BRASILIA, 8 oct (Xinhua) -- La ola conservadora registrada en Brasil en la recta final de la campaña para la primera vuelta electoral del domingo tuvo una expresión significativa en la elección legislativa, cuyos resultados muestran el desplazamiento de numerosos partidos tradicionales y un Congreso más conservador.
El partido político del candidato presidencial Jair Bolsonaro, el Partido Social Liberal (PSL, derecha), fue el principal beneficiario de esa tendencia, que desde una fuerza marginal se convirtió en uno de los partidos con mayor peso parlamentario.
Bolsonaro, ex capitán del Ejército, alcanzó el 46 por ciento de los votos válidos, resultado sin precedentes para la derecha en el país sudamericano.
El aspirante presidencial del PSL deberá ahora enfrentar en la segunda vuelta programada para el próximo 28 de octubre al candidato Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), que el domingo superó el 29 por ciento.
El politólogo y consultor César Carvalho expuso a Xinhua que después de la asunción del nuevo Congreso en enero próximo, los partidos políticos deberán organizarse en grandes bloques.
El representante de CAC Consultoría, importante empresa de asesoría en análisis y estrategia política de Brasilia, señaló que a pesar de que la fragmentación será mayor, esta "fragmentación ya existía".
"Están los mismos partidos con una bancada relevante, con una sorpresa que es el PSL. Y esos partidos van a tener que organizarse en bloques para conseguir relevancia dentro la Cámara (de Diputados)", dijo Carvalho.
"El PSL tal vez aspire a presidir la Cámara, entonces va a aliarse con otros partidos medios que tengan proximidad ideológica. Y es de esperar que los partidos de centro tiendan a apoyar al presidente que sea electo", explicó Carvalho.
De acuerdo con los resultados de los comicios del domingo, los tres mayores partidos tradicionales de Brasil salieron perdiendo en la elección para el Congreso Nacional.
Se trata del Movimiento Democrático Brasileño (MDB, centro-derecha) del presidente Michel Temer, el PT y el Partido de la Social Democracia Brasileño (PSDB).
A partir de enero de 2019, las bancadas de estos partidos, tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, se verán reducidas ante el avance de partidos pequeños y medianos que a último momento se alinearon a Bolsonaro en la elección presidencial.
De acuerdo con los resultados publicados por el Tribunal Superior Electoral (TSE), la Cámara de Diputados tendrá la mayor cantidad de partidos representados de su historia: 30 fuerzas presentes.
El partido de Bolsonaro, el PSL, registró un crecimiento inédito, ubicándose como la segunda mayor bancada con 52 diputados, tras ingresar solamente con un legislador en 2014.
A su vez, el partido de Haddad, el PT, contará con la mayor bancada (56 diputados), aunque inferior a los 70 escaños que obtuvo en 2014.
En tanto, el Partido Progresista (PP, centro-derecha) obtuvo 37 asientos en la Cámara de Diputados, mientras que el MDB será la cuarta bancada con 34 escaños.
Al menos 14 partidos, que suman 66 diputados, no superaron la cláusula de rendimiento, novedad normativa en la elección de este año.
La regla exigía la elección de al menos nueve diputados federales por estados diferentes o el 1,5 por ciento de los votos válidos a la Cámara, para mantener el derecho al fondo público electoral y la propaganda gratuita en radio y televisión.
Los diputados de partidos que no alcanzaron ese número podrán cambiar de sigla sin perder el cargo.
Carvalho recordó que desde el fin del régimen militar en 1985, la política brasileña exige a los presidentes negociar con el Legislativo para reunir una base de apoyo.
Para el politólogo ese apoyo se ha obtenido tradicionalmente al recurrir a la práctica del "fisiologismo", es decir, el intercambio de apoyo parlamentario a proyectos del Ejecutivo a cambio de ventajas financieras y cargos.
"El fisiologismo va a continuar, va a continuar que el presidente, cuando quiera aprobar propuestas de relevancia en el Congreso, tendrá que entrar en la política de toma y daca", comentó Carvalho.
"Brasil, desde la redemocratización, es un país donde funciona un 'presidencialismo de coalición'. No va a cambiar por el momento, sólo cambiará cuando haya menos partidos", agregó el especialista.
Dijo en ese sentido que "el escenario continúa siendo el mismo que desde hace años".
Respecto a la conformación del Senado, el voto en las urnas desmintió los pronósticos basados en las encuestas de intención de voto respecto a una baja renovación, pues de los 32 senadores que buscaban renovar sus mandatos apenas ocho consiguieron ser reelectos.
Líderes históricos serán desplazados en el cámara alta como su actual presidente, Eunício Oliveira (MDB); Romero Jucá (MDB), líder de la bancada oficialista bajo los tres últimos gobiernos; y Cássio Cunha Lima (PSDB).
La elección dejó fuera también a aspirantes que resultaban favoritos en los sondeos de opinión previos, entre ellos a la propia ex presidenta brasileña, Dilma Rousseff (PT), que se ubicó en la cuarta posición en el estado de Minas Gerais.
El voto en las urnas trajo también consigo el Senado con la composición más fragmentada de la historia, con 21 partidos representados, cinco más que en la composición actual.