Por Noemí Galbán
LA HABANA, 9 jun (Xinhua) -- Por más de 15 días Cuba recibió copiosas precipitaciones, secuela de la tormenta subtropical Alberto, que llevaron al límite a pobladores de zonas cercanas a ríos y autoridades del centro y oeste del país al rebasar los embalses y saturar los suelos.
Debido a las intensas lluvias que se extendieron desde finales de mayo hasta principios de junio, ocho cubanos fallecieron y las cifras por pérdidas materiales aún se contabilizan, ya que se registran afectaciones en más de 1.300 viviendas, puentes, vías, infraestructuras, sistemas eléctricos y de acueductos.
Sin embargo, la agricultura es una de las esferas más dañadas, especialmente los cultivos de granos, plátano, arroz, hortalizas y el tabaco.
El cultivo de tabaco es de gran importancia para la economía de Cuba, al representar el cuarto renglón en ingresos y el principal rubro exportable de la agricultura caribeña, con una factura anual que superó en 2017 los 500 millones de dólares.
De ahí que directivos y productores de las zonas damnificadas, específicamente de Pinar del Río, Sancti Spíritus, Ciego de Avila y Villa Clara, las provincias donde se producen las hojas destinadas a la industria tabacalera nacional, se afanan por resarcir los perjuicios y evitar mayores consecuencias.
"Las que más se dañaron fueron las plantas que estaban en los campos porque quedaron 'borrachas', como decimos acá, y hemos tenido que acelerar la recogida para salvar hasta la última hoja que podamos", explicó el veguero, Héctor Luis Alvarez, en conversación telefónica con Xinhua.
Alvarez tiene más de 20 años de experiencia y es responsable de una finca del municipio San Juan y Martínez, perteneciente a la occidental provincia de Pinar del Río, a unos 150 kilómetros al oeste de La Habana, considerada la meca del tabaco en Cuba.
De acuerdo con Alvarez, la situación afortunadamente "no es tan grave", lo que sí ha demandado es el concurso de todos para trabajar contra el tiempo en la recolecta y amarre de las hojas.
Los productores confían en que el sol, de vuelta en los últimos días, se mantendrá esta vez de su lado en el territorio de Pinar del Río, considerado el mayor productor del país.
"Por suerte con las hojas recogidas en las casas de tabaco se tomaron medidas para evitar el exceso de humedad y la aparición de moho, como es darles calor con carbón", explicó el campesino.
Además, con anticipación se ubicaron los cujes, varillas de madera donde se cuelgan las hojas de tabaco para su secado, en las zonas más altas de las instalaciones preparadas para resguardar y curar la aromática hoja, señaló.
Se trata de un gran esfuerzo conjunto, porque para convertirse en los codiciados habanos cubanos, catalogados por expertos como los mejores del mundo, las hojas cosechadas transitan un largo camino, desde los campos hasta las casas de curado y beneficio que anteceden a la entrada en las fábricas, donde se elaboran a mano los puros Premium, precisó.
A partir de los 35 días de sembrado el tabaco, se arranca el botón superior de cada planta para evitar que crezca y así las hojas toman el tamaño adecuado para los famosos habanos y después de los 45 días se empieza a recolectar, es decir, a arrancar las hojas en un estricto orden.
Muchos consideran que el éxito de los puros cubanos es una combinación de buenas tierras, excelente clima y larga experiencia de los productores pero la escogida y limpieza de las hojas son partes vitales de la cadena productiva del habano para entregar a la industria la materia prima de la mejor calidad.
"Pasamos días sin dormir, vigilando y cuidando las hojas en las casas de tabaco mientras llovía. Cuando escampó tampoco ha habido descanso porque hay que salir tempranito al campo a recolectar y tratar de solucionar lo que podamos, toda el agua que sobra que está pudriendo las matas", comentó Alvarez.
Sin horarios, los vegueros no sólo de Pinar del Río, sino de las otras provincias cubanas productoras de tabaco también afectadas por las lluvias, trabajan con premura y dedicación para que el sudor derramado durante la cosecha no sea en vano.
En recientes declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias, Miguel Rodríguez, vicepresidente del Grupo Empresarial Tabacuba, señaló que perdieron más de 320 toneladas de tabaco en el centro y oeste del país por las precipitaciones asociadas a Alberto.
El directivo confirmó que unos dos millones de cujes se deterioraron por el exceso de humedad y otro millón se mojó en las plantaciones, por lo que se adoptan varias medidas para salvarlos.
Rodríguez detalló que en las escogidas, más de 22.000 toneladas de hojas en buen estado fueron acopiadas en almacenes de las empresas tabacaleras del país y en "despalillos", donde se les quitan las venas a las hojas de tabaco ya curadas.
La confección de puros se atrasó una semana, sin embargo todo ha vuelto a la normalidad y en las fábricas los empleados cumplen jornadas dobles para regularizar la producción y cumplir los compromisos asumidos, tanto con el mercado nacional como internacional.
A pesar de todo lo anterior, el funcionario aseguró que los objetivos de producción para este año, cuando se prevé alcanzar por primera vez las 32.000 toneladas de la aromática hoja entregadas a las industrias cigarrera y del torcido, siguen intactos.
Los campesinos se afanan por completar la meta establecida de sembrar 30.500 hectáreas de tabaco para la campaña 2018-2019, de ese total más de 20.000 corresponderán a Pinar del Río.
En la más occidental de las provincias cubanas, según cifras oficiales difundidas por la prensa local, se plantaron 19.503 hectáreas de tabaco en la actual contienda 2017-2018.
Estas hectáreas deben aportar más de 22.500 toneladas de la cotizada hoja, alrededor del 70 por ciento de la materia prima que se utiliza en la elaboración de los puros Premium más famosos del mundo.
En 2017 Habanos S.A., la empresa cubano-española que comercializa los tabacos, registró un crecimiento en sus ventas a nivel global de un 12 por ciento, respecto a 2016, al superar los 500 millones de dólares de ganancias.