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ESPECIAL: Constructoras brasileñas se reinventan tras caer su facturación a raíz del caso Lava Jato

RIO DE JANEIRO, 26 jul (Xinhua) -- Durante años, las constructoras brasileñas fueron las grandes dominadoras de las obras en América Latina y se convirtieron en las principales empresas del sector en la región, aunque desde el inicio de la operación Lava Jato contra el gigantesco esquema de corruptelas en la petrolera estatal Petrobras, sus ingresos y su valor de marcado han caído en picado.

Según datos de la Cámara Brasileña de la Industria de la Construcción (CBIC), las seis mayores constructoras de Brasil (Odebrecht, Andrade Gutiérrez, Camargo Correa, Queiroz Galvao, Mendes Junior y UTC) perdieron 55.000 millones de reales (14.865 millones de dólares) en facturación desde 2015: de 77.000 millones de reales (20.810 millones de dólares) a 22.000 millones de reales (5.945 millones de dólares).

Además del caso Petrobras, que provocó la inhabilitación de todas ellas para participar en licitaciones públicas, la crisis económica que sufrió Brasil entre 2015 y 2016 y de cuyos efectos el país todavía se recupera, impactaron directamente en la caja de las constructoras, que tuvieron que reducir sus estructuras y su número de trabajadores.

Según la CBIC, desde 2015, el sector de la construcción de Brasil perdió 500.000 puestos de trabajo, de los que 200.000 fueron en las seis mayores constructoras del país.

Con un menor ritmo de obras, cada constructora ha adoptado una estrategia para recuperarse de la Lava Jato y de la crisis económica. Mientras que algunas crearon nuevas empresas para desvincularse de la Lava Jato, otras apuestan en grandes descuentos para volver a ganar licitaciones y renovar la cartera de obras, mientras que también hay la que apuesta en el mercado internacional para volver a crecer.

"El escenario ha cambiado mucho y ahora todas tienen dificultades. El país sale a pasos muy lentos de la crisis y sin dinero en las arcas públicas para obras, o se reinventan o es prácticamente muy difícil que vuelvan a tener el tamaño y dimensión que tenían antes de la Lava Jato", explicó a Xinhua el economista Roberto Píffero, de la Asociación Brasileña de Consultores de Ingeniería.

Píffero resaltó que en los últimos años, la mayoría de las constructoras brasileñas tuvieron que centrarse en sanear sus cuentas y liquidar deudas pendientes, olvidando su principal función, las obras.

Sin dinero en caja, todas las constructoras tuvieron que recurrir a nuevos créditos para cubrir los préstamos y el capital de giro que estaban a punto de vencer. Debido a las sentencias judiciales en el caso Lava Jato, el crédito para estas empresas prácticamente acabó.

Andrade Gutiérrez, por ejemplo, dejó de pagar 500 millones de dólares a acreedores internacionales y todavía no ha llegado a un acuerdo con ellos y Queiroz Galvao negocia con bancos una reestructuración de la deuda de 10.000 millones de reales (2.665 millones de dólares).

Mendes Júnior, entre tanto, todavía sigue con su plano de recuperación judicial, anunciado a inicios de 2016, y Odebrecht, la mayor constructora de Brasil, apenas empezó financiamiento para pagar deudas y fortalecer los negocios después de cuatro meses de duras negociaciones.

El presidente de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, fue detenido en junio de 2015 acusado de ser uno de los líderes de la gran red de desvíos. El exdirigente recuperó la libertad este año y en mayo, la empresa anunció un acuerdo de financiamiento con bancos y recientemente, un acuerdo de lenidad con la Controladoría General de la Unión (CGU) y la Abogacía General de la Unión (AGU).

Odebrecht es el mejor ejemplo de la grave crisis que han sufrido las constructoras brasileñas. Con una facturación de 57.900 millones de reales en 2015, la cifra cayó a 11.000 millones de reales en 2017. En el mismo período, dimitió a 100.000 empleados.

La estrategia de la compañía ha cambiado y ahora quiere dedicarse únicamente a grandes obras en Brasil y en el mundo. "Entre 2018 y 2020, tenemos planos de disputar proyectos por cerca de 490.000 millones de dólares, el 70 por ciento de ellos en el exterior", explicó ante la prensa el presidente de la constructora, Fabio Januario.