LA HABANA, 10 jun (Xinhua) -- El gobierno cubano informó hoy que Estados Unidos ha aceptado que no hay explicación para los supuestos ataques sónicos reportados en Cuba contra diplomáticos estadounidenses.
La cancillería de la isla recordó en una declaración que el anuncio del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, hecho el 5 de junio pasado, sobre la creación de una Fuerza de Tarea Conjunta, reconoce que "no se ha establecido la naturaleza de los daños sufridos por el personal afectado, o si existe una causa común para todos los casos".
"Garantizar la salud y la seguridad de los cubanos y de los ciudadanos extranjeros, ha sido, es y será una prioridad que distingue a la nación cubana", subraya el texto.
El comunicado reitera que "no se ha presentado evidencia alguna de los alegados incidentes", y subraya que Cuba "mantiene su invariable compromiso de cooperar con las autoridades de Estados Unidos para lograr el esclarecimiento de esta situación y la mejor atención médica a las personas concernidas".
El texto detalla que el pasado 29 de mayo, la Embajada de Estados Unidos en La Habana informó que dos días antes, una funcionaria de esa legación reportó "síntomas de salud como resultado de sonidos indefinidos" en su lugar de residencia.
De forma inmediata, el gobierno cubano le concedió la máxima prioridad al asunto, y solicitó oficialmente a la misión diplomática estadounidense que médicos e investigadores especializados pudieran entrevistar a dicha funcionaria.
El Ministerio de Exteriores denunció que, "al igual que en los casos reportados anteriormente, las autoridades y especialistas cubanos no han tenido acceso alguno a la funcionaria".
Explicó que "la exhaustiva y urgente investigación llevada a cabo en las inmediaciones de la residencia no encontró indicios de sonido alguno que pudiera provocar daños a la salud".
Desde mediados del año pasado, los dos países viven un serio retroceso en sus relaciones, luego de que la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenara el retiro de casi todos los funcionarios de la embajada en La Habana, por el peligro que suponían unos supuestos ataques sónicos reportados por el personal estadounidense.
A partir de esos hechos, que no han podido ser esclarecidos, Washington emitió una alerta a sus ciudadanos de no viajar a Cuba, y en noviembre aprobó nuevas restricciones a los viajes individuales a la isla.