BUENOS AIRES, 10 ene (Xinhua) -- Han transcurrido 185 años desde la apertura de la Farmacia de la Estrella en 1834, la primera botica de Buenos Aires, y aún mantiene su encanto que cautiva a propios y extraños en el emblemático barrio de Monserrat, en la zona sur de la capital argentina.
La Farmacia de la Estrella se ubica en la esquina de las calles Alsina y Defensa, zona que mantiene calles con adoquines y el espíritu colonial de edificios cercanos como la Basílica de San Francisco, situada enfrente y que data de 1731.
La historia apunta que Bernardino Rivadavia, quien fue presidente entre 1826 y 1827, cuando Argentina era conocida como Provincias Unidas del Río de la Plata, fue el impulsor de la construcción de esta farmacia, pionera en América del Sur.
El establecimiento comercial, uno de los más antiguos de Buenos Aires, fue inaugurado en 1834 por el boticario y botánico italiano, Pablo Ferrari, quien cuatro años más tarde lo transfirió al inmigrante ítalo-suizo, Silvestre Demarchi.
En la actualidad, los elementos, los productos y la decoración existentes en el lugar causan verdadero asombro a visitantes y clientes.
Las estanterías y los armarios de nogal del establecimiento fueron traídos de Italia y están tallados con estilo neoclásico, además de contar con cristales de la isla italiana de Murano, mármoles italianos de Carrara y pisos de mosaicos venecianos.
A ello se suman bajorrelieves que obligan a quienes ingresan al lugar, muchos de ellos viajeros extranjeros, a mirar hacia el techo.
En el centro del cielo raso hay un fresco del pintor italiano Carlos Barberis, en el que la llamada farmacopea se presenta triunfante ante la enfermedad.
El encargado del establecimiento, quien simplemente se presenta como Antonio, contó a Xinhua que "lo particular del sitio es su larga historia de casi 200 años".
Desde el año 1834 cuenta además con preparados homeopáticos, aunque por el sitio han pasado productos bioquímicos y farmacéuticos.
Antonio destacó la calidad de los "preparados", productos propios elaborados en el lugar hechos por profesionales, ya que desde 1834, "gente del máximo nivel viene haciendo 'preparados' para todo el mundo".
La Farmacia de la Estrella ganó su fama gracias a la oferta de prestigiosos productos originales, que aún se les recuerda con nostalgia.
Es el caso de la limonada Roge, la Hesperidina, un tónico a base de corteza de naranjas amargas creado en el país por el estadounidense Melville Bagley, así como el jarabe Manetti para la indigestión y las píldoras para la tos Parodi, entre otros.
En el lugar aún se prestan servicios de laboratorio homeopático y alopático de recetas magistrales, que técnicos y farmacéuticos preparan en laboratorios que funcionan allí mismo.
Por esa razón, el establecimiento es uno de los más destacados del país en cuanto a la preparación de medicamentos homeopáticos y alopáticos, además de ofrecer productos de herboristería y perfumería.
El entrevistado comentó que la farmacia original estaba ubicada a media cuadra del predio actual, pero "en 1890 se traslada acá y así como está, impecable como en ese momento, está el edificio ahora".
En sus salones se realizaron también tertulias legendarias por donde pasaron destacadas figuras del ámbito político de Argentina como los presidentes Bartolomé Mitre (1862-1868), Julio Argentino Roca (1880-1886 y 1898-1904) y Carlos Pellegrini (1890-1892).
"Me siento gratificado en seguir o en continuar la trayectoria de 1834. Es algo que me enorgullece mucho, porque es un granito de arena en la historia, por lo menos para mí", expresó Antonio.