RIO DE JANEIRO, 7 may (Xinhua) -- El presidente de Brasil, Michel Temer, negó hoy lunes que su hija Maristela hubiera reformado su residencia con dinero ilícito procedente de supuestos sobornos cobrados por el mandatario.
"Fue una reforma regularmente pagada, regularmente esclarecida. No tengo los datos de la declaración que (Maristela) prestó, pero supe que fue todo bien. Ningún punto dejó de ser esclarecido", expuso Temer en entrevista a la cadena televisiva SBT transmitida esta madrugada.
Maristela Temer prestó declaración sobre el asunto el pasado 3 de mayo ante la Policía Federal en Sao Paulo.
La declaración fue para esclarecer una polémica reforma que realizó en su vivienda en Sao Paulo, tras denuncias de que fue pagada en efectivo con dinero de supuestos sobornos recibidos por Michel Temer.
Según las denuncias, el dinero lo habría entregado Joao Baptista Lima, amigo personal del presidente Temer.
El mandatario defendió en la entrevista su amistad con Baptista Lima, que definió de "fraternidad", quien "acabó siendo víctima por ser mi amigo".
Michel Temer se mostró incómodo con el asunto y afirmó "lamento que estemos conversando sobre esto, en lugar de conversar sobre Brasil".
El presidente se refirió además a una posible denuncia en su contra sobre un decreto en el sector portuario firmado el año pasado para favorecer supuestamente a una determinada empresa.
"No considero esta posibilidad. Cualquier denuncia sería tan pifia como las anteriores", dijo Temer.
"Los investigadores no tienen datos suficientes tras 150 días para decir que el presidente está incriminado. El objetivo de esto es mantener al presidente bajo investigación", aseveró el mandatario.
Respecto a la posibilidad de buscar la reelección en los comicios de octubre próximo, no quiso definirse.
"Si es necesario, no me presento, con la mayor tranquilidad. No tendría dificultad para esto. Si hay una unión política, algo que sea útil para el país, de todos los candidatos de centro, por qué no apoyar", comentó.
Con relación a la economía brasileña, el presidente dijo que el país "se está recuperando poco a poco", después de pasar la peor recesión de su historia.
"La previsión es que (la economía) crezca este año entre un 2,5 y un 3 por ciento; se habla de un 2,75 por ciento", comentó el presidente brasileño.