BUENOS AIRES, 22 may (Xinhua) -- Más de un millón de usuarios resultó afectado hoy en Buenos Aires ante un paro de actividades dispuesto por los trabajadores del sistema subterráneo de transporte (metro) en rechazo a la detención de delegados que impidieron la salida de formaciones durante un reclamo por mejoras salariales.
La capital argentina cuenta con seis líneas de metro y, desde hace unas semanas, los trabajadores comenzaron una serie de medidas de fuerza rotativas, con paros escalonados, de algunas horas por día en diferentes líneas.
Este martes la protesta se realizaba en las líneas E y H, y cuando personal jerárquico se dispuso a poner en marcha formaciones de la línea H en la estación Las Heras (norte), delegados lo impidieron.
Ello motivó el ingreso de policías a las vías para detener a 16 operarios, en medio de forcejeos.
El delegado Néstor Segovia denunció ante la prensa que estaba siendo llevado a una comisaría por reclamar mejoras salariales.
Como consecuencia de las detenciones, los trabajadores dispusieron parar todas las líneas, lo que afectó a más de un millón de usuarios del sistema.
El delegado Roberto Pianelli dijo ante la prensa frente a la sede de la comisaría 30, en el barrio de Barracas (sur) que el paro se levantará "cuando liberen a todos los detenidos", acusados de los delitos de resistencia a la autoridad e impedir el funcionamiento del transporte público.
Poco antes de las 21:00 fueron liberados ocho de los 16 trabajadores.
En horas de la tarde, el jefe de gabinete del gobierno de la ciudad, Felipe Miguel, dijo en conferencia de prensa que los delegados "no están autorizados a negociar paritarias porque no tienen personería gremial, por decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El sindicato autorizado para ello es la Unión Tranviarios Automotor".
"Los cortes al transporte público no son contra el gobierno, sino contra la gente", lamentó el funcionario.
Ante la situación, más de un millón de usuarios de las distintas líneas de subterráneos llenaron esta tarde las calles de la ciudad de Buenos Aires en busca de una alternativa para regresar a sus hogares, por lo que unas 30 líneas de buses dispusieron incrementar sus frecuencias.