras su paso en septiembre pasado.

Este lunes, los medios locales de comunicación difundieron otro ajuste en el cronograma electoral y se conoció que la sesión constitutiva de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento) iniciará el miércoles 18 de abril.

La decisión "se adopta para facilitar el desarrollo de los pasos que requiere una sesión de tal trascendencia", informó hoy el Consejo de Estado en uso de las facultades conferidas, pues en dicha reunión los 605 diputados que integran la Asamblea Nacional elegirán al nuevo presidente de Cuba.

En su último discurso público ante la Asamblea Nacional en diciembre pasado, Raúl Castro aseguró que Cuba continuará el proceso de cambios iniciado en 2011 para construir un "socialismo próspero y sostenible".

Ese es el legado que dejará Raúl Castro, precursor de la apertura de Cuba al mundo, promotor de cambios necesarios para desarrollar a una nación determinada a trazar su propio destino y defensor de los ideales humanistas y las doctrinas socialistas que impulsó su fallecido hermano Fidel.  

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