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Futuro presidente brasileño dependerá de partidos tradicionales pese a renovación política

RIO DE JANEIRO, 15 oct (Xinhua) -- El candidato presidencial de Brasil que resulte ganador en la segunda vuelta electoral del próximo 28 de octubre dependerá de los partidos políticos tradicionales, pese a la renovación de fuerzas políticas en el Poder Legislativo, según analistas.

La primera vuelta de las elecciones generales brasileñas mostró una voluntad de la ciudadanía de cambiar la política tradicional, como lo muestra el hecho de que el 47,3 por ciento de los 513 diputados federales elegidos estrenarán cargo.

Varios de los partidos tradicionales de la política brasileña perdieron espacio, y con ello aparecieron nuevas formaciones con representación en el Congreso en Brasilia.

No obstante, el ganador en la segunda vuelta, ya sea Jair Bolsonaro del Partido Social Liberal (PSL) o Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores (PT), estará obligado a pactar con varias de las formaciones tradicionales si quiere tener el apoyo necesario para impulsar sus proyectos y políticas, explicaron analistas a Xinhua.

El PSL logró colocar 52 diputados en la Cámara de Diputados para la próxima legislatura, mientras que el PT de Haddad fue el que consiguió más representación, con 56 legisladores.

Sin embargo, ambas bancadas serán insuficientes para gobernar, por lo que el futuro presidente deberá buscar apoyo en el "centrao" (centro), un grupo de hasta nueve partidos que formaron la base de los gobiernos de la ex mandataria Dilma Rousseff (2011-mayo de 2016) y del presidente Michel Temer (mayo de 2016-31 de diciembre próximo).

"Es verdad que la bancada del 'centrao' ha quedado reducida, al pasar de 244 a 207 diputados. Pero aún con este 15 por ciento menos de diputados sigue siendo una fuerza indispensable para quien asuma la Presidencia", dijo a Xinhua el profesor de política de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Jairo Nicolau.

"Si sumamos los 207 diputados a los 52 del PSL de Bolsonaro o a los 56 del PT de Haddad, sale la mayoría simple necesaria para poder aprobar los proyectos de ley y gobernar con cierta tranquilidad", agregó.

El grupo "centrao" está conformado por el Partido Progresista (PP), el Partido de la República (PR), el Partido Social Democrático (PSD), el Partido Republicano Brasileño (PRB), el Partido Laborista Brasileño (PTB), el Partido Republicano de Orden Social (PROS), Solidaridad (SD), el Partido Social Cristiano (PSC) y el Movimiento Democrático Brasileño (MDB, del presidente Michel Temer).

"Si en cambio Bolsonaro o Haddad deciden apartarse del 'centrao', entonces necesitarían negociar con partidos de ideología completamente antagónica a la suya, y se hace muy difícil pensar que puedan gobernar con este apoyo. Esto convierte al 'centrao' nuevamente en la base del gobierno. Perdió poder, pero sigue teniendo votos y articulación", agregó Nicolau.

Bolsonaro o Haddad enfrentarán más dificultades si quieren aplicar varias de las promesas realizadas en la campaña electoral, que requieren enmiendas a la Constitución. En este caso, necesitarían 308 votos.

"Si gana Haddad, para las enmiendas podría contar con el apoyo de otros tres partidos de izquierda: el Partido Socialista Brasileño (PSB), el Partido Democrático Laborista (PDT) y el Partido Comunista de Brasil (PcdoB)", comentó el analista político de la Fundación Getúlio Vargas (FGV) Octávio Neto.

"Con ellos y el 'centrao', lograría los votos necesarios. Ya Bolsonaro tendría que recurrir al centro-derecha, como el Demócratas (DEM), el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el Partido Popular Socialista (PPS) y el debutante Novo", abundó Neto.

Según el analista de la FGV, "el principal obstáculo lo enfrenta Bolsonaro, quien desde el inicio ha dicho que si gana pretende dispensar los instrumentos clásicos para tener mayoría en el Congreso, aunque no ha especificado cómo pretende hacerlo. Y sin el apoyo del 'centrao', no podrá gobernar", indicó.

Desde que anunció su candidatura a la Presidencia, Bolsonaro anunció que reducirá el número de ministerios y que el primer escalón político lo compondrá sin indicaciones políticas de partidos aliados.

Varios analistas coinciden en que sólo podrá hacerlo si negocia el apoyo de forma individual con legisladores, y no con los líderes de los partidos como se realiza actualmente.

"El presidencialismo de coalición ha sido señalado como la causa de los males que sufre Brasil. Pero darle a un partido un ministerio a cambio de apoyo político no es sinónimo de corrupción o de clientelismo. Es un acuerdo normal en cualquier democracia multipartidaria, como es el caso de Brasil", resaltó Neto.

El experto comparó el proyecto de Bolsonaro con el del ex presidente de Brasil, Fernando Collor de Melo, quien asumió el poder en 1990.

"Collor (de Mello) redujo el número de ministerios, pero después tuvo que ir aumentándolos para poder sobrevivir. Y al final, acabó no sobreviviendo", dijo en alusión a la dimisión en 1992 del entonces mandatario brasileño para evitar un proceso de "impeachment" (juicio político).

Nicolau hizo énfasis en el perfil "diferente" de los dos candidatos y su equipo económico.

"Haddad tiene una base social más amplia y deberá seguir el estilo de Luiz Inácio Lula da Silva de contar con el máximo de apoyo en el Congreso, ya sea de la izquierda o de la derecha. Ya Bolsonaro tiene en su economista, Paulo Guedes, un defensor de la máxima reducción del Estado, por lo que es una incógnita saber cómo aplicará su ideario si no tiene el apoyo necesario en la cámara baja", agregó.

En la primera vuelta electoral, el pasado 7 de octubre, Bolsonaro logró el 46 por ciento de los votos, mientras que Haddad obtuvo el 26,29 por ciento.

Según la única encuesta sobre la segunda vuelta divulgada por la firma Datafolha, Bolsonaro puede lograr el 58 por ciento de los votos válidos, contra el 42 por ciento de Haddad.